Michelle Bachelet triste por la complicada realidad política de Chile

Quítate tú y me pongo yo y, así iban pasando los años, salía Bachelet y entraba Piñera y, de nuevo entraba Michelet y la realidad política y social de Chile se iba acumulando como un enjambre de redes que se van enredando de problemas que ellos veían, pero no ponían la voluntad interesada de solucionarlos y, ahora cuando Piñera estaba como Dios en las alturas haciendo de las suyas sin oír al pueblo al que ahora desacredita y, los ve como los propios huérfanos que no se quieren apartar del camino atragantados de inquietudes donde se le va la vida con un Piñera encantado de mandar y opinar con injerencia sobre los deberes y derechos que tienen otros países de gobernarse contando los años que le quedan en el poder para no más volver -y para qué más negocios, si la avaricia rompe el saco, y el saco pesa- y, precisando que era su último año de gobierno del que los Estados Unidos estaban satisfechos de su socio neoliberal que pegaba duro y bien plantado frente a Maduro (nuestro dictador), entra una brisa sin dirección y pone al país a arder con todas las direcciones de dificultades que parecían habían quedado atrás, la represión entra en acción y tiene al pueblo contra la pared. ¡No se mueva!

Si eres socialista no puedes ser pinochetista y Bachelet desde lejos otea las circunstancias que la hacen ver que algo andaba mal en su Chile natal desde muchos años atrás que, la llama de la libertad andaba entre vericuetos que, ahora metida entre los derechos humanos de los pueblos del mundo, quiere desconocer o, no quiere mirar sus barbas en remojo, no es posible si su Chile era gobernada por una democracia digna de admiración con un pueblo viendo cada día no verse en el espejo de los venezolanos, venezolanos que muchos les sirven de protección después de pasar por nuestras universidades son carta fundamental en el desarrollo económico-social de Chile, y por qué no, si hasta su vivienda y su automóvil están entre los menesteres que le dan existencia dentro de esa convivencia que los chilenos han sabido aguantar hasta que, de tanto ir el cántaro a la fuente finalmente se rompe y, la memoria de un silencio explota, no más aumentos con servicios pésimos sin aumentos salariales, ni base fundamental de una vida que los llene de atractivos y, entonces la respuesta es inmediata, la represión se desata y los chilenos quedan frente al mundo descalzos como malos hijos, no dignos de un gobierno neocolonialista que pone de mal humor a Bachelet viendo a los carabineros como cuando se está dentro de una dictadura que se queda corta posiblemente, por lo que ella tembló de tristeza y pensó en Allende no en su padre como Macri enfrentó al suyo después de muerto por cómplice.

Por qué será que siempre la ironía los traiciona y entonces se incomodan con el poder y, Piñera como un Luis XIV pensó y se, dijo, L'État, c'est moi, pero el pueblo el que pone y quita gobiernos ha dicho lo contrario y luchando está en las calles de Chile por su vivencia por su perseverancia de pueblo lleno de dificultades este peregrinaje de gobernante presidente no precisan ver ni les interesa si ellos están allí para lo contrario, responder por un grupo que son los que a última instancia salen favorecidos y, ellos, ellos como los miserables de Víctor Hugo que se maten que la paz hay que lograrla con dignidad batallando, respirando profundo, olvidándose que Dios ayuda cuando Él quiera, por eso ayúdate que Dios te ayudará, que hay tiempo de tiempos lo menos que pensaba Piñera, ¿y para qué? Ellos que se jodan como bandidos que no respetan a sus gobernantes que piensan en ellos, que se trasnochan por ellos, que ponen sus barbas en remojo por ellos, que se prestan a las decisiones del FMI por ellos y, esa es la política que los Estados Unidos ordenan y nosotros obedecemos o, sino véanse en el padecer de Maduro de dictador hasta lo más patético tal como la Cuba de Fidel, no sale de una para entrar en otra y ellos adelante y, que siga la tranca.

Y que le dirá Trump a Piñera, lo más posible: Así es que se gobierna y cuenta conmigo y, Bachelet en la ONU triste y solitaria sumida en un profundo desconocimiento que la salsa que condimenta al pavo es buena también para la pava y, ya vendrán los análisis y mientras, no más muertes, ni toques, que el mejor toque se da en el béisbol y, cómo hacer para dar más y mejores recomendaciones si Piñera se parece a Bolsonaro piensan igual que con la vara que midas serás medido, pero después no digan que en Chile algo se está cocinando lentamente y, ojala que tengan un buen final, es decir, abrazados entre hermanos que lo que no sirve hay quitarlo por las buenas o por las malas que, quien sufre siempre es el pueblo pobre el pobre pueblo al igual que Bachelet que no tiene lágrimas que derramar todas las derramó sobre Venezuela que ella cada día al levantarse reza por nosotros y, por Chile qué.



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Esteban Rojas


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