Pensar

20 años del 4F. En América Latina surgía la esperanza

No hay la menor duda que el mes de febrero ha sido candente en la historia venezolana, solo por mencionar algunos acontecimientos importantes ocurrido en ese mes tenemos: el 12 de febrero de 1814 se produce la heroica Batalla en la Victoria, donde el valeroso José Félix Rivas junto a un ejercito de jóvenes triunfa frente al ejercito realista que lo superaba ampliamente en hombres, armas y experiencia, por lo cual desde 1947 se conmemora en Venezuela como Día de la Juventud. El 1 de febrero de 1817 nace en Cúa el aguerrido Ezequiel Zamora, quien el 20 de Febrero de 1859 inicia la Guerra Federal. Un 14 de febrero de 1936, después de días de protestas cívicas por mayores libertades públicas, tras la muerte de Gómez, se producen las mayores manifestaciones de protesta y el vil asesinato de inocentes, por lo que el gobierno de López Contreras tuvo que anunciar medidas de apertura, en el conocido programa de Febrero. El 18 de febrero de 1983, se anuncian fuertes medidas económicas, como la devaluación del bolívar, que anunciarían la crisis del rentismo y populismo en Venezuela y marcaria los acontecimientos siguientes. El 27 de febrero de 1989 se produce un movimiento de protesta popular inédito en la historia nacional, cuyo cruel desenlace motivaría a los alzamiento militares del 4F y el 27N de 1992, que cambiarían la historia del país hasta la toma de la presidencia por Chávez en febrero de 1999.

Tratando de analizar esta fecha alejándonos de la subjetividad que con lleva la parcialidad política, debemos señalar que ubicándonos en cualquiera de las posiciones (chavista o antichavista) es necesario reconocer las consecuencias de los sucesos ocurridos en nuestro país desde el levantamiento popular del 27 y 28 de febrero de 1989, pasando por los intentos de golpe del 4 –F y 27- N, hasta la salida de CAP de la presidencia el 20 de mayo de 1993. Debemos afirmar que este periodo histórico marca el comienzo de una transformación del pensamiento y cultura política del venezolano. Un país que comenzó a vivir el agotamiento de la renta petrolera a partir del viernes negro de 1983, una nación que paradójicamente después de haber tenido en la década del 70 una de las tasa de ingreso por exportación petrolera mas grande del mundo y cuyos niveles podrían ser solamente comparados en la actualidad vendiendo el petróleo por encima de los 200 dólares, este país, comienza en los años ochenta con una deuda de 30 mil millones de dólares, son denunciados los casos mas terribles de corrupción, mientras que la pobreza se agudiza y la exclusión es cada vez mayor, sobretodo en el acceso a la educación y al servicio de salud. El país parecía no tener salida y los sectores empresariales y el poder político no daban respuestas, por el contrario se produjo fuerte resistencia a las luchas por reivindicaciones sociales y el gobierno de Lusinchi hizo gala del más engañoso populismo. La sociedad civil que había tenido su mayor auge en 1936, a la muerte de Gómez, luego fue controlada por el poder del Estado y los partidos políticos, gracias a la administración y distribución de la renta petrolera.


La pasividad política, hasta 1989, fue una de las características fundamentales de la sociedad venezolana en el siglo XX. La crisis de los años 80 produjo los primeros efectos de movilización y de despertar de la sociedad civil, pero hasta ese momento una sociedad civil solo de élites y cuyas exigencias no pasaban de la reforma profunda al Estado, sin cuestionar la propia realidad del sistema socioeconómico. Sin embargo, a pesar de los intentos de la COPRE desde 1986, las propuestas de reformas educativas y sociales realizadas por los reconocidos intelectuales llamados “Los Notables”, poco o nada ocurrió.

Por el contrario en 1989, luego de manejar un discurso populista y recordando las bonanzas de su primer gobierno, CAP es elegido nuevamente presidente y a los 15 días de haber asumido el cargo (el cual fue celebrado como un reinado) se anuncia un paquete de medidas de liberación económica (precios, tasas de interés, aranceles, entre otras) cuyas consecuencias produjo la movilización popular espontánea mas grande en la historia del país, como repudio no solamente a estas medidas violentas y desequilibradas sino como producto del cúmulo de odio, y rechazo dado a las desigualdades e injusticias de carácter históricos.

Ante la carencia de canales de participación política, frente a un Estado y unos partidos que se habían alejados del pueblo y solo lo tomaban en cuenta en días de elecciones, la gente tomó las calles, en saqueos, disturbios, solo el mas brutal genocidio pudo socavar “temporalmente” el clamor popular. Militares y políticos asesinos y corruptos fueron presentados como salvadores de la mal llamada democracia. En efecto la salvaron para su beneficio unos años más, pero la población había despertado y junto a los militares honestos y patriotas se organizaban para continuar la lucha. El neoliberalismo había sido derrotado por el poder popular, en el contexto internacional de caída de la URSS, donde muchos decretaban el fin del socialismo y los EEUU imponía plenamente su hegemonía, en América Latina surgía una esperanza .

