Madre, déjame luchar...

Esta Revolución tiene en la mujer la garantía de la construcción de nuestro proceso más humano, más justo, más lleno de Amor y paridad, la mujer Revolucionaria como guía, defensora, entrega su vida al máximo, a sabiendas de que en ocasiones, una vez concretados los logros, no se les retribuye el justo honor merecido por tanta entrega, por tanta pasión a lo largo de su lucha, pero su constancia y determinación sin igual nos hacen entender, al apreciar la hermosura de la obra lograda, que sin duda estuvieron inmersas las manos de una mujer durante la construcción y el trabajo.

Para nadie es un secreto que el Amor mas grande que existe en este mundo, es aquel que experimenta una mujer en el momento en el que le entregan por primera vez al fruto de su vientre tras varios meses de espera, por allí recuerdo una clase de Psicología, donde se argumentaba: "El sentimiento más fuerte de un hombre, siempre será dirigido a su madre, y el Amor más grande de una mujer, siempre serán sus hijos" nada alejada de la realidad dicha aseveración, Madres eternas que guían nuestros destinos, aun entendiendo que muchos partimos lejos, que muchos nos vamos, y su Amor siempre intacto, al momento de los encuentros, donde sus palabras siempre son arrullo para nuestras vidas, sea cual fuera los años que nos cobijen.

En los ojos de Mamá, la que cargó con la responsabilidad temprana de un hijo, la que sacrificó la juventud y sus momentos, la que luchaba por un mejor futuro, la que con innumerables y anónimos esfuerzos se formó por los hermosos deseos de ver un entorno de sonrisas, la que lanzó piedras por reivindicaciones sociales, la que creyó que un mundo mejor era posible, si era construido a partir de la mirada de una Madre, Madre Tía, Madre hermana, madre Abuela, la que marcó para siempre la visión de su criatura, esperanza que nunca dejó de florecer, que mas temprano que tarde, germinó en valores y ganas infinitas de seguir construyendo, a través de la mirada que sólo una Madre puede tener, una Patria, que también es Madre, la Madre de todas por excelencia.

Por ello, Madre, escucha este corazón, donde nunca existirá espacio suficiente para la justa gratitud, estas manos que tu enseñaste, que tu forjaste, con entrega tal, que son casi que hechura completa tuya, no defraudarán tu hermosa labor, reivindicarán tu pasión, tus hermosos ojos en las mañanas de mi niñez, tus amorosas manos cuando jugando caí alguna vez, el sonido de tus palabras como musiquita que alegra la vida entera, a ti que con todo demostraste que no existe mas allá de compartir contigo unas palabras llenas de comprensión y consejo para estar mejor, para lo bueno.

Y lo bueno Madre, es vivirte a tí, en la más hermosa ruta que ser alguno pueda emprender, la de la construcción de la Madre a la que todos nos debemos, incluyéndote con todo lo que representas, una Patria hermosa como Madre libre que sonríe al ver a su hijo o su hija dando lo mejor de sí, a través de su eterna mirada de Amor infinito, y que con cada paso, pequeño o grande, nos sigue invitando a entregar así como 9 milenios de gestación de lucha sincera por verte hermosa a ti y ver hermosa a la Madre que ambos compartimos, déjame luchar por nuestra Madre, la que de ambos pide: Amor, disciplina, entrega, constancia, desapego, porque cuando el unísono clarín, resuena en su llamado, tu llanto calla para entender que voy a la gloria eterna de servirle a ella...

Bien lo dijo el Padre... "El que abandona todo por ser útil a su Patria, no pierde nada y gana cuanto le consagra"

jeanpier.af1@gmail.com


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