Realidad virtual versus realidad objetiva

Los paramilitares cambian de nombre por estrategia propagandística

Los dictatoriales medios de difusión y desinformación masivos han logrado hacerle creer a muchísimas personas una realidad virtual, creando así las matrices de opinión necesarias para que sus dueños puedan ejercer las intervenciones y masacres, que les son indispensables, en aras de neutralizar las oposiciones populares a sus designios de saqueo.

Una de las principales tareas de los movimientos sociales y personas humanistas es lograr romper esa realidad virtual, en todas sus facetas.

Ya hoy en día, se despiertan las mentes en cuanto al verdadero rol de los medios masivos de difusión, las matrices de opinión ya no son tan fácilmente construíbles como hace algunos años, y sin embargo, el duro camino para liberarnos de manera decisiva de la influencia de los medios masivos es todavía muy largo.

Un ejemplo de este calado de los medios, y de su gran poderío, es sin duda la situación colombiana. A un conjunto de realidades objetivas y vínculos de causa a consecuencia, los medios de desinformación masiva, han logrado sustituir en la opinión colectiva, un conjunto de realidades virtuales, cuyos vínculos de causa a consecuencia relevan de lo absurdo.

En efecto, el ejemplo de Colombia es muy exhaustivo sobre el daño que los medios de difusión masiva de desinformación, le hacen a la realidad objetiva, alejando a sus víctimas de una capacidad de análisis y de comprensión de una realidad.

El gobierno Colombiano es presentado por los medios de difusión masiva como una democracia ejemplar, y como los niveles de mortandad ocurridos en ese país son inocultables, los medios han construido el mito paramilitar, desvinculando a estas bandas de asesinos de su realidad objetiva: el ser una estrategia estatal vinculada y entrenada por los altos gremios económicos estadounidenses y colombianos.

Los medios han logrado sustituir a la realidad objetiva colombiana, una realidad virtual.

Así como lo hicieron con la realidad objetiva de Rwanda, país( y región) en el cual las multinacionales mineras ven una enorme riqueza, y que por consecuencia sufrió el intervensionismo europeo (principalmente belga) y de la CIA, en formación de bandas paramilitares que organizaron las masacres intensivas, que el mundo conoció explicadas con la realidad virtual de los medios de que: existía la barbarie de “una inexplicable guerra étnica fratricida”.

Obviamente Rwanda y Colombia no son los únicos ejemplos de este quehacer criminal de los medios. Puesto que los medios de desinformación masiva, son el arma sin la cual, hoy en día, el capitalismo no podría enfrentar las resistencias de los pueblos, y seguir ejerciendo sus saqueos en todos los puntos de este planeta, sin escrúpulos algunos.

En este artículo analizaremos el escandaloso ejemplo de Colombia. Para la mayoría de las personas, en Colombia lo que se vive es una guerra fratricida entre facciones armadas de extrema derecha por un lado, y de extrema izquierda, por el otro, estando el Estado “preso en tenaza e impotente frente a la violencia desbordante”.

Esa es la realidad virtual que ayuda a nombrar al estado colombiano una “democracia”, por abusivo que esto sea. El informe de la propia OIT estipula que Colombia tiene “record” en asesinatos a sindicalistas(9 de cada 10 sindicalistas asesinados en el mundo son asesinados en Colombia por fuerzas paramilitares, 2002­­-2003).

Casi todos los informes de derechos humanos le dan a Colombia el primer puesto en violaciones a derechos humanos, incluso los altos organismos internacionales exponen las horrendas cifras de ejecuciones extrajudiciales, de masacres... Entonces, por qué no se condena de una vez por todas al gobierno colombiano, como una dictadura, y se le hace una presión internacional para que cese el genocidio?

Bueno, porque estos organismos internacionales, le obedecen a instancias económicas de gran poder y a gremios económicos cuyos intereses en Colombia y la región son la prioridad del régimen colombiano. Y que estos organismos se escudan tras la realidad virtual construida por los medios de que, “el paramilitarismo son grupos autónomos, independientes del estado”.

