Auditórium

Venezuela: ¡Mi último articulo, me matan hoy!

Holocausto: "La palabra holocausto significa "destrucción total". Esta palabra se asocia con la Segunda Guerra Mundial y el asesinato en masa de Judios por parte de los nazis (en este uso, Holocausto se escribe con mayúscula). La palabra original en griego significaba "todo quemado". Por lo menos desde 1942, sin embargo, la palabra se utiliza más a menudo para describir el exterminio de los Judios por los nazis". Fin de la cita. Anónimo.

Si mis opiniones pudieran tener alguna relevancia, creo que seria pura coincidencia, porque existen otros ‘opinadores’ que se arriesgan en las autopistas de la información sus vidas, y su libertad, como yo hoy hago con la mía. "Mi última carta: me fusilan hoy". 'Vivir a muerte' reúne misivas de resistentes franceses condenados a la pena capital.

¿Qué escribiríamos si supiéramos que nos van a asesinar, dentro de una prisión, por opinar dentro de unos días u horas? ¿Qué mensajes les dejaríamos a nuestros seres queridos? ¿"como hijos, nietos, amigos, familiares, para la posteridad"? ¿Qué horrores de esta tragedia económica, de la emigración a pie del pueblo mas pobre venezolano, para los momentos postreros conjuraríamos, qué cuentas pendientes trataríamos de saldar con la vida antes de partir, de qué nos arrepentiríamos, como serian las despedidas, los recuerdos, y que desafíos plasmaríamos en esa opinión final? ¿Cómo sería nuestro último artículo? Aquí varias citas, y ejemplos de la historia sobran, de las tragedias ocurridas en la Alemania Nazi del siglo XX, con frases celebres: "A las 4pm me van a fusilar. Si vieras lo tranquilo que estoy, madre querida", fueron las ultimas letras de Robert Busillet, de tan solo 19 años, en la cárcel de Fresnes en 1941.

"Vive, tienes que vivir", escribió otro preso condenado a muerte a su amada mujer, antes de caer bajo las balas de los nazis.

"No tengo miedo, no es mi costumbre", fue el último, valiente mensaje a sus seres queridos del preso Michel Dabat, ejecutado por un pelotón de fusilamiento en Nantes.

"Voy a llevar en el pecho nuestras fotos para que me acompañen en el ataúd", "mi alegría más grande sería que pensaras en mí lo menos posible, y que rehagas tu vida", "besos grandes, besos como sólo podemos dar cuando son los últimos", "me gustaría que cuando el niño fuera mayor le habléis mucho de mí", "no te olvides de mis zapatos, los llevé a arreglar, se los das a Maurice".

"Te ruego que de vez en cuando te acuerdes de nuestro amor". "Voy hacia la muerte como a una nueva aventura". "Sé feliz en los brazos de otro". "Siempre he tenido tanto, tanto miedo a morir". "A la tumba, cuando vengáis, traedme sólo flores rojas".

Fueron centenares de cartas, de franceses y extranjeros, que sufrieron la pena capital, la mayoría fusilados por los nazis (muchos de ellos como rehenes), aunque algunos en la guillotina o decapitados por el hacha en la Alemania nazista. Todas fueron escritas entre 1941 y 1944. Vivir a muerte, fueron frases conmovedoras, imposible de dejar de citar, y leer, sin que en más de una ocasión se inunden los ojos de lágrimas. Fueron mensajes desde el paredón. Qué tristeza nostálgica. Una tristeza rara e Inusual.

Este escrito quedará ahí, con su cuerda latiendo en alguna parte del alma de los esbirros. Lo escribo, y me entristece.

Es triste saber, cuando un familiar se despide para no regresar jamás. Espero que, estos testimonios del pasado sirvan para conocer lo mejor del espíritu, y nunca dejarse ganar por la nostalgia, y dar todo por perdido. Creo que no hay mayor fuerza interior, que la que brinda el amor a la justicia.

Los venezolanos presos políticos, como Giovanni Urbaneja, y colaborador de www.aporrea.org rehén desde hace un año en los calabozos, de la Policía Municipal de San José de Guanipa en El Estado venezolano de Anzoátegui, por la fulana ley del odio, sin formula de juicio, quien me hizo llegar a mi correo un mensaje manuscrito de su puño y letra, me partió el alma, y me hizo elaborar este escrito, y con mucha solidaridad también, para todos aquellos presos políticos que viven similar tragedia en las prisiones venezolanas, sin un debido preso, y sin derecho a su legitima defensa, sean puestos en Libertad. Quienes hoy tienen la desgracia de vivir estas experiencias represivas extremas, en pleno siglo XXI en las mazmorras venezolanas creemos más en la bondad del Dios Supremo, que en la fuerza de las bestias.

Espero, como me ocurre a mí, estos testimonios sirvan para conocer lo mejor del espíritu, y a nunca dejarse ganar por la nostalgia y la derrota.

Creo que no hay mayor fuerza interior que la que da el amor, a la justicia.

Quienes hoy sufren la desgracia de pasar por experiencias represivas extremas, deben creer más en la fuerza del supremo creador, que en la voracidad de las hienas.

Fuente: 'Vivir a muerte': Barril & Barral, España 2009.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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