Un país rico, mentes pobres

Venezuela siempre se ha caracterizado por ser un país amistoso, es decir todo el que llega a nuestro país termina adoptándolo como propio, siempre oimos decir que es un país rico, un país bendecido o incluso que es el paraíso terrenal, tenemos petróleo, oro, diamantes, coltán, bautzita, hierro, carbón, entre muchos otros minerales preciosos.

Es un país hermoso con diferentes climas y paisajes, desiertos, nieve, llanuras, montañas, lagos, ríos y playas divinas, todo lo que el mundo pueda buscar esta en Venezuela, nuestro amado país, sin embargo, esta pequeña nota no es para elogiar nuestros paisajes o riquezas, es más bien una nota de protesta.

Veo con tristeza como a pesar de decir que somos un país rico, cada día se acentúa mas la miseria en nuestro pueblo, ¿por qué lo digo?, porque cada día hay más niños comiendo de la basura que se dejan en las calles, cada día nuestros infantes se ven afectados cada vez más por el acaparamiento de los alimentos, resultando esto en actos delictivos movidos por el hambre y la desesperación, quienes dicen ejercer un liderazgo en lo político se aferran a ver quién tiene más fuerza y parecen olvidarse del pueblo que padece los embates de la lucha por el poder.

Un padre de familia solo gana un sueldo de 40.000 Bolívares mensuales y un bono alimenticio de 108.000 actualizado al último ajuste, esto si vemos la situación actual, solo causa angustia y desesperación en el representante de la familia, pues el mercado está signado por revendedores y especuladores que se aprovechan de la necesidad de sus compatriotas, los mercados en su mayoría reciben la mercancía para la venta, pero como todo es un rebusque, esta es vendida a clandestinidad a los revendedores, quienes la cancelan un poco más de lo valorado realmente, pero de la cual obtienen más del quíntuple de su valor.

En muchas ocasiones son funcionarios públicos los que hacen estas transacciones ilegales, tal vez asegurando el sustento de su familia ante la dura realidad de nuestro país, pues ellos también son seres humanos y necesitan alimentarse, pero deben de dar el ejemplo y no lo hacen, por su parte los empresarios ven más lucrativo venderle a los revendedores, pues si un bulto de arroz tiene un costo de 48.000 bolívares, ellos a los revendedores se los venden en 80.000 obteniendo automáticamente una ganancia por encima del 130%, a su vez el revendedor, a quien el gobierno llama "bachaquero", vende cada unidad a 5.000 bolívares, lo que llevaría a 120.000 el precio del bulto, dejándole una jugosa ganancia.

Pero en esta cadena quien sufre los golpe finales es el padre o madre de familia que apenas gana 9.500 bolívares a la semana, si tiene una familia de 2 hijos, la esposa y el, es decir de cuatro miembros, debería poder comprar para su sustento por lo menos lo básico, es decir, alimento suficiente para ellos cuatro para esa semana, ¿pero que ocurre realmente?, analicemos esto, la madre no tiene un empleo formal, por ello se dedica a hacer las compras para la alimentación, pero resulta que en el mercado donde venden por número de cedula se hace una cola para poder adquirir el alimento que llegue, así que sale a las tres de la madrugada arriesgando su vida para hacer la cola, llega y encuentra a unas veinte personas delante de ella, con la esperanza de poder conseguir algo espera hasta las ocho que es cuando abre el supermercado, pero justo a las ocho llega un "organizador de la cola" poniendo por la lista a quien está desde la "noche anterior" anotado en dicha lista, nadie protesta porque estos son los mal llamados "bachaqueros", oponerse es arriesgarte a ser golpeado.

Así que se resigna a esperar con paciencia, ya que después de haber permanecido casi cuatro horas esperando a que abrieran el establecimiento, termino siendo la numero 250 de la "lista", mientras espera y ve pasar las horas, aguanta hambre, calor, sed y otras penurias más, luego de varias horas de cola y cuando ya por fin va a entrar escucha la temida frase: "ya se acabó todo", lo que le obliga a irse con las manos vacías, llega a casa y encuentra a sus dos hijos, los cuales han pasado todo el día sin comer y la reciben llorando por el hambre, entonces ella se ve obligada a compraren la bodeguita un arroz y un queso o huevos para darle algo de comer a sus hijos, en esta comida gasta el presupuesto de la semana y comienza la desesperación de que hará para el resto de la semana.

Esto es una realidad de nuestro país que no podemos ocultar, lamentablemente quienes ostentan el poder, sea de derecha o de izquierda, parece que se no saben lo que ocurre en los hogares más humildes de nuestro hermoso país, vemos como mientras el gobierno central trata de solventar el problema creando un plan de emergencia llamado Comité local de abastecimiento y producción (CLAP), unos políticos inescrupulosos lo usan para hacer campañas políticas, retrasando la entrega programada, la cual según lo establecido debe realizarse cada 21 días como máximo, hasta casi en dos meses, para cuando sea entregada mostrase como los salvadores del pueblo para obtener un respaldo de un trabajo que nos suyo.

Mientras por el lado de la derecha, los empresarios juegan a acaparar los alimentos y a culpar al gobierno de no entregar los subsidios para mantener la producción, acaparan y venden los productos a los revendedores para engrosar sus bolsillos sin importarles que el pueblo se esté comiendo un cable, mientras salen en las pantallas de los aparatos de televisión proclamándose como salvadores de un pueblo que ellos mismos están matando de hambre.

Mientras los comerciantes asiáticos hacen su agosto, trayendo comida importada y vendiéndola a precios impagables por los habitantes más pobres de este rico país, evaden impuestos, ya que estos productos son vendidos sin facturación y sin ningún tipo de supervisión, mientras el padre o proveedor de la familia se ve obligado a trabajar muchas horas extras para apalear un poco este feo panorama, descuidando su hogar por la obligación de conseguir el alimento, deteriorando así su calidad de vida y la de los suyos.

Esta es la cruda realidad de nuestro país, de allí que se vea cada día más niños, jóvenes y hasta a adultos buscando entre la basura algo que llevarse a su estómago para calmar el hambre que les aqueja, señores del gobierno, somos un país con una reserva petrolera inmensa, con oro, diamantes y muchas cosas más, ¿entonces porque nuestra calidad de vida cada día es más precaria?, es hora de implementar un verdadero sentido de ocupación, comencemos por fiscalizar los comercios, por sanear los institutos de fiscalización y los personeros oportunistas, el pueblo les sabrá recompensar si se toman decisiones en pro de su bienestar.

 jcapriles@ine.gob.ve



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