Así, estos organismos reconocen las cifras, pero jamás reconocen las responsabilidades; En donde les toca designar responsabilidades, escriben en sus informes, que es responsabilidad de “los grupos paramilitares”, y ante las miles de denuncias de las víctimas sobre la connivencia de paramilitares y militares, simplemente se hacen los sordos, o a lo sumo instan diplomáticamente al estado a “intensificar su lucha contra los paramilitares”, reconociendo así una lucha que no existe, pues paramilitares y militares estatales, son un mismo cuerpo.

En efecto, el paramilitarismo es una estrategia estatal, diseñada desde la misma CIA estadounidense, y totalmente al servicio de los intereses de las multinacionales y de la oligarquía nacional.

En la lucha por hacer cesar el genocidio que impera en Colombia es absolutamente necesario que acabemos con el mito “paramilitar”, es absolutamente necesario que hablemos y escribamos claramente, que sistemáticamente vinculemos a los paramilitares con el Estado, puesto que son una Estrategia del propio Estado.

Si dejamos de vincularlos sistemáticamente en nuestros artículos o le ponemos responsabilidades de masacres a “paramilitares “ o a “grupos paramilitares”, así , sin más, sin decir lo que son en realidad (el propio estado camuflado), lo único que logramos es hacerle el juego a la propaganda, a esa realidad virtual que presenta a los paramilitares como autónomos, logrando así la impunidad para el Estado.

Si nosotros mismos, periodistas y luchadores sociales, no hacemos hincapié sistemático en este punto, no lograremos que cese la impunidad para los criminales generadores del genocidio: el Estado y los formadores estadounidenses.

Al preservar ese estado de “borroneo artístico” en el que no sabe quien es el culpable y responsable de los crímenes, lo único que hacemos es perpetuar el genocidio. Los genocidas son muy hábiles y la razón por la cual utilizan el paramilitarismo es la búsqueda de impunidad, no dejemos que la consigan.

La responsabilidad aquí es de los medios alternativos, sus periodistas deben ser claros y enfáticos de una vez por todas, porque sabemos que a las instancias internacionales y a los medios masivos les conviene esa confusión estratégica, esa argucia virtual que le da la impunidad a un Estado , que así, se perpetua cómodamente en su criminalidad.

El paramilitarismo nace de la “necesidad” de un Estado de cometer masacres atroces y violaciones intensivas a los derechos humanos, en aras de paralizar las reivindicaciones sociales por el terror, pero, permitiendo que ese mismo Estado conserve una imagen “limpia a nivel internacional”.

La génesis misma del paramilitarismo se encuentra en la doctrina del “enemigo interno”, doctrina que consta en los manuales militares oficiales en Colombia, que contempla que, para la guerra contrainsurgente, el arrasamiento de todas las bases populares de apoyo a la insurgencia son el punto clave . Según el lema de que “si no se puede con el pez, hay que sacar el agua”, entendiendo al pez como las guerrillas, y al agua como las poblaciones civiles que le dan sustento y apoyo a las guerrillas.

Apoyados en esa base conceptual del “enemigo interno” los militares colombianos, conciben como “el enemigo interno”a todo aquel que cuestione las políticas económicas y sociales, y asistimos a una extensión total de la represión que criminaliza la reivindicación y protesta social.

El paramilitarismo permite realizar el objetivo militar de “infundir el terror “en la población, realizando a su vez el objetivo político-propagandista de “salvaguardar intacta la imagen el Estado”.

Así, como la razón de ser del paramilitarismo es la necesidad de infundir el terror pero salvaguardando imagen, los paramilitares son el brazo de guerra sucia del propio Estado y su rol específico es ser “excelentes” en practicas de tortura y guerra sicológica. Es por esta razón estratégica, teorizada desde la misma CIA y altas esferas estatales, que los paramilitares cometen actos atroces ( descuartizamientos con machetes, motosierras, violaciones colectivas, cortes de cabezas en plazas públicas), es por una razón estratégica que cometen estos actos atroces y no por sicopatía o barbarismo innato, como algunos farsantes analistas lo plantean, buscando en el pueblo colombiano una “violencia endémica”.

