Cordial y extensivo saludo del pueblo colombiano refocilados como estamos por la justa condena en contra del temible asesino Santiago Uribe Vélez. Tarde pero llegó el día. Como dicen en España ‘a cada cerdo le llega su san José’. Estamos, señoría, en la recta final, la batalla que definirá el futuro del partido y de la patria se apróxima, no queda camino distinto al de prepararnos para ese contienda que definirá, seguramente, la guerra total. Congresistas como S.S. merecen distinción especial por su entrega a la causa en la que han expuesto su tranquilidad, su patrimonio y aún su propia seguridad.
Mantener en alto el lávalo del Pacto atrae cada día a más colombianos de la clase popular, esa que ha sido despreciada durante dos siglos por nuestros hermanos mestizos elevados a la calidad de Señores con la que los premió el amo imperial por su obsecuencia. El fenómeno político del Pacto perdurará en el tiempo para recuerdo de un país que merece mejor suerte después de dos siglos de infamia y desprecio. Veamos un ejemplo: Holguín Mallarino 1992-1998, quien robó el tesoro quimbaya dijo cuando tomó posesión del cargo ‘me gustaría poder matar a todos estos indios despreciables’, Concepto de los parásitos contra el pueblo, mismo con el que alimentan a su descendencia, a contrario sensu a nosotros desde la cuna y en la escuela se nos enseña a respetar a la clase política. Algo deberá ir cambiando entre nostros para que el futuro no sea tan ácido para nuestros descendientes y S.S. como futuro presidente bien que lo sabe..
La verdadera independencia se está comenzando a sentir gracias a hombres como Petro que. han luchado desde la calle, en el foro, en el hemiciclo, dando la batalla que llevará al pueblo indefectiblemente a la victoria final. Petro despertó a un gigante dormido, he intentado desde hace tres años, publicitar por todos los medios el proceso desarrollado por el presidente, su partido, su equipo y desde luego, las frustraciones populares que se han generado por la negación a las reformas del trabajo, pensional y de la salud, entre otras, eliminadas en el congreso por la extrema derecha uribista, que sufre solo con pensar en que el pueblo temga una mejor nivel de vida..
Cuando el cáncer de la corrupción penetra al cuerpo administrativo del estado es cuando la sal se ha corrompido, no queda camino distinto a obedecer a las corporaciones. Decía un profesor emérito Esteban Bendeck Olivella, que resultaba curioso ver en Colombia que a pesar que la corrupción permeo todas las instituciones, caso único en la historia política en el mundo, nunca han sido reprimidos con severidad los criminales. Al contrario su judilización es alimento para subir sus espectativas criminales. Son doscientos largos años que se han sucedido ininterrumpidamente para arrojar, en ‘democracia republicana’, un país empobrecido a pesar de su inmensa riqueza humana y natural, tiempo que nos consumió en el injusto escalafón de pueblo Tercer Mundista, con un desarrollo tecnológíco que apenas nos alcanza para armar y-o reparar máquinas importadas, fabricar vehículos de tracción animal y nos suena a extraterrestre hablar de inteligencia artificial, pero a cambio nos han emujado a especializarnos en hacer empanadas y tamales, cuando la civilización hace décadas conquistó la luna y la complejidad del átomo, nos suena a extraterrestre hablar de inteligencia artificial. Ese es el estado, grosso modo, en que nos encontramos en la actualidad, en donde a decenas de poblaciones no ha llegado la luz eléctrica a pesar del esfuerzo del presidente Petro por sacar al país de las tinieblas horrorosas a las que nos refundieron los gobiernos presedentes, el del Matarife el primero. Existimos porque nos reproducimos como conejos, ese es el quid pro quo del asunton.
Empero una clase marginal que se levantó en medio de los caminos y de las ranchas por servir de cabeza a los amos, logrando atesorar una riqueza a fuerza de entregar nuestra riqueza a potencias extranjeras y a conglomerados trasnacionales. La historia nacional prohibida o alterada, ha logrado ocultar el desangre nacional y la acumulación de riqueza en manos de la clase política y corporaciones que engordan, mientras el pueblo trabajador yace extenuado en una tierra que nunca será suya. Eduardo Caballero Calderón lo recrea en Siervo sin Tierra. Nuestra historia nacional mediocremente narrada a cuenta gotas, porque el depravado moral, César Gaviria, prohibió su enseñanza para salvaguardar a la oligarquía.
Mantener dopada a la población fue el milagro que la iglesia entregó al imperio, primero al español, luego al inglés y por último al Tío Sam. Desde el primer amanecer del siglo XIX emerge un mestizaje que es premiado con el título de burguesia, ramplona sí, sub imperial, de la mano del amo con lo que su ADN se alteró. Adquirieron linaje real. El olor a cebolla y ajo sucumbió de sus lares ante el hechicero aroma francés.
El golpe del imperio fue friamente calculado, se auto garantizaron obediencia absoluta y mano de obra barata para extraer los recursos naturales a cambio de unas monedas tintas en sangre. Todos satisfechos, hasta el papa Pio IX bendijo la fusión anatemizando a los herejes que desconocían la bondad del creador por mano del amo. Aún hoy, después de tanta sangre y músculo desperdiciado, Europa nos ve con los ojos de una blanca trasnochada Ursula von der Meyen (presidenta de la Comunidad Económica Europea), quien sostiene que somos: ‘una montonera de animales sin propiedad’, Trump, presidente de USA, a su vez dice que somos ‘solo animales’; Josep Borrell, ex jefe de Comunidad Europea, a su vez dice ‘Europa es un jardín y el resto del mundo es una jungla’. Dimos todo y no somos nada, incluso para los de nuestra propia sangre. Qué queda por hacer?
Esa clase parasita copó todas las instituciones, nada escapa a su codicia. Todos roban: alcaldes, gobernadores, congresistas. Todos los jueces en Colombia roban, qué juez no se aguanta un cañonazo de un millón de dólares? Vean un ejemplo: un juez tiene en su mesa un expediente con todo el probatorio vertido, cuenta con el tiempo suficiente, auxiliares, conceptos de procuraduría y fiscalía, etc., sin embargo el togado después de 4 años absuelve al criminal, cuando un mes hubiese sido tiempo suficiente para fallar. Cuánto cobró por esa parodia? Lo grave no es que cobre o no, lo grave es que no hay autoridad superior alguna que reprima a ese criminal con toga. En Colombia todos los jueces son iguales, contadas excepciones. La Corte Suprema tiene su propio Cartel de bandidos y sin vergüenza alguna se pavonean como reinas en pasarela.
La constituyente es la opción de cambio.
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Bernardino Pinto