Es evidente que su cierre es ya un hecho, máxime cuando el deterioro de sus filas es una realidad, y sostenemos que la Misión quien la tiene que cerrar es el presidente Hugo Chávez.
Veamos lo que dice el artículo: “la revolución bolivariana sólo estará garantizada si hay revolución cultural. El propósito de la Misión Cultura es derribar las bases y el modelo económico que sostienen al modelo capitalista que genera corrupción y burocratismo en nuestro país que como antivalores tenemos el deber de derrotar… esta revolución cultural solo será viable con un riguroso proceso de aprendizaje y de toma de conciencia. Es con una educación popular y liberadora que ello será posible y no con el modelo capitalista, que haremos avanzar la revolución. Es con el debate, la reunión y la crítica áspera pero veraz que emergerá ese nuevo modelo.
Tenemos una educación por crear. La revolución exige originalidad y coraje, decencia y humildad, escardilla para erradicar el viejo modelo y la esperanza del sembrador puesta en la semilla de una misión llamada a despertar y mantener el espíritu libertario del Caribe que cada uno de nosotros lleva por dentro. Allí está el gran reto que nos toca como Misión.
Luego dice lo que no es la misión:
- No es un programa para el otorgamiento de subsidios, ni para financiar proyectos culturales y artísticos
- No es un programa de becas universitarias
- No es una entidad burocrática para generar empleos
- No es una solución para la deuda social del cupo universitario.
Luego se plantea la trayectoria que cada activador y activadora deberá recorrer para concretar dos asuntos
1.- Lograr transformaciones directas en su entorno a través de proyectos socio comunitarios reales, vinculados a la lucha social y el poder popular, es decir fortalecer los ámbitos de las comunidades en el logro y superación no solo de sus necesidades sino el cambio de conciencia donde incide directamente el activador. Este ámbito político se desarrolla dentro de la misión en el mismo momento en que los activadores asumen su compromiso de transitarla, podríamos decir que la misión es netamente estratégica e impulsa el nuevo hombre y mujer que requiere la revolución. Su enfoque: La educación popular, la educación liberadora.
2.- el proceso de obtención de la licenciatura en educación a partir de los procesos de vinculación sociocomunales donde los activadores y activadoras hacen vida.
La misión comenzó con más de 300 facilitadores en todo el territorio nacional, con 80 tutores acompañantes de procesos, supervisados por la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez. Esto ya ha ido acabándose y lo que antes era procesos comunitarios necesarios e importantes, hoy se ven mermados por la burocracia, el burocratismo y el énfasis académico, lo cual ha debilitado el ámbito político estratégico de esta misión.
Es lamentable que lo que antes eran debates, movilización, agitación, incorporación militante para defensa de la revolución, hoy ya ni se sueña, ni se escucha y muchos menos se ve.
Lo que queda, lo que se respira y se vive en la Misión es, “apuros”, “emergencias académicas”, desesperación por graduar y echar para afuera a los activadores de manera rápida pues “ya no hay tiempo”, “ya son 5 años”, y nosotros con 500 siglos de dominación y enajenados, que, si fuera la solución a tanto desastre convendríamos, pero no, no son suficientes 5 años, se requiere toda una vida para aprender del hecho revolucionario, sus mecanismos, sus dinámicas, relaciones, contradicciones y demás yerbas que definitivamente nos mantienen en vilo.
Se oye lo que para mí, es una ganancia para el enemigo, “entrega tu proyecto para la semana próxima” o “tienen una semana para culminar el proyecto” “solo has graduado a 5 activadores” como que si la dinámica que llevamos desde hace 12 años solo tiene tiempo para lo académico o para llenar de graduados a esta república solamente o como lo único necesario.
Es necesario discutir acerca de la palabra “eficiencia”, “eficacia”, “calidad” entre otras palabritas que usa el neoliberalismo a través de los funcionarios de la misión, y que son las causantes de tanto descalabro hacia el pueblo, que, en definitiva se la chupa sabroso. Por cierto cero debate y discusión dentro de la Misión, está vetado el debate.
Todo esto nos lleva a una sola explicación: quieren acabar con la Misión Cultura, quieren cerrarla y transitar hacia un espacio menos importante como lo es ponernos a dar talleres, insertarse en el sistema nacional de culturas o las plataformas que fragmentan ese cuerpo integrado que fue la activación, agitación y organización en otros tiempos.
Para los que valoramos las estructuras, obras sociales e ideas de nuestro gobierno, después de haber tenido todo un espacio encarnado en, facilitadores, tutores y activadores, las otras alternativas son nimias, casi que nada al lado de la Misión.
Hay que revisar a la Misión Cultura, su pertinencia a la luz de esta etapa histórica y buscar a la gente que en verdad la quiere y la valora como un escenario necesario para estos tiempos, pues un movimiento social tan importante, vinculado a las comunidades es un bastión estratégico para la consolidación del poder popular.
Propuestas tenemos y muchas, desde la creación de la universidad de la educación popular a lo Rodrigueano, hasta la creación de las escuelas sociales, pasando por la educación no convencional, el fortalecimiento del sistema educativo bolivarianos en las comunidades, con maestros populares… todas insertadas en el psuv, el poder comunal, popular y definitivamente en la constitución el PNSB entre otros documentos importantes.juntura42@yahoo.es
