Ruralidades

El opio del cautivo

Marx dijo bien desde su época: “la religión es el opio de los pueblos”.  Consiguió el odio de los que distribuyen ese tipo de conformismo. Nosotros, humildes ante el gigante propulsor del Socialismo, y para no caer en el Confucionismo que las seis mil sectas del mundo propician por encargo, hablaremos de una docena cuales son las que mas se destacan en Venezuela. Y como ya la colectividad conoce sus nombres, aun sin identificarlas por separado, no es de nuestro interés calificarlas pues ninguna es mejor que la otra, aun cuando hacen esfuerzos individuales por aparecer como principal mensajera del anticristo agazapado.

En cuanto a nosotros si nos interesa decir, conjuntamente con muchos compatriotas, que esas doce sectas religiosas seguramente acorde con las otras 5988 del resto del mundo, variaron la táctica en vista del cambio de percepción de los pueblos dadas las farsas que, casi a lo macho, han pretendido hacernos creer. Ya los pregoneros de la mentira no esperan a los incautos en sus iglesias. Es que casi nadie asiste a sus llamados. Las amenazas inquisitoriales están boqueando. No les queda nada más expedito que los pequeños grupos cautivos, llámense estos carcelarios, hospitalarios o de viejos en reposo. Hasta allá van ellos con sus macundales vacios para traerlos llenos. Y si no hay para llenarlos materialmente los colman con las promesas de adhesión. ¿Que mas le queda al cautivo?

Pero si todo culminara con el aleluya, podría asimilarse como el arte del encantamiento a los resignados, que en muchos casos no lo son pero lo aparentan según las circunstancias. Es que esto va mas allá, y aquí si hace mella la inquisición de la palabra, mas cuando al mismo Benedicto XVI se le salieron las intenciones demagógicas.  Es decir, mientras que con los jerarcas del catolicismo de Venezuela hablaba de no “meterse en política” al tiempo que les decía “ustedes son autónomos”, a la feligresía brasileña le recomendaba no votar por la valiente luchadora Dilma Rousseff. Quedó desnudo en su demagogia, con todo y el perdón para los curas pederastas. Por supuesto, ese comportamiento del sumo de la católica lo asimilan  los mentirosos de las doce sectas venezolanas para reforzar sus mentiras y esconder sus pecadillos y los de los jerarcas, como es el gravísimo y criminal de la violación de unos cuantos miles de niños a los que sus padres, de buena fe, entregan a las iglesias para su educación.

Todo eso lo saben los pueblos, aunque hayan algunas madres que, quizás por vergüenza aunque no hayan sido tocadas en su amor propio, salen a la calle a gritarle a Chávez “con mis hijos no te metas”.  Es que los mentirosos y pederastas ejercieron sobre ellas todo su poder de engaño con un trapo negro que les sirvió de paraban mientras los niños sufrían.

Antes hablamos de cautivos y, por supuesto de cárceles, hospitales y recintos de reposo donde ordenan el alcaide (ojo, no alcalde), el director del nosocomio y el director de los viejos. Pues hasta esos espacios llegan los embusteros con su “opio”. Ahora aprovechan, aun cuando ya los practicaban de manera sibilina, los consejos políticos de Benedicto al Brasil.

Por otra parte ¿serán los carceleros quienes en realidad controlan el movimiento penitenciario incluido los que entran y salen con sus biblias a la vista? Sí o no, es una vieja costumbre la de “evangelizar” a los cautivos, muchas veces con fatales consecuencias, como la ocurrida con dos familias evangélicas en Guanipa que eran visitantes de presidios y fueron asesinadas a mansalva en sus propias casas. Y lo otro es que esos rezanderos llevan y traen mensajes, ¿tendrán emolumentos por ello?

Para terminar, un llamado a los Ministros que en observancia a las tres R  habrá que agregarle una V para verificar.  ¿Es que acaso entraría por ese camino de la evangelización el opio del cautivo y los consejos de Benedicto a los recintos carcelarios, hospitalarios y a los del reposo del guerrero y de la vida?

Patria, Socialismo o barbarie.

                      *pedromendez_bna@yahoo.es



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Pedro Méndez*


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