Factibilidad de Nuevas Ocurrencias y Opciones de Mitigación Global y Local

Las Inundaciones de los Llanos Centro Occidentales de Venezuela

El 14/07/2025, se hizo circular en Wasatch un documento titulado La Tendencia Evolutiva de los Excesos de Aguas Superficiales e Inundaciones en Los Llanos Occidentales de Venezuela "Condiciones que determinan su Opción de Control. o de Convivencia". Trata de un resumen de trabajo publicado por el Programa de Inventario Nacional de Tierras (PINT) del MARNR en 1.979 sobre: "Los Excesos de Aguas Superficiales en los Llanos Occidentales, su Problemática, Bases para una Solución Integral" dentro de la serie de Informes Científicos del PINT, identificado como PINT Zona 2 / IC / 23, Maracay septiembre de 1.979. en el cual tuve activa participación.

En dicho resumen, se hace referencia, a la tendencia general que caracteriza la dinámica fluvial de los Llanos Occidentales; analizando cuan factible son las posibilidades de mitigar los fenómenos de excesos de aguas superficiales y a qué ritmo es necesario adaptarse a su regularidad y existencia, como un factor del medio natural con el cual hay que convivir; admitiendo o reconociendo que la dinámica de las aguas está muy influenciada por la geogénesis y morfogénesis de los diferentes paisajes que conforman la región Llanera, cuya formación y desarrollo tiene relación con sucesos tectónicos de la era pre cretácica, que marcan las tendencias de las sedimentaciones y los movimientos de las aguas..

En base a esta particularidad, se interpreta que esta región Llanera, funcionó, en épocas geológicas pretéritas, como un sistema o cuenca endorreica, con dos focos de convergencia de las aguas el principal ubicado entre Arismendi y el Baúl, y otro de menor magnitud en el sector Uribante Punta de Piedra, áreas actuales del Estado Barinas, situación pre-existente antes de la conexión al mar a través del rio Orinoco. Argumentación sustentada en interpretaciones del mapa tectónico, que define el macizo del Baúl, como de origen precretacio, al igual que la fosa tectónica de Santa Bárbara en Barinas, la cual progresivamente fue rellenada por sedimentación, invirtiendo su relieve a una altura superior a la depresión del Baúl- Arismendi, que se convierte en la altitud más baja de la Región Llanera; actualmente alrededor de los 35 msnm; que aun recibe sedimentación en sus periferias por el explayamiento de los ríos Guanare, Portuguesa y Cojedes, que luego en temporadas de aguas bajas unifican sus caudales en el rio portuguesa para desembocar en el rio Apures; condición predeterminante para que en épocas de lluvia se sigan manifestando fenómenos endorreicos o semiendorreico que concentran los excesos de agua de los ríos convergentes en el Guanare, Portuguesa y Cojedes.

Si Interpretamos la situación, después de la conexión con el mar a través del rio Orinoco (posiblemente en el cuaternario reciente), las áreas de mayor inundación, han ido ampliándose por la muy escasa pendiente de las planicies inundables, cuya expresión es posible verificar cuando la altitud de la desembocadura del rio Apure en el Orinoco es casi igual a la depresión del Baúl Arismendi, (35 m.s.n.m) mínima o casi ausencia de pendiente en una distancia de 220 km; si a dicha a condición, le agregamos, que el nivel de base del rio Orinoco en época de crecidas o aguas altas, en las cercanías de delta ,se ubica entre 5 y 10 m.s.n.m; el desnivel desde la entrada del Apure hasta Delta Amacuro es de 20 a 25 m en una distancia no menor de 400 km.

Condición que limita la drenabilidad de las aguas, con represamientos y desbordamiento en cadena, cuando el Orinoco alcanza su nivel de base (cercano a los 10 msnm) frena la desembocadura de sus tributarios, especialmente del Apure, el cual frena al rio Portuguesa y este al Rio Cojedes, al igual que otros ríos llaneros que buscan su conexión con el Portuguesa (el Guanare particularmente), que desborda en el margen de la depresión del Baúl –Arismendi; que cuando superada su altitud (35 m.s.n.m) ;dispersan sus aguas, hacia otras explanadas, como los esteros de Camaguan y planicies aledañas con influencia del río Guariquito, igualmente represado por la convergencia Apure-Orinoco. Situación manifiesta hasta tiempos pretéritos no remotos (primera mitad del siglo pasado), sin intercepción del dique carretero La Negra –San Fernando de Apure, con efectos menores en poblaciones dispersas, ubicadas en áreas de médanos con mejor altitud, caso de Camaguan, Guayabal y Cazorla, cuyas alturas promedias no superan los 45 m.s.n.m, condición que igualmente afectan a poblaciones de la margen derecha del Rio Apure, con alturas casi similar

