La inseguridad como política...

Ese tema, el de la inseguridad en el país, el de la violencia familiar, el sicariato, el uso ilegal de armas, el micro tráfico de drogas y su consumo en escalas no conocidas, aunque si las formas y los tipos, el consumo de alcohol en sus diferentes y múltiples marcas, nacionales e importados, el del chimo, tabaco y cigarrillo, el abigeato, el contrabando y la devastación de zonas boscosas bajo régimen de administración especial o no, el de la desinformación de estadísticas por parte de medios de comunicación, la televisión, el cine y los videos y películas piratas, ya son, hace rato, una política de oposición.

La violencia carcelaria y su exposición pública, los muertos diarios, semanales, mensuales y anuales que suman estadísticas expresivas de terror y que no son dadas, precisamente, por las autoridades locales, regionales o nacionales y mucho menos desmentidas y muy pocas veces comparadas con otros años o lustros o décadas. El secuestro, el robo y el hurto y el peor de los males, la corrupción, forma parte de ese folclor cotidiano de la Venezuela de hoy.

El cada mas desmejorado servicio de atención bancaria, pública y privada que ocasiona colas desde tempranas horas y mucho desasosiego en el usuario y el de las telecomunicaciones que atienden con una oficina a una población que sobrepasa el millón largo de habitantes como Puerto Ordaz, sea de Cantv, como Movistar o Digitel. El aumento de la tarifa en el ABA, por ejemplo, por la empresa de todos los venezolanos que ahora poseemos el Satélite Simón Bolívar.

El aumento desmedido y no controlado de un kilo de verdura que en esta misma ciudad cuesta 14 bsf., si, eso cuesta. Tres bsf., más que un kilo de pollo y 4bsf., más que un kilo de carne de Mercal. Que la carne se consiga en todos los mercados públicos administrados por los gobiernos locales y que sea allí donde la expenden a precios por encima de la regulación, frente a los ojos del administrador. Que el queso solo se consiga en los mercados antes mencionados y en las avenidas de la ciudad a 35 bsf., el kilo, pues es como una bofetada al usuario sin posibilidad de responderla. Y súmele a ello el azúcar y otros rubros de interés.

Todo ello representa inseguridad, mas la inacción del funcionario público ante tanto hecho delictivo o faltas de carácter administrativo que no son encausadas ante la autoridad respectiva.

Si, ello da pie a una política de oposición propiciada la mitad por ellos mismos que son dueños de la mitad de los servicios y la otra, no por el gobierno, pero si por los entes que en cada área de la vida cotidiana tienen sus funciones plenamente configuradas en normativas de carácter general. Ah!, pero, en cada una de ellas cada organismo actúa, a mi manera de ver, al son que le toca o no le toca el JEFE, y de allí al supervisor y llega hasta el ejecutor. Toda una cadena silenciosa de conformismo, de negocios personales o grupales, de conchupancias de la autoridad que producen al final esa sensación de INSEGURIDAD en que vive, presuntamente, el país.

Así, todo el mundo vive atemorizado y más aun si, el que gobierna, el maneja el orden, el responsable por la vida y los bienes de las personas, el que debe proporcionar salud, educación, cultura, modos y estilos de vida no da la cara al fenómeno de la desinformación.

El terror mediático lleva a la gente al borde del abismo porque ese responsable no dice que hay más de millones de estudiantes en el nivel universitario público y que cada día se suman por las medidas legales que se han tomado. No se dice que se han construido unos 530 Centros de Diagnostico Integral equipados con equipos de alta tecnología. Se mantiene en silencio la existencia de los jóvenes venezolanos que hoy hacen pasantías en los hospitales, CDI, CAT, ambulatorios y Barrio Adentro y que han sido formados en las escuelas cubanas de medicina.

Que en San Agustín funciona un metro cable no es noticia de interés. Que el tren que cubre la ruta Caracas-Charallave es invisibilizado se toma como común. Que el sistema ferroviario que va lentamente cruzando el país solo existe para los constructores y aquellos que por suerte hacen sus vidas en los alrededores de tan importante obra. Que los puentes Orinokia y el que se construye entre Caicara del Orinoco y Cabruta es solo un sueño del líder y de quienes le siguen. Que la comida que se expende en los mercales y pdvales diariamente en cada rincón del país es una obligación del gobierno.

Que mantener el empleo y subir las asignaciones por vejez, sobrevivientes, el sueldo mínimo es utópico porque cuando le llega a la cuenta al usuario ya el especulador se lo está sacando con los altos precios de los bienes y servicios. Que funcione una universidad como la UBV, como la Unefa, como la DE Cultura, como la Misión Sucre es relativa su importancia. Que esa universidad haya llegado a los municipios del país, 335, es algo también, normal.

Tenemos el poder y la capacidad de hacerlo ver todo, tomemos el toro por los cachos y salgamos al ruedo a difundir lo que hacemos y no viviremos la experiencia del pueblo chileno y otros tantos que en la faz de la tierra lo intentaron e iban venciendo pero se descuidaron y el enemigo, que es el mismo nuestro, los venció.

ajvmederico@hotmail.com

San Félix, 4.5-2010


Esta nota ha sido leída aproximadamente 4168 veces.



Antonio Valdez Mederico


Visite el perfil de Antonio Valdez Mederico para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Antonio Valdez Mederico

Antonio Valdez Mederico

Más artículos de este autor