Del país profundo: Rafael Rincón González en el abecedario más antiguo de Maracaibo

Va cantando el pregonero
vendiendo su mercancía
son las cinco y el lechero
nos viene anunciando el día
Alevántese señora
que se hace de mediodía
la leche viene en los potes
con espuma de alegría…

“…Ese pregón lo escribí yo un día 3 de julio del año 1944 y lo escribí porque Jesús Reyes “Reyito” el negro hermano mío me lo pidió. Él fue una persona que quise mucho y que siempre recuerdo. El cantaba mis canciones y también el punto y el son cubano y un día me dijo “mira Fucho, yo voy pa’ Cuba, tengo un contrato con la CMCuba y RHC, pero yo no voy a cantar punto cubano porque allá está Guillermo Portabales y todos esos dragones del punto cubano, yo lo que voy a cantar allá es música tuya, la música de Maracaibo”, entonces me dijo “¿Por qué no me haceis un pregón?”, y de tantas cosas que le había escrito se me ocurrió entonces hacerle el pregón un día que fui a despedir a mi hermano José con llanto y todo, como si se fuera para otro mundo, porque iba a viajar para Caracas y se podía tardar más de una semana saliendo desde Maracaibo, porque eso era muy difícil en aquel tiempo.

Yo estaba muy joven, era maestro cortador de sastrería y cuando voy regresando para mi taller, camino mezclado entre los vendedores y los que gritan las noticias del Panorama y el otro y qué se yo, bueno y me inspiro allí y escribo la canción como a las seis de la mañana y como a las diez ya se la llevo a “Reyito” y “Reyito” la cantó y la estrenó y se la llevó para Cuba y desde ese tiempo del año 1944 para acá esa canción anda zapateando por todas partes, no solamente aquí en Venezuela, sino que además de tenerla la Sinfónica de Maracaibo me la grabó la Orquesta Filarmónica de Londres y esas son las canciones que ya no se van del pueblo, porque el pueblo lo dice y el pueblo nunca se equivoca…”

...Aquí llegó el panadero, pan, pan, pan
hay galletas y bizcochos marchante
y atrás viene el mandoquero
calientitas mis mandocas
atrás viene el mandoquero
gritando de a tres por locha.

Llevo mangos, llevo piñas
guineos y chirimoyas
también traigo yemas frescas
gallinas gordas y pollos.
Panorama, Panorama
con las últimas noticias de hoy
Un hombre que se ha guindao
desengañado en amor...

A este gran amigo que falleció un 15 de enero del 2012 en su Maracaibo natal le había conocido justo dos décadas antes, cuando nos pidió recorrer el Estado Bolívar con su guitarra y su esposa Nora Romero, también cantante. Dejó su estela en varias localidades incluida la población de El Callao a la que le compuso también varias estrofas destacando la gracia de las madamas en ritmo de calipso, solo una canción entre cientos de temas que le hicieron famoso a lo largo de la vida. Su guitarra y él lo envolvían todo cuando empezaba a silbar tan variadas tonalidades, danzas, contradanzas, valses, bambucos, palomas joviteras y gaitas. La arquitectura de su voz retornante era un singular romance. Tesoros vivos en su honda pasión por la música empapada de todo lo que aprendió en Maracaibo. Allí en su nueva residencia zuliana al norte de la ciudad, siempre le visité cada vez que pude y se hacían interminables nuestras conversaciones.