Una vez construido el Puente sobre el rio Apure (1.959-60) y establecida la conexión terrestre entre Camaguan y San Fernando de Apure, mediante terraplén, entre la Negra y dicho Puente; lo cual unido a otros terraplenes en la margen derecha del rio, con dirección a la población de Biruaca con prolongación hacia el oeste, para defensa de poblaciones Apureñas; sumado a la construcción de la carretera San Fernando -Achaguas, sin suficientes desagües; alteran la dinámica natural de las aguas, que provienen de múltiples cuencas tributarias del Apure, en su margen izquierda. Suceso o circunstancia que obliga a pasar por el puente de San Fernando, el agua proveniente de todas las cuencas hidrográficas de los Llanos Occidentales y áreas de Colombia, que drena las cimas montañosas del Páramo del Tama en frontera con el estado Táchira de Venezuela, donde nace el rio Sarare; además de las aguas del Rio Turbio del estado Lara y subcuenca de las depresiones de los Valles altos de Carabobo y Yaracuy que confluyen en el rio Cojedes. En general se estima que el área drenada hacía dicho puente, provienen de una superficie cercana a los 120.000 km cuadrados

Otro factor de consideración en el análisis, es la activación de la madre vieja o cause antiguo de rio Apure, que presionado por dicho embudamiento, en crecidas excepcionales; entra en actividad con altos volumen de agua, que buscan salida hacia antiguas áreas de desbordes en localidades del Samán y Achaguas, actualmente interceptada por terraplén de la carrera, con estrecha salida por puente insuficiente que ocasiona represamiento hacia los costados de la carretera, cuya presión en las inundaciones de 1.976, rompió el terraplén dañando las bases del puente. Iguales consecuencias están ocurriendo actualmente en magnitudes aparentemente superiores, sumado a otros efectos colaterales por la expansión de sus aguas hacia las áreas de influencia de los ríos Matiyure y Payara con otros afluentes menores, que acrecientan sus inundaciones y afectan poblaciones, caseríos y fincas alrededor del Samán, y Achaguas y hasta la conexión Biruaca San juan de Payara.

Situaciones algo similares aunque en magnitudes menores, parece estar ocurriendo con trazados de carreteras o terraplenes para la defensa de inundaciones en poblaciones llaneras de los estados Portuguesa y Barinas, caso de la carretera Sabaneta Puerto Nutria, que obliga al rio Santo Domingo y sus afluentes a concentrar sus excesos de agua, en su planicie baja antes de su desembocadura, convergiendo con aguas de desbordamientos de los ríos Paguey y Camagua, concentrando o embudando las aguas en las planicies bajas de dichos ríos, que desembocan en tramos del Apure al noroeste de Puerto Nutria, con afectaciones graves a poblaciones y fincas de los poblados de San Silvestre Canagua, Santa Inés y Santa Lucia y al propio Puerto Nutria, ubicada en el límite norte del puente en el rio Apure que conecta el noroeste apureño, con el estado Barinas. Iguales Calaminares son frecuente en las Comunidades al oeste de la carretera que conecta la troncal Barinas San Cristóbal con Guasdualito, donde la torrencialidad de los ríos es un poco mayor, que el resto de los ríos llaneros, debido a diferencias en el perfil de pendiente explayan sus cauces antes de llegar al Apure.

La Dinámica Fluvial Criterio Básico para Entender las Inundaciones y el cómo Implementar Soluciones Parciales.

Las consideraciones y criterios antes expuestos, permiten interpretar el porqué de los represamientos en cadena, causantes de los fenómenos de drenaje e inundación; premisa básica que obliga a revisar los criterios para la búsqueda de soluciones. Los saneamientos locales, sin considerar esta premisa, pueden contribuir a anarquizar el problema, aguas abajo; así mismo ha de considerarse, que existen sectores de difícil solución, donde las inundaciones o anegamiento deben ser consideradas como parte del medio natural, al cual hay que adaptarse.

