Progresivamente se han puesto súper ladillas las colas en el tránsito caraqueño y en otras capitales también. Es el problema de la inexistencia de buenos transportes masivos, cómodos como el Metro. Troleybuses, o autobuses como los que viajan por todo el país. En fin vehículos que nos permitan desplazarnos con tranquilidad. Entonces, acompañados con nuestra idea de libertad, de movilizarnos cuando nos da la gana, cada cual, que puede, tiene su propio carro. Y ahí le va el colero. Por donde se meta y a la hora que sea. Vaina pa’molesta y antipática. Si a esta incomodidad le sumamos los abusos de los autobuses y busetas y de las pululantes motocicletas, de los fiscales y policías que solo vigilan el tránsito de día (de noche ni pa’ un remedio, y es cuando aprovechan los malandros) pidiendo papeles que se viven venciendo o que es difícil que obtengamos por la excesiva burocratización, y muchos martillando, según dicen, quisiéramos todos quedarnos en nuestras casas, o como hacen muchos, tomándose unas frías o unos güisquis, según el poder de compra, a esperar que baje la marea de carros que inundan las calles y avenidas. Aquí es donde viene el posible guarimbeo ya que es de observar, y compruébelo en los twiters de los noticieros matutinos cuando escuchamos que se volcó una gandola en la autopista Caracas Valencia, o en la Guarenas Caracas, o en la Valle Coche, en la autopista del Este (Fco. Fajardo).
Es curioso que a esa hora tan compleja para el desplazamiento de personas, siempre angustiadas por cumplir con sus horarios de trabajo, para llevar a tiempo a los chamos a los colegios, etc., siempre hay un peo con una gandola. Hemos leído que en diversas oportunidades se refiere a cauchos lisos, sobre carga, exceso tempranero de velocidad, a veces fallas en tren delantero, del motor, en fin, cualquier vaina que altera el tránsito y con ello altera el estado anímico de los que rodamos a diario. En ese momento de alteración además de escuchar los noticieros leyendo todas las cosas malas que ocurren y que se la achacan al gobierno revolucionario y a más de uno se les agitan en las mentes pensando en que todo es culpa’e Chávez.
Por otra parte, además del efecto psicológico contra Chávez, que nos perjudica, esta la inseguridad que produce que estos camiones puedan accidentarse o chocar dañando a otros vehículos, inclusive con heridos y muerte en personas. Pensamos que las autoridades deben actuar y como debe ser muy complicado que pasen por revisiones en el ITT, que, a lo mejor, solventan bajándose de la mula, vamos a penalizarlos con fuertes multas a choferes para que estén pendientes y a los propietarios. No recostarnos a que los daños los paga el seguro. No, multas elevadas para que esos vehículos viajen en buen estado, para no hablar de perfecto estado. Esas revisiones deben ser muy delicadas con los autobuses. Y con ello, ver si reducimos, un poco, la vaina de las trancas cada mañana.
Con lo del helicóptero de VTV, que es una importante idea para ayudar a desenvolvernos en el tráfico (solo para los caraqueños), creemos que debe ser más efectiva la información si se escuchase por RNV ya que los que salieron de sus viviendas escucharían los boletines con certeza. Esto no es innovación pero vale. Por otra parte debe servir para apoyar los accidentes automovilísticos si está dotado de una cámara que capte a la escala correspondiente el equivalente al levantamiento del choque, la toma de distancias entre colisionados y todo lo demás, que además de ser expedito porque no hay que esperar a que llegue tránsito evitaría las tradicionales alteraciones de los croquis que sabemos ha perjudicado a más de uno y engrosa los bolsillos de otros, los funcionarios que son corruptos.
Lo ideal, y lo leí hace tiempo de uno de los articulistas, que se pudiera emplear un helicóptero grande (como los que transporta tanques de guerra) en las autopistas o donde no existan obstáculos aéreos y bajando unas eslingas cargue al vehículo que por los daños del choque o avería no se pueda mover y se lo lleve. Aligerar el tráfico es la consigna. Más tranquilidad para todos. Y GPS y micrófonos y cámaras en todos los vehículos de transporte público, con respuesta inmediata de la policía, para reducir los atracos.
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