Agustín Pérez Celis

El pasado 25 de noviembre, el camarada y amigo entrañable Agustín Pérez Celis,se fuecon su mirada azul y su eterna sonrisa, con la mano firme en el timón con rumbo hacia imposibles y ansiados continente como diría Andrés Eloy, uno de sus poetas predilectos, cuyos poemas de cuando en vez recitaba. Compartimos desde nuestra adolescencia sueños inconclusos y elvértigo de sentirnos impotentes frente a la deslealtad y la traición impenitente que ha truncado mil veceslos sueños de la revolución auténtica, de la que nace y se hace para ser libres de toda servidumbre, libres aún de nosotros mismos como diría Charles Péguy, de quien en los días que corren recordamos su sentencia lapidaria: La revolución será moral o no será, la revolución será económica o no será nada.

Agustín, fue un hombre bueno y afable, de corazón grande, solidario, honesto, humilde, fundador en Valencia de los Círculos de Estudio Pro-Pueblo Jacques Maritain,militante de la causa revolucionaria de la patria grande,bolivariano radical, antiimperialista, dirigente estudiantil, Profesor Titular de la Universidad de Carabobo en la Cátedra de Derecho Internacional Público. Por su trayectoria, experiencia y amplios conocimientos, el Presidente Hugo Chávez Frías lo designó Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Los Países Bajos y Representante Permanente en la Corte Internacional de La Haya, en la Corte Penal Internacional y demás organismos internacionales con sede en dicho país. En esa delicada tarea jugó un papel importante en la defensa de los intereses de la República. Desde allí defendió con vigor y éxito, los reiterados intentos de la derecha opositora,de promover el enjuiciamiento del Comandante Chávez en la Corte Penal Internacional. Cuando más tenía que darle a su patria querida se fue con el atardecer, pero nos dejó su alegría perenne, su amor a la vida, su compromiso revolucionario, su eterna amistad. Se fue en paz como lo describe Gabriela Mistral en su poema Atardecer:

Siento mi corazón en la dulzura  fundirse como ceras:  son un óleo tardo  y no un vino mis venas,  y siento que mi vida se va huyendo  callada y dulce como la gacela.

 



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Gustavo Márquez Marín

Carabobeño, nacido en Valencia, ingeniero egresado de la Universidad de Carabobo donde también ejerció la docencia, durante la gestión del Presidente Hugo Chávez se desempeñó como Ministro de Industria y Comercio (1999), Ministro de Estado para la Integración y Comercio Exterior (2005-2007), Embajador en Austria y Representante Permanente ante los Organismos de Naciones Unidas en Viena (2001-2004), Comisario General del Pabellón de Venezuela en la Expo 2000 Hannover (1999-2001) y Miembro de la Comisión de Negociación con Colombia de las Áreas Marinas y Submarinas (1999-2001).

 gamarquez2@yahoo.com

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