Entre las conclusiones y recomendaciones generales de estudios antes citados, destacan: Los represamientos causados por las pendientes mínimas de las planicies y el perfil longitudinal del rio Orinoco deben ser admitidos como sin solución. Lo mismo que las áreas de topografía depresional que se convierten en nivel de base local en la época de lluvia, caso Arismendi el Baúl. El desarrollo de proyectos de saneamiento de tierras, deben ser planificados sobre la base del conocimiento de las tendencias locales de la dinámica de las aguas, para evitar que las obras realizadas, interfieran los mecanismos naturales del movimiento de las aguas. De la misma manera la construcción de carreteras, diques marginales u otras infraestructuras, deben obedecer a un plan integral, que considere los mecanismos naturales que gobiernan la circulación de las aguas superficiales. Así mismo es determinante, concertar acciones de planificación entre instituciones relacionadas con el Desarrollo Agrícola, con la Conservación de los Recursos Naturales, con la Adecuación del Territorio, con las Gobernaciones y las Alcaldías, En ese orden de ideas, parece prioritario acometer acciones para controlar y regularizar los regímenes de los ríos desde sus cuencas altas, para aminorar las crecidas catastróficas.

En el informe del 14/7/25, advertimos lo que estaba por ocurrir y ocurrió días después; se alertaba sobre los riesgos latentes de la Ciudad de San Fernando de Apure, y Poblaciones aledañas, por roturas o superación del terraplén que las protege entre San Fernando y Apurito, sin olvidar el efecto aguas abajo cuando se activa la madre vieja o cause antiguo del Apure; a la altura de la población del Samán que intensifica las inundaciones en las poblaciones de Apurito, el Samán Achaguas y hasta San Juan de Payara, como se mencionó en párrafos anteriores. Igual atención para las poblaciones rivereñas del Orinoco desde Cabruta y Caicara, hasta Delta Amacuro, al recordar que estaba próximo el establecimiento del nivel de base del Orinoco en las cercanías de Puerto Ordaz, generadora de procesos de desbordamiento en cadenas, debido al mínimo perfil longitudinal de pendiente que caracteriza al Orinoco. Lamentablemente se debe seguir alertando, que situaciones como las actuales, puedan seguir ocurriendo en años venideros, por efectos temporales de excesos de lluvia, producto del cambio climático, acompañado del estado de deterioro de las cuencas altas y del pie de monte por donde se incorporan los ríos a las planicies llaneras y el forjamiento de los cauces por obras de infraestructura, con planificación poca previsiva, al ignorar el funcionamiento global de los ecosistemas llaneros.

Entre las posibles soluciones parciales, pueden citarse la reconstrucción de aliviaderos en varios lugares del tramo carretero Corozo Pando San Fernando de Apure, para desconcentrar las aguas de los esteros de Camaguan y disminuir la presión hacia San Fernando de Apure, igualmente visualizar soluciones en las vías Achaguas, Mantecal, Bruzual, Puerto Nutrias y Sabaneta en Barinas. Más la ampliación de puentes tipo viaducto, en los ríos de mayor caudal y torrencialidad, que atraviesan el pie de monte, como el Santo Domingo y Guanare-Boconó. Sin obviar la defensa y necesidad de reforestar las cuencas superiores del piedemonte sur de la cordillera andina y de la cordillera central con influencia en el rio Cojedes.

Indudablemente, que la morfología de los llanos, el comportamiento hidrológico de sus ríos y las manifestaciones del cambio climático, representan un desafío que hay que enfrentarlo sin demoras; una referencia al margen, de la cual no tengo información precisa, es el incremento en altura del mar, relacionado con el deshielo y aumento de temperatura; lo cual ha empezado a ocurrir y se estima para el 2.050 pueden ocurrir incrementos cercanos o mayores a 40 centímetros y para el 2100 superaría el metro de altitud,. Situación que muchos países ya están visualizando en su crecimiento y ordenamiento poblacional como política de mediano y largo plazo; condición que Venezuela, igualmente ha de considerar, en el marco de la convivencia con el hecho real, ya analizado.

Bajo estas circunstancias sugiero a los Ministerios relacionados con el tema; Eco socialismo y Hábitat, el de Recursos Hídricos, Planificación y Desarrollo, Agricultura y Tierra, Ciencia y Tecnología, Universidades, Estados Llaneros, Bolívar y Delta Amacuro; analizar o evaluar esta temática en Comisiones, para definir acciones de corto mediano y largo plazo. Tal como se está planteando para la adaptación al cambio climático en algunos sectores. A mi juicio con retardos, por que pasaron 20 años, después de la Primera Comunicación Nacional en Cambio Climático de Venezuela, elaborada el 2.005 y poco se cumplieron los requerimientos para afrontar el cambio climático, ni siquiera en la organización de las mediciones climáticas, a la cual gregaria las hidrológicas, igualmente importantes.

 

 

 









 



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Antonio Sanchez

Investigador Agrícola, jubilado del INIA, Participante y Relator del Trabajo sobre “Aproximación Agroecológica para el Nuevo modelo de Producción Agrícola en Venezuela”

 antoniojsanchezs1@gmail.com

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