“…Nosotros nacimos y tuvimos la suerte de vivir en barrios sumamente humildes de Maracaibo como El Saladillo. Allí nos criamos hasta cierta edad viviendo para la calle derecha, es decir, la calle Ciencias. Entre 1930 y 1931 estaba más grandecito y aunque no cantaba en ninguna parte ya era tenor, porque tuvimos la oportunidad de criarnos en ese ambiente tan especial, donde por cierto se cumplía la ley del mayor al menor. Teníamos que respetar al hermano mayor y cuando mi padre Neptalí Rincón terminaba la clase de música, entonces seguíamos entre pinceles y colores. No solamente fuimos músicos, sino que también hubo pintores y eso me dio la oportunidad de ser lo que soy. La casa nuestra sobresalía por el arte, porque papá la mantenía siempre pintada, bellísima, era una casita muy diferente a todas las demás del barrio por las decoraciones que le hacía papá. Desde muy niño fui muy activo porque papá era maestro. Mis hermanos mayores decidieron casarse y se separaron de la familia, entonces, como yo era el cuarto bate, no porque quería, sino que por la dinastía era el número cuatro, entonces le dije a papá, ¡papá, yo no te dejo, yo me quedo aquí!, y me puse a trabajar, primero con la costura, me hice sastre cortador y después normalista y me fui a los liceos y a las escuelas a enseñar y a fundar distintos grupos musicales. Pero tú sabes lo que es triste, ver a Maracaibo tan destrozada como la destrozaron. En el año 1971 fuimos a hablar para que detuvieran la demolición de El Saladillo y la respuesta que nos dieron fue que el progreso no lo detiene nadie y crearon ese adefesio que se llama paseo Ciencias en el sitio donde yo me crié. Eso no se pudo evitar…”

El Saladillo quedó solo en el mapa de los recuerdos de Rafael Rincón González. Desde el año 1970 durante el gobierno del presidente Rafael Caldera se decide su demolición para dar paso a otro concepto de ciudad que nunca terminó de aceptarse. Son desterrados los que nacieron entre las hermosas casas de zaguanes y de grandes puertas y ventanas donde se aprovechaban las corrientes del aire maracaibero. El barrio más auténtico de un siglo a otro quedó fulminado y con su destrucción desaparecen tradiciones muy antiguas y un tipo de comercio y de vida familiar de la ciudad puerto junto al famoso lago. Apoyado en el verdadero esplendor de El Saladillo, Rafael Rincón González que nació en una de esas casas un 30 de septiembre de 1922, dedicó su vida a exaltar el alma de ese pueblo.

“…La música que veíamos y oíamos, era música de Pepe Villalobos, del maestro Ulises Acosta, de Marcos Ramírez, del maestro Heraclio Fernández, de Trinidad González y otros, esos fueron los que formaron en mí el gusto por la música, pero con el famoso reventón petrolero del pozo barroso aquí en el Zulia, todo empezó a cambiar y aparecieron otras tendencias en la música y en la cultura. Yo siempre me opuse a eso y me acuerdo que después de la revolución de octubre le canté al poeta Andrés Eloy Blanco aquí en Maracaibo esa canción Pregones Zulianos y él me dijo ¡mira, tú no sabes los que estás haciendo, pero la historia se va a acordar de ti!. Después que me dijo eso Andrés Eloy Blanco en el oído, yo pensé y también me dije: Bueno por qué tengo que hacerle caso a los ladridos de alguna gente que se la pasan tratando de molestarme a mí…”

...Ya se acaba el primer premio, un, dos, tres
sólo quedan dos quinticos para usted
el carnerito, los bagres
y un buen lomito de res
el carnicero en su burro
gritando de cuando en vez.


Caminando por las calles
rumbo a la Plaza Baralt
un carbonero se empeña
en que deben de comprar
el carbón de Saharito
el mejor para planchar
le apuesto a que cinco reales
nadie se los puede dar.

Cómo que no vais muñeco a limpiar
te los dejo muy brillantes, por un real
tengo pomo, crema negra
y un marrón que es especial
soy el mejor limpiabotas
que hay en la Plaza Baralt.

Rafael Rincón González en su Maracaibo natal. 2006
Credito: Rafael Rincón González






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Benito Irady

Escritor y estudioso de las tradiciones populares. Actualmente representa a Venezuela ante la Convención de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial y preside la Fundación Centro de la Diversidad Cultural con sede en Caracas.

 irady.j@gmail.com

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