Estas son, entre algunas otras, las causas que van a explicar los sucesos del 4F, el 27 N, hasta llegar a la salida de CAP de la presidencia, lo cual parecía imposible, que en forma pacífica y por la vía jurídica, ocurriera. En demostración de la cultura democrática del venezolano nada ocurrió, a pesar de los intentos de saboteo, sobres bomba, para crear un clima de tensión, en Venezuela nada ocurrió.

En este contexto, Rafael Caldera, (quien se encontraba en la reserva, después de una aplastante derrota en su partido COPEI por parte de Eduardo Fernández) gracias a su posición aparentemente justificadora-mejor decir manipuladora- de los sucesos del 4F, en 1993 llega por segunda vez a la presidencia, pero a igual que el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez continúa con las medidas económicas liberales, llegando al extremo del entreguismo con la mal llamada apertura petrolera, a nuestro parecer igual o peor a lo ocurrido en tiempos de Gómez.

A pesar de llamar a la refundación del pacto de Punto Fijo poco se logró, la tripartita entre el Estado-Empresarios- Trabajadores, al final sirvió para despojar a estos últimos de sus prestaciones sociales. Para colmo en 1994 estalla la crisis financiera producto de la desvirtuada política económica del gobierno de CAP. Esta situación nacional es lo que explica-entre otros elementos- no solo la llegada de Chávez al poder en 1998, sino la más transcendental el inicio de la conquista del poder para un pueblo que ya no podrá ser más mancillado y traicionado por elite alguna.

pedrorodriguezrojas@gmail.com



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Pedro Rodríguez Rojas

Sociólogo e historiador (UCV). Magister en Historia Económica (UCV). Maestría en Tecnología Educativa (UNESR). Doctorado en Ciencias Económicas y Sociales. (UCV). Doctorado en Historia (UCV). Ha sido docente de Pre y Postrado en la UCLA, UNA, UPEL. Actualmente de la UNESR en la categoría de Titular. Ha sido investigador del Centro de Historia para la América Latina y el Caribe, OEA, CELARG, Congreso de la República, Centro OPEP, entre otros. Ha sido Asistente de Investigación de los Doctores Ramón J. Velásquez, Federico Brito Figueroa, Héctor Malavé Mata y D.F. Maza Zavala, entre otros. Ex-Director de Postrado de la Universidad Simón Rodríguez-.Barquisimeto. Ex Coordinador del postgrado en Gerencia Cultural. Coordinador del doctorado de educación UNESR. Coordinador de la Línea de Investigación Filosofía y Sociopolítica de la Educación del Doctorado en Ciencias de la Educación. Presidente de la Asociación Civil Museo Histórico Lisandro Alvarado 2002-2010. El Tocuyo. Miembro fundador de la comisión de recursos hídricos de El Estado Lara .Asesor de la Misión Sucre y Aldea Universitaria de Morán. Vocero asesor de consejo comunal Los tres brazos y San Pedro. Entre los reconocimientos recibidos podemos mencionar: Premio Regional (Lara) sobre la obra de Andrés Eloy Blanco (1996). Premio Estimulo al Investigador UNESR, mayor productividad Científica del Núcleo Barquisimeto desde 1997 hasta la actualidad. Investigador ONCIT PEI Nivel. C. Premio CONABA. Premio Ensayo Histórico: Federico Brito Figueroa, Aragua 2001. Premio Ensayo Antonio Arráez: 450 años de la fundación de Barquisimeto, .2002. Premio Ensayo Educativo, Universidad de Oriente, 2004, Premio Primer Concurso Historia de Barrio Adentro del Ministerio de la Cultura, 2009. Premio sobre Legado de Chávez, Maturín, (2013). Premio Literario Rafael María Baralt, Maracaibo (2014). Más de sesenta publicaciones entre libros y artículos en revistas arbitradas a nivel nacional e internacional sobre ciencias sociales y filosofía. Es articulista en varios periódicos a nivel nacional. Coordinador de la Revista de filosofía de la educación TERÊ. Entre sus libros podemos mencionar: Juan Pablo Pérez Alfonzo, La economía venezolana, La Universidad frente a la globalización y la posmodernidad, Pensar América latina, América latina en la globalización, Educación para el Siglo XXI y La Ética Socialista. Junto a Janette García Yépez ha escrito varios libros sobre la historia de El Tocuyo, a saber: Personalidades tocuyanas, La cultura tocuyana, La cañicultura en El Tocuyo, El café y los resguardos indígenas en Morán, Crónicas tocuyanas, El Rio Tocuyo, la educación secundaria en El Tocuyo, La vida cotidiana en El Tocuyo, Memoria fotográfica de El Tocuyo, La Personalidad Intima de Lisandro Alvarado y Cultura y Tradiciones Tocuyanas.

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