La Organización de las Naciones Unidas (ONU) al igual que los organismos que de ella se desprenden, nació a propósito del circo y la chapucería que cometieron los llamados países aliados, liderados y tutelados por el imperio estadounidense, al que tuvo que subordinarse el gobierno de Inglaterra, con la llamada "Toma de Normandía" para liquidar el fascismo de Adolf Hitler, cuando ya los soviéticos habían desalojado y liquidado a las nazis con "la toma de Berlín".
Este fracaso militar de los llamados aliados occidentales y el afán de repartirse el botín como ladrón que roba a ladrón, permitió que los imperios decadentes y empobrecidos por la Segunda Guerra Mundial, idearán un macroorganismo multinacional de carácter imperial, como una de las formas de aislar a la extinta Unión Soviética y a la China Comunista, para así, cercar el paso al nuevo mundo naciente multicéntrico y pluripolar que en ese momento estaba en un hervidero de revoluciones, que derivaron en cientos de Vietnam por el mundo, tal y como lo predijo del Comandante Ernesto Che Guevara de la Serna, que cristalizaron en los sueños de revolución en los países del África, Asia, además de Nuestra América Latina y Caribeña.
Pues bien, de esa gran argucia de hipócritas imperiales, nació en el seno de esta ONU el llamado Consejo de Seguridad con sus cinco miembros permanente, que entre traiciones y acuerdos, han domeñado, robado y han sido responsables de los grandes genocidios cometidos, a partir de 1945 hasta nuestros días, con la venia de todos los países semicoloniales y coloniales, que por la fuerza y el oportunismo, sus gobiernos se subordinaron al gobierno interimperial concentrado en la ONU y a su hipócrita prédica de "democracia" a la medida del imperio estadounidense, puesto que éste, como el más voraz, el más genocida, el más artero y uno de los mayor apertrechados de armamentos que puedan destruir el planeta, ha utilizado a este parasitario organismo mundial para sus fines imperiales, muchas veces en alianza con los decadentes imperios europeos, con los que ideó la llamada Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Hoy, sigue fortalecida la hipocresía imperial con el celestinaje de gobiernos que se han dado en llamar "progresistas" para quedar bien con dios y con el diablo, más otros "supuestos revolucionarios", que de consignas no han pasado, mientras que, desde muchos frentes y con todas las armas legales, económicas, institucionales y militares (Verbigratia, los violadores y genocidas Cascos Azules), han asesinado a dirigentes y masas de pueblos emancipados que han forzado por la construcción de un mundo multicéntrico, pluripolar y en las antípodas de lo que significa la democracia interimperial de la ONU, es decir, la izquierda revolucionaria.
Justo en el momento en que este escrito se lea, seguirán muriendo de manera acelerada, los palestinos desplazados de sus tierras, porque a los judíos, aliados circunstanciales del imperio estadounidense les da la gana de extinguir a los palestinos de la faz de la tierra para robarse todas sus tierra y así tener la llamada "tierra prometida", con los peores métodos que hacen lucir a Hitler y a sus fascistas como unos ingenuos niños de teta; en este momento, siguen las agresiones bélicas contra Siria y el imperio judeoestadounidense fuerza con la institucionalidad de la ONU, para derrocar y someter al gobierno de Irán, institucionalizar el robo de recursos en Libia e Irak, profundizar el genocidio en Yemen, Somalia y todos los países africanos; hoy, el Pueblo Saharaui sigue nómada, bloqueado, asfixiado y en la resistencia contra el genocidio y el desconocimiento de su estado y nación que desde la ONU desconocen; a esta hora avanza el Pueblo hondureño de a pie, más de siete mil (7.000) que huyen de la miseria, la muerte y el hambre que su presidente está empeñado en seguirles ofreciendo, mientras el pornopuritano y retroconservador, Donald Trump, se apresta a asesinarlos, si estos humildes seres intentan cruzar sus fronteras; a esta hora, todas las hienas del interimperialismo hipócrita de la ONU se mueven en acelerar los pasos que justifiquen la intervención armada y derrocamiento de Nicolás Maduro en Venezuela con las burda excusa de "ayuda humanitaria"; en este momento, podemos contar otro líder social y campesino asesinado entre los más de ciento setenta sólo en el año dos mil dieciocho y miles de desplazados colombianos, gracias a Iván Duque y a la garantía de que el Secretario General de la ONU, el señor Antonio Guterres pasará por alto, con su amnesia criminal; en este momento, desde la ONU se aprestan a dar la bienvenida al nuevo presidente del Brasil, el gorila homófobo, neofascista y misógino, Jair Bolsonaro; en este momento, en Paraguay sólo hay inermes campesinos contando y enterrando a sus muertos que para la ONU no valen nada; en este momento, el Pueblo trabajador argentino está en manos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y se empiezan a elevar las cifras de muertos, arruinados y empobrecidos en la Argentina que fue próspera y que su actual presidente, Mauricio Macri, endeudó y arruinó para llenar sus bolsillos, con el silencio cómplice de la ONU. Y si seguimos en esta enumeración caótica, no podríamos terminar este escrito.
Y, en pleno siglo XXI, no ha habida de parte de ningún gobierno serio, menos aún, de la directiva de la ONU y su Consejo de Seguridad, a cuenta de la democracia que en el discurso histriónico tanto se arrogan, ninguna propuesta de Moción de Declaración de Transición para la Disolución de las Monarquías en el mundo y su Conversión en Estados Soberanos, Autónomos, Libres y Democráticos. Es decir, para lo más que ha servido la ONU y sus órganos que de ella dependen, ha sido para ponerse al servicio de los intereses imperiales del gobierno estadounidense y de sus aliados imperiales circunstanciales, me refiero al resto de las hienas de la OTAN.
Dr. Luis Pino
@l2pino2
