Día internacional de la Mujer

El Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo, tiene sus raíces en las luchas y movilizaciones sociales de las mujeres a lo largo de la historia. La fecha se consolidó tras una serie de eventos significativos.

Movilizaciones Obreras: A finales del siglo XIX y principios del XX, las trabajadoras textiles en Estados Unidos y Europa realizaron huelgas para exigir mejores condiciones laborales y el respeto de sus derechos humanos.

120 mujeres quemadas vivas: El 8 de marzo de 1908 fueron quemadas vivas 120 mujeres en la fábrica de textiles Cotton, en Nueva York. Estas mujeres estaban en huelga, exigiendo mejores condiciones laborales y salarios justos. Los propietarios de la fábrica cerraron las puertas y ventanas, atrapándolas dentro cuando se desató el incendio. Nadie fue procesado por este horrendo crimen, catalogado como un accidente. Este evento es uno de los acontecimientos centrales para la conmemoración del Día Internacional de la Mujer ese trágico día: 8 de marzo.

Propuesta de Clara Zetkin: En 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, la activista alemana Clara Zetkin propuso establecer un día anual para conmemorar la lucha por la equidad y el sufragio femenino, para "hacer oír nuestros demandas de igualdad". Propuso que se celebrara el 8 de marzo, en conmemoración a las 120 mujeres quemadas vivas en Nueva York dos años antes.

Huelga de Mujeres en Rusia: En 1917, durante la Revolución Rusa, miles de trabajadoras salieron a exigir "pan y paz". Esta huelga, que comenzó el 23 de febrero según el calendario juliano, contribuyó a la abdicación del zar y a la concesión del voto a las mujeres. En el calendario gregoriano, esa fecha correspondía al 8 de marzo.

Reconocimiento por la ONU: En 1975, la ONU conmemoró por primera vez el Día Internacional de la Mujer, y en 1977 lo reconoció oficialmente.

El 8 de marzo es un día para reconocer los logros de las mujeres y exigir la igualdad de género, recordando que la lucha por la equidad y el respeto por sus derechos continúa.

Mientras en algunas partes del mundo festejan el Día Internacional de la Mujer, en otros lugares mujeres niñas y adultas sufren una especie de maldición por su género. Según UNICEF, cada año le mutilan el clítoris y otras partes de sus genitales a 4 millones de niñas. Cerca de 300 millones de mujeres deambulan por la vida en la actualidad con sus genitales mutilados. La mutilación genital femenina es una grotesca violación de los derechos humanos más elementales de niñas y mujeres. Tiene además consecuencias graves para la salud física y mental. La lucha para erradicar esta barbarie continúa siendo una prioridad mundial.

Este año, como todos los años, cerca de 12 millones de niñas, en su mayoría entre los 12 y los 16 años de edad, son forzadas en matrimonio con hombres adultos a los que conocen por primera vez el día de la boda, de quienes pasan a ser objetos de propiedad. El matrimonio infantil tiene consecuencias graves para las niñas, incluyendo la interrupción de su educación, riesgos para su salud física y mental, y una enorme probabilidad de sufrir violencia y abuso sexual de por vida, sin posibilidad alguna de defensa.

En algunos países inmensamente ricos, como Arabia Saudita, las mujeres enfrentan múltiples formas de discriminación. En su mayoría se encuentran sometidas a la tutela masculina. Necesitan el permiso de un tutor masculino (padre, esposo, hermano) para realizar actividades cotidianas como viajar, trabajar o casarse.

Las mujeres deben usar abayas (túnicas largas) y cubrirse el cabello en público. Aunque se les permitió conducir desde el 2018, enfrentan restricciones y estigmas sociales por conducir un automóvil. A pesar de algunos avances, las mujeres siguen enfrentando barreras para acceder a la educación superior y al mercado laboral.

