Carlos Aquino y la "efervescencia maracucha" en el PCV

Recientemente un camarada me hizo una observación crítica sobre el hecho de haber participado en la elaboración de una propuesta legislativa, que hoy conocemos con el nombre de ACUERDO NACIONAL.

Hay que explicar que en estas lejanas tierras insulares, suponiendo que no hay otras razones, el tema comunicacional, el energético y el de transporte, parecen ser mayores que en otras regiones del país. Pues, al organismo celular del partido del gallo rojo que participó de la elaboración de una propuesta legislativa y un plan de campaña para el PCV y la APR, nunca llegaron los documentos vinculados al tema electoral.

Por ende, cónsonos con lo que rezan los documentos fundamentales, nos aprestamos a realizar dicha propuesta.

A raíz de la observación crítica a mi actuar, expliqué que no podíamos estar pasando por encima del partido, pues el mismo no había propuesto nada hasta el momento. Así fue como entonces me comenzaron a llegar boletines y circulares. Todo caduco, hay que decirlo. Pues a esta fecha, todos los tiempos que se consideraban allí habían vencido.

Me enfoqué entonces en el análisis del contenido, pues ya el mal estaba hecho, por así decirlo.

Al margen de haber comprendido el origen de algunas inconsistencias en las acciones y las declaraciones de prensa que ví en los últimos 3 o 4 meses, pude constatar que, salvo por el hecho de no utilizar la consigna propuesta aún, la idea de proponer un ACUERDO NACIONAL, no tiene ninguna contradicción con el contenido de todos esos documentos, al menos desde el fondo de la cuestión.

Dice en algun lado del 18 pleno que, "...dar la máxima difusión de nuestro "programa parlamentario revolucionario" y aprovechar los procesos electorales para profundizar la lucha de clases y desenmascarar el régimen capitalista de explotación, ampliar el trabajo con las masas populares...". Aunque no se vuelve a conseguir ese "programa parlamentario revolucionario" otra vez en ningún documento, inferí que cuando se dice en otro documento "...Proyectar el programa parlamentario de la APR como la única salida posible para la crisis capitalista...", y luego "...Se trata de capitalizar en nuestra opción electoral el descontento popular de las bases con la burocracia corrupta del gobierno, la ineptitud e ineficiencia de las políticas públicas para la superación de la crisis del capitalismo dependiente y rentista venezolano; debiendo tener claro que nuestro discurso no es para la oligarquía...", todo eso valdría decir que es la propuesta de un ACUERDO NACIONAL entre la mayor cantidad de gente posible con el cual se pueda superar la crisis de forma efectiva, y eso es buena idea.

Digo que es buena idea, más aún, si consideramos seriamente a lo que se ha llamado graciosa pero descalificadoramente "efervescencia maracucha" dentro del PCV, como un punto de partida para la consideración de un acuerdo amplio, en el marco de la participación nuestra en la fiesta burguesa electoral, pero con sentido y propósito revolucionario.

Pues, vuelvo a preguntarlo, ¿para qué participar de estas elecciones si no hay nada planteado de fondo, y nuestros curules no servirán ni para sacar del Sebin a los presos que tendremos en el país con las crisis que se avecinan?

La "efervescencia maracucha" de Carlos Aquino no ha sido tomada en cuenta con la importancia que requiere. Plantearnos un condicionamiento de gran impacto frente al mero hecho de la participación electoral sin más, no sólo es honesto y valiente como lo ha sido el PCV históricamente, es coherente con todos los documentos fundamentales, con la literatura marxista-leninista, incluso con los recientes documentos, y es casi lo único que queda por hacer para evitar un precio mayor más adelante en el desgaste que implicaría el "como vaya viniendo vamos viendo" que hasta ahora nos caracteriza, muy pesuvista por cierto.

No se trata de solicitarle al Estado burgués, bien alimentado por este gobierno, que se haga el harakiri. Semejante ingenuidad no es propia de quienes leen sin asco a Marx y a Lenin. No, esos idealismos son para los amigos del pesuvismo, que todavía ancían que Maduro reflexione aunque sea un poquito para no perder privilegios, poco suntuosos, pero privilegios. Porque cierta comodidad gracias a la militancia, frente a las grandes y dramáticas necesidades de la clase trabajadora, para un comunista, es un privilegio.

Parece mentira que hoy en día, cuando se pregunta por ahí sobre los aportes que hacen al análisis económico y al debate político camaradas y compañeros de la izquierda, Aquino, Villadiego, Sutherland, por decir algunos, se les considere como "posiciones personales".

Como si tal particularidad no sólo fuera una sentencia de exilio que hace de la misma algo casi prohibido, sino que aún peor, intentan evitar la difusión y el debate de lo que propongan, condenando al colectivo a una visión estrecha y a un accionar lento y melancólico, cuando menos.

Sutherland tiene al menos un par años diciendo que la salida a esta crisis lamentablemente no va por el socialismo, Villadiego coincide en sus análisis con el anterior y sus reflexiones en materia de economía política han sido harto compartidas por el PCV y difundidas por sus órganos de difusión oficial. Para algo deben servir esos análisis.

Mientras que Carlos Aquino luego de venir mostrando de forma muy detallada las groseras acciones del TSJ sobre la legalidad de la Asamblea Nacional desacatada y sobre la conformación del CNE, termina por dejar sobre la mesa una propuesta, que no es más que el condicionamiento de la participación en las elecciones de diciembre.

Aquino propone fijar posición sobre la grosera y delictiva visión de la legalidad política, en la cual se afianzan criterios y concepciones sobre el supuesto alcance inalterable de todos los actos y decisiones de la impotente Asamblea Nacional Constituyente. Pero la "visión colectiva" hizo oidos sordos hasta que apareció la Ley Antibloqueo, (imagino que allí sí hubo que hacer un ajuste del reajuste de la táctica política sobre el hecho de que esos reajustes no eran "...una declaración de ruptura del PCV con el gobierno encabezado por el presidente Nicolás Maduro".).

Más adelante en el mismo escrito, Carlos Aquino propone a los candidatos (no importa ya cómo rayos terminaron siéndolos) del PCV y de la APR lógicamente, que desde ya se demuestre que no vamos a aceptar que esa Asamblea Nacional esté atada de manos para los temas nacionales de gran importancia para las mayorías.

Nuestro atrevimiento en la Célula Alí Primera del PCV en Nueva Esparta fue desconocer la existencia de algunos documentos sobre formas (básicamente), que sinceramente en poco habrían modificado el resultado final comparado con lo que ya hemos propuesto.

En todo, esto no es una propuesta electoral para diciembre es una propuesta de acción política concreta al pueblo venezolano que se dá en el marco de las elecciones legislativas.

Pero como dije, el daño ya está hecho, ajustaremos en cuanto a formas, pero el fondo de la propuesta del ACUERDO NACIONAL ya dejó de ser una propuesta de una célula, ya es de la APR para que la valoren y la hagan verdaderamente una opción que demuestre desde ya que no vamos a aceptar que este gobierno de mierda se vaya a escudar en leyes constitucionales, producto del más asqueroso acuerdo con la burguesía para reeditar pactos en contra de los intereses de la clase trabajadora.

Si fuera religioso le daría gracias al cielo por que la dialéctica marxista me permite valorar las "posiciones personales" y las "efervescencias maracuchas" en un análisis crítitco de las "posiciones colectivas".



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