El Experimento

Los Defensores del bolívar hemos saludado como un paso en la dirección correcta los anuncios del Presidente Chávez en política fiscal y cambiaria con motivo de su reciente reunión con empresarios nacionales. Sin embargo, en aras de lograr un combate más efectivo contra la inflación, creemos que el Presidente pudo ir mucho más allá.

Por ejemplo, además de eliminar el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), también pudo haber hecho lo propio con el altamente regresivo Impuesto al Valor Agregado (IVA), que afecta sobretodo a los sectores más desfavorecidos de la población y que no se justifica ni moral ni económicamente a la luz de los ingentes ingresos petroleros. 

La medida de flexibilizar el control de cambio para las empresas registradas en CADIVI que hagan solicitudes no superiores a los 50.000 dólares, con la sola exigencia del control a posteriori,  nos parece altamente riesgoso para las reservas monetarias del país. El Presidente no dijo cuántas veces una misma empresa puede solicitar el cupo máximo de divisas en lo que resta del año. Se podría entonces dar el caso de que una misma empresa solicite el cupo máximo o una cantidad cercana al mismo varias veces al año. En el año 2007 el promedio diario de divisas liquidadas por CADIVI fue de 170 millones de dólares. Como hay más de 7.000 empresas [1] registradas en CADIVI, bastarían 1.700 solicitudes diarias del cupo máximo para que se alcance el 50% de dicho promedio. Eso podría conducir a una rápida caída de nuestras reservas internacionales.

La principal falla de esta medida es que se trata de un cheque en blanco que se le da al empresariado y que carece, además, de un elemento disuasivo que lleve a los empresarios beneficiados a auto moderarse en la solicitud de las divisas. Además, la medida es excluyente, porque deja fuera el grueso del pueblo venezolano.

Otra debilidad de la medida en cuestión es que las divisas que se otorguen se cargarán a las reservas internacionales del país, lo cual contribuye a debilitar la base de sustento de nuestra moneda que es precisamente el nivel de dichas reservas. Cuanto más alto sea éste, mayor fortaleza tendrá el bolívar. Por ello, sugerimos que las divisas otorgadas mediante esta flexibilización cambiaria sean cargadas a las reservas excedentarias del país acumuladas en el Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN).


El Presidente calificó esta flexibilización cambiaria como un experimento cuya fecha de finalización es el 31 de diciembre de este año. Sin embargo, no hay garantías de que esta medida tenga los resultados deseados, a saber, aumento de la producción y disminución de la inflación. Primero porque no existe ningún compromiso en este sentido por parte de los empresarios y segundo porque al mantenerse el control de cambio seguiría existiendo el dólar paralelo, el cual sería utilizado por los empresarios como referencia en la reposición de inventarios futuros.

Aprovechando los colosales precios del barril de petróleo que para este año no deben caer por debajo de los 100 dólares en promedio, y que garantizan unos ingresos excedentarios no inferiores a los 52.000 millones de dólares, nos permitimos proponer la puesta en práctica de otro experimento en política cambiaria, el cual a nuestro juicio garantizaría el aumento de la producción nacional, la disminución de la inflación a niveles mínimos y la desaparición del mercado paralelo de divisas.

El experimento que sugerimos consiste en efectuar una mini revaluación del bolívar cada día hábil por una cantidad fija, disminuyendo el tipo de cambio por ejemplo en 10 bolívares diarios, de tal manera que en 10 días hábiles, el dólar se habría depreciado en 100 bolívares. Este sería el elemento disuasivo que con seguridad inducirá a cada venezolano a valorar más su moneda y a abstenerse de comprar divisas con fines especulativos, pues de antemano se sabría que el dólar oficial perdería 10 bolívares el siguiente día hábil.


Simultáneamente con la revaluación del bolívar se emprendería con carácter experimental un período de suspensión temporal del control de cambio, al que llamaremos Período de Cambio Libre Supervisado. Durante el mismo  se efectuará un seguimiento o monitoreo diario, hora a hora,  del nivel de las reservas monetarias internacionales. El objeto de este monitoreo es evitar una fuga masiva de divisas que haga caer su nivel por debajo de un valor especificado previamente, al que llamaremos Nivel de Alarma.  De producirse esto último, inmediatamente se retornaría al régimen de control de cambio, como el que existe actualmente, con la salvedad de que durante el mismo seguirán las mini revaluaciones diarias del bolívar y el monitoreo continuo del nivel de las reservas. Tan pronto como estas últimas superen un nivel predeterminado al que llamaremos Nivel Seguro o Nivel Óptimo se retorna nuevamente al régimen de cambio libre supervisado manteniéndose las mini revaluaciones diarias. Sugerimos adoptar como nivel de Seguridad 31.000 millones de dólares y como Nivel de Alarma 25.000 millones de dólares.

Ahora bien, surge la pregunta: ¿Por cuánto tiempo deben mantenerse las mini revaluaciones diarias del bolívar? Sugerimos que se utilice un objetivo de índole socioeconómico como el indicador que sirva de referencia para marcar el cese de las mini revaluaciones.  Ese objetivo podría ser cuando el salario mínimo iguale o sobrepase el costo de la canasta básica, ambos expresados en dólares. Hemos denominado Hambre Cero este objetivo.

Para el mes de abril de 2008, la canasta alimentaria normativa estaba en Bs. F. 713,21.
[2] La canasta básica es el doble de la canasta alimentaria, o sea, Bs. F. 1426,42, o $663,45 (a la tasa de Bs. F. 2,15/$). Por otra parte, el sueldo mínimo actualmente es de Bs. F. 799,23, o $371,74 (a la tasa de Bs. F. 2,15/$). Por lo tanto, en la actualidad el sueldo mínimo apenas cubre el 56% de la canasta básica, muy lejos del objetivo Hambre Cero.

Ahora bien, mediante la revaluación el bolívar es posible lograr la disminución de la canasta básica en bolívares por una parte y el aumento del sueldo mínimo en dólares por la otra. En efecto, sólo la revaluación garantiza en un país netamente importador como Venezuela la reducción de la inflación y al mismo tiempo el aumento en dólares del sueldo mínimo, sin necesidad de recurrir a los aumentos por decreto.

Manteniendo el sueldo mínimo en Bs. F. 799,23 y llevando a cabo las mini revaluaciones propuestas durante 115 días hábiles, se alcanzaría un tipo de cambio de Bs. F. 1,00/$ y el sueldo mínimo llegaría a $ 799,23, un aumento del 46,51% en menos de 6 meses! Si la canasta básica para ese entonces es igual o inferior a este valor se suspenden las mini revaluaciones. De lo contrario continuarían hasta que se logre el objetivo deseado.

 


eudesvera@cantv.net



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Eudes Vera

Ingeniero Electricista, UDO, 1969. Jubilado UDO como Profesor Titular en 1994. Maestrías y Ph.D.en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Pennsylvania (EEUU), Aston y Hatfield, Reino Unido.

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