La ley no protege adecuadamente a las mujeres de la violencia doméstica y de género. Tienen menos derechos que los hombres en cuestiones de matrimonio, divorcio y custodia de los hijos. Reciben una porción menor de la herencia en comparación con los hombres, y tienen una presencia limitada en la vida pública.

En India las mujeres enfrentan diversas formas de discriminación especialmente entre la mayoría más pobre. Son víctimas de violencia física, emocional y sexual. Un caso notorio fue la violación de una joven por un grupo de hombres en un autobús en Nueva Delhi en 2012.

A pesar de estar prohibido, se practican abortos selectivos para evitar el nacimiento de niñas. Muchas niñas son obligadas a casarse a una edad temprana, lo que interrumpe su educación y afecta su salud.

Las niñas tienen menos acceso a la educación en comparación con los varones. Las mujeres enfrentan barreras para acceder a empleos formales y bien remunerados. Reciben una porción menor de la herencia en comparación con los hombres. En algunas áreas, necesitan el permiso de un hombre para viajar o salir de sus hogares.

En muchos otros países se les niega el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos, el derecho al aborto, el derecho a atención médica en condiciones igualitarias con los hombres, el derecho a mantener sus propios apellidos en lugar de pasar a ser "de" su marido.

La contribución de la mujer al avance de la civilización humana ha sido también deliberadamente opacada por quienes han escrito la historia.

Aspasia de Mileto fue maestra de uno de los más grandes filósofos de la humanidad: Sócrates, maestro de Platón, a su vez maestro de Aristóteles. Influyó con su sabiduría también sobre Pericles, su amante. Participaba en los círculos intelectuales más sofisticados de Atenas, los que incluía a figuras como Fidias, Eurípides, Protágoras y Anaxágoras.

A pesar de los insultos, el acoso y la discriminación, no fue posible suprimir la grandeza de mujeres como Marie Curie, la primera mujer en ganar un Premio Nobel y la primera persona en ganar dos veces el Premio Nobel en diferentes campos: Física y Química. Pero si fue más exitoso el ocultamiento de los logros de mujeres como Ada Lovelace (1815-1852), la primera programadora de computadoras. Desarrolló el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina. O el de Rosalind Franklin (1920-1958), química y cristalógrafa inglesa, cuyo trabajo fue crucial para el descubrimiento de la estructura de la doble hélice del ADN. Su contribución no fue reconocida y el Premio Nobel de Medicina de 1962 fue otorgado a James Watson, Francis Crick y Maurice Wilkins.

Destaca también el caso de Lise Meitner (1878-1968), física austriaca que contribuyó al descubrimiento de la fisión nuclear. A pesar de su papel fundamental, su colega Otto Hahn recibió el Premio Nobel de Química en 1944 sin mencionarla.

Henrietta Leavitt (1868-1921), astrónoma estadounidense, descubrió la relación período-luminosidad de las estrellas variables Cefeidas, lo que permitió medir distancias en el universo. Su trabajo fue fundamental para la astronomía, pero no recibió el reconocimiento correspondiente.

Jocelyn Bell Burnell, astrofísica británica, descubrió los primeros púlsares en 1967. Sin embargo, el Premio Nobel de Física de 1974 fue otorgado a su supervisor Antony Hewish y a Martin Ryle, quienes ni siquiera se molestaron en mencionarla.

Nettie Stevens (1861-1912), genetista estadounidense, descubrió la base cromosómica del sexo, identificando los cromosomas X e Y. A pesar de su descubrimiento, su colega Edmund Beecher Wilson fue quien recibió el reconocimiento por el hallazgo.

La lucha por el trato igualitario de las mujeres tiene un largo camino aún por recorrer, tanto hacia el futuro como hacia el pasado.



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Julio César Centeno

Ingeniero; estudios de maestría y doctorado en la Universidad de California. Profesor de la Universidad de los Andes. Director Ejecutivo del Instituto Forestal Latino Americano. Vicepresidente de la Fundación TROPENBOS, Holanda.

 jc-centeno@outlook.com

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