La Celac, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, es un nuevo intento de las naciones que forman el continente americano, para integrarse, esta vez sin la participación de los colosos del Norte: Estados Unidos y Canadá. Lo que nos deja solos con el coloso del Sur: Brasil.

La cumbre que concluyó ayer en Caracas no hay duda que estuvo bien organizada, no es fácil manejar la visita de 33 presidentes y sus delegaciones y dejar a todos contentos. Aquí se anotan un éxito importante el presidente Chávez y su ministro estrella, Nicolás Maduro, de quién ya he escrito anteriormente, es quien mejor desarrolla exitosamente los planes que el presidente se traza, en este caso en las relaciones internacionales.

Los presidentes asistentes a la cumbre coincidieron en algo que está a la vista desde hace años: el esfuerzo integracionista que el presidente Chávez ha llevado a cabo desde los inicios de su mandato hace ya unos 13 años. Petrocaribe, Alba, Unasur y ahora el Celac son claros ejemplos de esos esfuerzos, por lo tanto si algo nos dejó esta cumbre es la proyección internacional de Chávez en esta materia.

No es posible opinar sobre los alcances que tendrá la Celac hasta tanto so den a la luz pública los acuerdos firmados, que nos permitan conocer las metas que se han establecido los integrantes. Pero de las intervenciones presidenciales se pueden decantar algunos aspectos importantes:

1. Los presidentes ven a la Celac como un instrumento para la lucha contra la delincuencia organizada, el terrorismo y el narcotráfico internacional, flagelos que ciertamente asuelan a muchos países del hemisferio, principalmente México, Colombia y Centroamérica.
2. Los presidentes ven a la naciente organización como un foro adecuado para discutir sus divergencias bilaterales y reclamaciones internacionales, de hecho Bolivia ya plantea la colaboración del organismo para lograr ante Chile una salida al mar, la cumbre se solidariza con Argentina en sus reclamos sobre las Islas Malvinas y Colombia solicita que condenen la violencia guerrillera en ese país pero que no se metan en las posibles negociaciones con los grupos armados. 
3. A México le parece una gran oportunidad, así lo han expresado analistas internacionales, para acercarse más a los países caribeños y restar algo de la enorme influencia de Venezuela y Petrocaribe en el área.
4. Para algunos presidentes como el de Bolivia y Nicaragua, la Celac es una forma de combatir el imperialismo sobre todo del norte y tratar de librarse, el primero de las acusaciones de poca colaboración con el narcotráfico internacional, y el segundo de las condenas del gobierno norteamericano sobre el reciente proceso electoral en Nicaragua.
5. Para el gobierno cubano es una oportunidad de oro para participar con naciones democráticas en una comunidad internacional de amplio alcance, a donde no concurre desde su expulsión de la OEA.
6. Para los países caribeños es la oportunidad de reforzar sus lazos con Venezuela y Petrocaribe. El presidente Chávez anunció en la cumbre la creación del banco de Petrocaribe, es decir un fondo para la inversión en esos países.
7. Para Brasil es la oportunidad de ampliar sus crecientes mercados internacionales, ese país al igual que Chile, México y Colombia se mueven internacionalmente en la búsqueda de nuevas oportunidades para sus empresarios privados. Brasil se fue con una orden de Venezuela por 20 aviones de la empresa Embraer, Argentina con una serie de acuerdos comerciales y México con la promesa de reabrirle el mercado venezolano con la revisión de las restricciones arancelarias afectadas desde la salida de Venezuela del grupo de los tres: México, Colombia y Venezuela. Por su parte Colombia, ya es conocido el número de acuerdos que firmó esta semana que favorecen las exportaciones de sus empresas privadas hacia nuestro país.
8. Y Venezuela sin duda se pone los pantalones largos en materia de cumbres internacionales y ciertamente consolida su influencia en la comunidad económica latinoamericana, mediante el uso de sus grandes recursos energéticos, Petróleo y gas, y su gran capacidad importadora. Así como ratifica su liderazgo en la lucha regional por la integración, y el antiimperialismo que pregonan algunos países de la zona.

Por supuesto, todavía hay mucho camino por andar para esta nueva organización de países latinoamericanos y del Caribe, queda en las manos del presidente Pro Tempore de la organización, Sebastián Piñera, de Chile, mantener vivo el entusiasmo y las esperanzas. 

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