14 de noviembre de 2017.- Pedro Estacio tiene más de cuarenta años ejerciendo el periodismo en Venezuela. También ha incursionado en diversos géneros literarios, como el ensayo, los cuales destacan por su magistral manera de explicar -desde la profundidad de la sencillez- temas relacionados con la comunicación, la educación; y la convivencia entre los seres humanos.

Su participación consecuente en la investigación, y la crítica constructiva sobre las múltiples realidades y los fenómenos sociales en el país; lo convierten en digno ejemplo ciudadano, y en una importante referencia como periodista y docente.

Amor por el periodismo

"En mis ensayos hay una constante: El amor. Amor por los hijos, amor por la verdad en el periodismo, amor por la ciudad y sus indisciplinadas y desorganizadas personas, y amor sano por la política sana que no es otra cosa más que actuar con una conducta ejemplar, sin mentiras, ni demagogias, ni lisonjas. Un comportarse respetuosamente", expresó el escritor.

¿Su compromiso permanente con la palabra, lo ha llevado alguna vez a experimentar estados reveladores como ser humano sobre sus acciones y propuestas ante el mundo?

Si. Sentí un encuentro con la verdad histórica por dos profesores de historia que tuve; una en el Centro de Formación Docente "Andrés Eloy Blanco", y con un profesor en el liceo "Juan Vicente González". Fue una sensación de saber que había opiniones que no se decían, pero que existían más allá de las fechas históricas que leíamos. Que la independencia venezolana era política, pero también económica.

Como fiel observador de su entorno, ¿Qué es lo que más le gusta y le disgusta de la actual realidad venezolana?

Me gusta el carácter sencillo, afable, dicharachero, bromista del venezolano. Eso solo lo he apreciado en Brasil. Un catedrático colombiano me dijo una vez que se había asombrado de la forma tan simpática como nosotros y los políticos y altos funcionarios nos tratábamos; con respeto, amabilidad, simpatía; pero sin protocolo, ni distancia. "Allá no podemos acercarnos tanto a los mandatarios como lo hacen ustedes", me dijo. Me sigue disgustando esa especie de desorganización caribeña, requerimos disciplina; porque esta es realmente la herramienta que nos permitirá salir del subdesarrollo y transformar todo lo que queremos y debemos.

Entre sus publicaciones destacan: ¿Qué te ofrece ese hombre?, editado por Funsagu, y La manada no va a la Escuela, por el Fondo Editorial Fundarte, en 2002. Otro de sus títulos publicados por la Editorial El perro y la rana; del Ministerio de la Cultura, son: ¿Alguien dice la verdad? de la Colección Alfredo Maneiro (2005), y Los hijos: semillas de vida, de la Colección Entreverado (2006)

"Cultura es revolución"

Siendo un promotor cultural de importante trayectoria, ¿Cuáles cree usted deberían ser los temas a impulsar de manera conjunta; -en esta área- entre el Estado y las instituciones privadas?

Creo que todavía mucha gente no logra entender que cultura es revolución, igual que el socialismo, transformación, educación; ciencia y tecnología. Se trata de soñar, diseñar y construir lo que soñamos; porque eso tiene que ver con todo ese mundo en el que vivimos y con todas las áreas de ese mundo: soñar y hacer; y no de manera individual porque no estás solo en la vida. Eso hay que destaparlo de una vez por todas. Los ciudadanos están viendo todo a su alrededor como en estantes, como si la vida fuese un supermercado.

¿Qué sumaría, erradicaría y transformaría del contenido programático impartido en las escuelas de comunicación social en el país? (Tomando en cuenta que también se desempeñó como docente).

Hay que cambiar el modelo actual. Debemos enseñar a ser periodistas, porque el periodismo es una especie de arte vinculado con el pensar y con escribir ese pensar; con el olfatear y escribir ese olfatear, con el ver y escribir lo que vemos. No se trata simplemente de comunicar lo que ven nuestros ojos, sino de expresar el sentido que tiene lo que vemos. Requerimos profundizar mucho sobre el sentido de las palabras, que son las herramientas prácticas de nuestro arte.

Sus libros invitan a la reflexión en lo filosófico, social, educativo y cultural. En el presente, ¿Cuáles son las historias que más lo seducen como escritor?

Dos asuntos me invitan a diario en este reflexionar: las personas; sus vidas y sus conductas y lo que pudieran hacer -que ahora lo están haciendo muchos gracias a la revolución bolivariana- para transformar sus vidas y el ambiente en el que se desenvuelven.

Recibió las menciones honoríficas: Premio Nacional de Periodismo Científico (1984 –1985). Premio Municipal Periodismo Científico (1988 – 1990 1994). Premio "Antonio Arráiz" Diario El Nacional (1991). Premio Fundayacucho (1991 – 1992). Premio "Luis Beltrán Prieto Figueroa", (1994). Premio Municipal de Periodismo de Chacao "Chepito Gerbasi", Mención información 2000. Mención de Honor, Concurso Literario Fundarte, con el Ensayo "La manada no va a la escuela" (2002), entre otros

¿Cómo destacado periodista institucional, cuáles serían sus propuestas para lograr servidores públicos con mayor sensibilidad social en el país?

La respuesta está en parte de tu pregunta, es decir; en lograr, de una buena vez; que las personas en general, tanto los que laboran en el sector privado como en el oficial, entiendan que son servidores públicos, es decir; personas que hacen una tarea que va a beneficiar a los demás, que no son empleados de quince y último.

El periodismo en el venezolano

Según su criterio, ¿Cuáles son los aportes del periodismo cultural venezolano?

El periodismo cultural está rescatando parte importante de la vida del venezolano que ha permanecido sepultada por esta vorágine que significa ese proceso de transculturización; que lo vemos en una botella de gaseosa cualquiera; un árbol de navidad cuando nos olvidamos que la ciudad de noche con su brillar nos dice que nuestra costumbre en diciembre fue mostrar un nacimiento. Afortunadamente hay un esfuerzo que viene haciendo el semanario cultural Todos Adentro, pese a circunstancias adversas que ha padecido; de mostrar al país el pueblo que somos; que canta, baila, escribe, pinta, sueña, utiliza sus manos, su mente, y diseña y construye cada día.