El Show continúa

El Siglo XXI nos sigue deparando sorpresas. Las surgidas en el inicio del año 2019 se parecen al ruido en las autopistas en las horas picos. Intereses minúsculos que trabajan incansablemente en vaciar la política de contenido, especialmente en sus aspectos éticos, de sensibilidad e imaginación para implantar su concepción del mundo bárbara y cruel, en contra de los sectores socialmente mayoritarios, la gente de a pie, los trabajadores y trabajadoras, la sociedad, la especie humana y la ecología, no descansan ni duermen.

¿Sí la guerra de Irak le costó a EEUU más de tres billones de dólares cuánto estarán dispuestos a invertir en Venezuela que posee riquezas más descomunales?

Una minoría de zagaletones no cesa en su empeño fraudulento de imponer sus anti naturas maldades. Grupos corporativos políticos, económicos, financieros, militares y mediáticos persisten en su accionar de convertir la política en un show permanente, en los lugares que califican de vitales para sus desvaríos; sustituyendo los ríos, y los bosques en desiertos, la paz en guerra, la dicha y la felicidad en dolor y tragedia; y convirtiendo la política como ciencia y método para edificar el otro mundo posible, el mundo bonito en su forma y contenido, en un hazme reír, en un ejercicio de malabarismo engañoso y truhan, en algo ridículo y absurdo, en un contrasentido, en pantomima de entretenimiento donde el pensar es rebasado por el actuar instintivo e inconsciente, marrullero y corrupto. Unos planes despreciables que buscan desanimar al pueblo por su interés a la política, el estudio y la formación. A sabiendas que la despolitización es el paso más importante en su perverso propósito para implantar la servidumbre y la esclavitud.

Vivimos momentos en que cualquier "payaso" se disfraza de estadista y de científico social desempeñando funciones actorales de elevada mediocridad, sin tener conciencia de la sensibilidad y belleza de ese oficio y arte. Si Cabrujas, Rengifo, Brecht, hasta el mismo Shakespeare estuvieran vivos tendrían suficientes insumos para sus guiones teatrales, que con seguridad pasarían a ocupar a la posteridad obras de interés para decenas de generaciones donde expresarían con indignación cómo las miserias humanas del 1%, y como sus secuaces y verdugos hollaron el ser y la conciencia de los pueblos.

Sin embargo, lo que ocurre en la Venezuela en estos primeros años del siglo XXI no es producto de la casualidad ni son expresiones de exclusiva mediocridad.

"Los nuevos amos del mundo" saben que en los terrenos donde impere la confusión, los pueblos no podrán conocer ni comprender con facilidad el porqué de su explotación y las dificultades que tienen en el capitalismo de alcanzar su dignificación; el porqué de los entramados caminos, empantanados intencionalmente; el porqué de la dificultad de asumir una concepción critica de los fenómenos políticos, económicos, sociales, culturales, militares y financieros que se suscitan. Convertir los Shows mediáticos en espectáculos que conspiran contra el buen vivir y el vivir viviendo que procuran el individuo, la sociedad y la especie humana, volviéndolos en habito y costumbre, en adicción, y en formas de vida de "goce" permanente y prolongado forma parte de los contenidos que inocula los planes y programas para cegar y enrarecer la conciencia de los pueblos para dominarlos y tenerlos a su merced,

Entretener al gobierno y al Estado en asuntos banales, de aparentes urgencias que no tienen nada que ver con lo esencial de la vida ha sido y sigue siendo un plan que en cierto modo les ha resultado exitoso a los enemigos del buen vivir y del vivir viviendo.

Hacer de los movimientos sociales herramientas exclusivas para apagar los fuegos provocados maliciosamente por los trogloditas y evitar se centren al trabajo de construcción y desarrollo de las políticas comunales y las referidas a la creación del estado comunal son otros de los objetivos que persigue la derecha internacional.

Hacer creer que el Estado es la Asamblea Nacional y lo demás es inexistente, ilegal e inconstitucional es otro de los espejismos que busca el aparataje y la red internacional mediática, que en el fondo es señalar que la luna es el único elemento integrante del sistema sideral, o que el cuerpo humano sólo lo conforma el sentido de la vista. Hacer creer que la comunidad internacional sólo la conforman los EEUU y los patoteros que lo acompañan es un absurdo, dedicarnos a demostrar lo contrario, cuando es evidente y claro como la luna llena que no lo son, pudiera resulta contraproducente cuando hay tantas cosas esenciales por hacer.

Discutir situaciones que no tiene lógica ni siquiera comprensión en el plano de la reducción al absurdo, es descabellado y un irrespeto a la sabiduría y al conocimiento de los homos sapiens y faber, es perder el tiempo en sortilegios que no tienen importancia en el presente ni el futuro, es dedicar esfuerzos en boberías y ridiculeces, es ofender a los demás y ofendernos a nosotros mismos. Es abandonar o descuidar lo primario.

La Juramentación de Guaidó como Presidente Transitorio de la República Bolivariana de Venezuela después del 10 de enero, donde Nicolás Maduro recibió el respaldo de más de 94 países, la ONU, entre otros, es un pasó que se hizo porque así lo mandó los EEUU. Un imperio que se metió la coba de ser el único que tiene la competencia y jurisdicción para validar, el único tribunal capaz de decidir lo correcto o lo incorrecto, lo legal y lo espurio. Es un actuar mediático y provocador, una ofensa a la persona del juramentado, aunque él no lo crea; al bobo adulado por unos pocos, pero, interpretado por los 94 países que validaron la juramentación de Presidente de la República Bolivariana de Venezuela de Nicolás Maduro, como un loco.

La lucha prosigue, se sabía y se sabe, pero en escenarios hasta ahora no vividos con la fuerza huracanada que se avizora. Necesitamos de un gobierno que gobierne. De unos servidores públicos que no pueden seguir desmoralizando al pueblos con sus actuaciones corruptas, desatinadas y desaguisadas, de nepotismo y de demencia senil en lo político y lo social. Debemos tener conciencia que la guerra exógena se mostrará más agresiva y cruenta, que se necesitará de un pueblo con un sentido de fe y esperanza, de elevada moral para la lucha, unido y disciplinado, corresponsable en sus tareas de combate, y una dirigencia gubernamental y política centrada en demostrar que actúa y piensa apegada a los principios y valores que defiende y regula la vida política de los socialistas y revolucionarios. En este escenario la guerra contra la corrupción debe ser despiadada y la lucha por la máxima eficiencia una obligación de todas y todos. Enfrentar al adversario en el plano internacional con todo su poderío, a la oposición interna espuria en sentimientos nacionales y patrióticos, y a una parte del chavismo en su afán de quedarse con una buena parte del erario público, ineficiente y cobarde, significa ponerle las cosas fáciles al adversario.

Que el show continúe pero sin poner en peligro la patria, y dentro los parámetros de la Constitución. De lo contrario que el estado de derecho y de justicia, y los poderes constituidos se encargue de ellos.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 861 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter