Ese 6 de agosto de 1973... (Como llora una estrella)

Noel Rodríguez sigue titilándonos

“Recuerdos de un ayer…  

Un ayer de fuego, de potro y de pólvora – como dijera Cesar Rengifo-, un ayer de los ayeres, tiempos de la leche Klim, de viceroy, del mustang, pero también un ayer para recordar como un sacramento, el de Noel Rodríguez, el hijo de Zenaida y el viejo Gregorio, el hermano bueno, el flaco sencillo y humilde que se hizo estudiante de economía en la UCV, el que quiso ser médico para hacerle bien a todos, el de El Tigre, el que prefirió el silencio, a la muerte, el que estudio en el Grupo Trujillo, el que de niño, casi pierde un ojo por una travesura guardada en el secreto. Noel, el de siempre, el EJEMPLO, Noel, siempre Noel, el que prefirió la muerte a la traición, el que le gustaba escuchar “como llora una estrella” como su canción preferida. Dentro de ese ayer, la última vez que lo vieron, fue allá en Caracas, en la esquina de La Pelota, en la Av. Urdaneta, ni más allá, ni más acá, una responsabilidad para la patria, una responsabilidad para el partido y la intentó hacer, sólo que la delación se la impidió e hizo que aquel día empezara a ser el largo día de su marcha: aquel 29 de junio de 1973. Tenía 24 años, aquel flaco que de niño se le vio en su bicicleta y sus lentes gruesos, vendiendo “Antorcha”. Aquel, que perdió sus lentes en el tumulto que se prendió en la casa de Acción Democrática, para aquellos años, “de potro y pólvora”. Se lo llevó la Disip de aquellos tiempos, la de Manuel Tirado, su captor, la de Posada Carriles y su oficio de torturador. 

(…) que fue pasión, 

La pasión, la pasion de aquellos tiempos, como hemos de envidiarla hoy, la pasión por la patria, por la vida, la pasión con la que se abordaron las protestas por la desaparición de Noel, la solidaridad de aquellos estudiantes que si sabían de VIDA y de AMOR, que preferían la muerte, a desviarse en el camino del prójimo, que a lo mejor en el discurso desdecían de Jesús (y gracias a Dios se llamaban ateos), pero que en sus corazones militantes les latía un JESUS SUBVERSIVO y MILITANTE. El grito de rabia contra aquel presidente de pelo engominado, dizque socialcristiano, el Rafael Caldera que con cinismo declaraba a los medios, con la mentira por delante para decir que Noel se había ido a Chile, a defender a Allende. ¡y ya NOEL, no estaba!. Por esa ausencia, la desesperación buscando minar la unidad familiar trató de hacer su trabajo. Hasta que, siempre lugarteniente de la mentira vino la invitación a la madre buena por parte del gobierno “para que pusiera la denuncia”, cuando lo que se trataba era de hacer que mama Zenaida optará por el oficio de delatora. No lo fue NOEL, y mucho menos lo hizo Zenaida Mata de Rodríguez. Se quedaron solos los fabricantes de miedos, los alfareros de la mentira, los torturadores se quedaron solos en aquellos espacios que destinaron para ejecutar las órdenes nada cristianas de un gobierno social cristiano que entendía la vida como un rumor, solamente como un rumor. Nada se sabía de NOEL, excepto los dueños de su muerte, que conocían al detalle cada grito, cada AYYYY de dolor. Zenaida y Gregorio, Gregorio y Zenaida (aquí el orden de los factores no altera el producto), los dueños de su vida, llegaron a enterarse que unos margariteños (tacarigueros que pagaban el servicio militar en su mayoría) habían visto a NOEL, en COCOLLAR (tristemente llamado T.O teatro de operaciones, ubicado en el estado Monagas, buscando hacia Sucre). Era Noel, por la cara del papá lo sacaron y vino el gesto noble, el intento de rescate: sacarlo y dejarlo en un lugar seguro…pero en la noche, ya NOEL no estaba, se lo habían llevado los hijos de la muerte, los discípulos de la “señora con sombrero”: la muerte. 

el suave titilar 

El caso Noel lo llevaba para el momento, el asesino POSADA CARRILES, el mismo de la voladura del avión cubano y de tantas muertes, tenía para los padres una serie de recomendaciones de experto (en muerte, por supuesto): búsquenlo en actas de defunción, en los cementerios… después vino con otra de sus mentiras, y coincidió con Remberto Uzcategui (disip), con el engominado presidente - ni tan social, ni tan cristiano – “Noel, estaba en cuba”, si no estaba en chile, pues estaba en cuba, y así, lo estaban aquí, lo estaban allá. Años después, el también de El Tigre, el periodista Alexis Rosas, contaba los pormenores de una entrevista que le hiciera a alguien en el retén del junquito. Y contaba Alexis: “Noel fue torturado por funcionarios de seguridad del estado, se desangró y murió y fue sepultado en un lugar del oriente del país que no identificó. Años más tarde, en un trayecto de 400 kilómetros del oriente a Caracas, fueron tirando uno a uno sus huesos en las orillas de la carretera, de esta forma lo desaparecieron para siempre”. Por lo menos eso creyeron, que lo desaparecían, pero no NOEL GREGORIO RODRIGUEZ MATA, se quedó viviendo en cada estudiante, es el latido de los pueblos que buscan la justicia, es el surco, en la semilla, es el mensaje para aquellos que entienden CUAN DIFICIL RESULTO SER REVOLUCIONARIO AYER, cuan fácil está resultando para algunos entender la revolución solo en el acto de llevar la franela y la boina roja – y que diestros se han hecho en ese arte-. No era tan suave el titilar, y mucho menos la de la estrella que representa una placa policial. Otra era la estrella que hacia soñar a Noel, otra. 

que ayer yo vi. 

Muchos, ni siquiera, vieron esa época, no obstante Noel les insurge hoy. Noel Rodríguez, el hijo de Zenaida y el viejo Gregorio, el hermano bueno, el flaco sencillo y humilde que se hizo estudiante de economía en la UCV, el que quiso ser médico para hacerle bien a todos, el de El Tigre, el que prefirió el silencio, a la muerte, el que estudio en el Trujillo, el que de niño, casi pierde un ojo. Noel, el de siempre, el EJEMPLO. El ejemplo que nos hace gritar al viento con palabras de Maeterlinck A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo entre las lágrimas, y entonces hay que saberse decidir por las más hermosas. Pero eso sí, las más hermosas, la del RECUERDO, las más hermosas, la del pensarte NOEL, insurgiendo corazones, subvirtiendo la ternura armada con fusiles de cariños para todos los pueblos. Y allí vas, NOEL, con Américo, con Solfanny, con Cornelio Alvarado, con el catire Rincón, con todos los que se marcharon más temprano. Este 12 de Agosto, se va a revisar el fuerte cocollar, allí debes estar Noel, quizás, unos metros mas allá este Chacón Lanza, quizás unos metros mas acá Luis Hernández. O quizás los 10 campesinos aquellos que se los trago la noche. 

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Nelson España

Miembro del Frente Antiimperialista de la Zona Sur - Anzoátegui

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