En efecto la población objetivo de estos actos atroces no son solo los muertos, sino que son los sobrevivientes, todos aquellos que hayan presenciado el terror y queden vivos. Es por esta razón que los actos de terror son practicados por el brazo oculto del estado (paramilitares) en las plazas públicas, tras haber convocado a la población, porque lo que busca la guerra sicológica es la parálisis. Paralizar las veleidades de reivindicación social, a través del terror infundido, porque los sobrevivientes estarán llevados a invocar el instinto de conservación antes de actual... “para seguir vivos no se debe seguir el camino del luchador social, del líder campesino, del desaparecido” este es el mensaje implícito... Es por eso que hablamos de Terrorismo de Estado.

La desaparición forzosa es unos de los crímenes típicos del terrorismo de Estado en su guerra sicológica, pues deja diezmada a la familia y a todo el espectro social del desaparecido, va más allá de la “neutralización” del propio ser desaparecido(que suele ser un luchador social), busca neutralizar por el terror a los sobrevivientes, disuadirlos de seguir el camino de la lucha social a través del crimen “ejemplarizante”.

Colombia tiene “record”en desaparición de personas, un promedio de 5 reportadas cada día, víctimas de las paramilitares fuerzas del propio Estado.

La historia del paramilitarismo como estrategia estatal está plenamente vinculada a las políticas militares importadas de Estados Unidos, en el 62 ya, una misión militar de las fuerzas especiales de Estados Unidos encabezada por el general Yarborough, “explicaba e instruía” acerca del “enemigo interno” implementando reformas para permitir que las fuerzas de seguridad “de ser necesario ejecuten actividades paramilitares de sabotaje y/o terroristas contra comunistas conocidos”, durante toda la historia reciente de Colombia no han cesado de sucederse los asesores militares estadounidenses en la formación de los militares y paramilitares colombianos.

Y desde hace unos años están presentes en Colombia, en calidad de “asesores” los militares y mercenarios estadounidenses, pero igualmente militares israelíes, y conjuntamente asesoran e instruyen a militares y sus paramilitares en las más atroces técnicas de guerra sicológica y prácticas de tortura.

La estrategia paramilitar busca conseguir quitarle su apoyo social a la guerrilla, tras infundir el terror en los poblados, este objetivo, lo vemos, no ha sido logrado, pues la aplicación del terrorismo de Estado, si bien consigue parálisis por el terror, también genera en otros, más veleidades de justicia.

La estrategia paramilitar también busca vaciar las zonas del campo de sus habitantes en aras de quitarle el sustento alimenticio a la parte de la población que conforma la guerrilla en las montañas de Colombia, esta es una estrategia que ya ha causado más de 3 millones de desplazados.

El desplazamiento forzado de poblaciones obedece a un plan estratégico, que tiene dos razones de ser: la primera que expusimos de vaciar los campos en aras de cortarle el sustento a la guerrilla, y la segunda razón es vaciar los campos y las zonas de alto interés económico, para entregárselas “limpias” a las multinacionales.

Vemos que es de las zonas donde se planean megaproyectos, y donde operan las multinacionales, de donde son desplazadas hoy en día la mayoría de personas, la cifra estimada promedio siendo de 1.286 personas desplazadas a diario!

La cifras evidencian la magnitud del genocidio que se está cometiendo contra el pueblo colombiano, ellas evidencian la urgencia de una solidaridad internacional activa, que más allá de difundir las cifras, informe sobre las responsabilidades exigiendo que se apliquen mecanismos de presión.

Hoy en día hay que romper urgentemente con la realidad virtual que nos han impuesto los medios de difusión masiva de desinformaciones, que han hecho tanto daño, llegando a colonizar incluso las mentes de algunos intelectuales colombianos e internacionales.

Cuando los intelectuales logran escapar de el mito de que “los paramilitares son grupos autónomos”, a veces no logran escapar del otro lado de la mentira virtual: aquella que se construye alrededor de las luchas de resistencia.

En efecto, la otra vertiente propagandística consiste en hacer creer que las alternativas propuestas por los grupos en resistencia activa no son buenas, o creíbles. Intensificando para formar esa matriz de opinión, todo tipo de operaciones de desprestigio de las fuerzas que propongan una alternativa real. Así logran crear que, aunque algunos se escapen de creer en el mito del Estado neutro, no se escapen de creer que “de todas formas no hay alternativa propuesta”.

En el caso de Colombia, vemos claramente como, los medios de desinformación masiva, se han encargado de generar matrices de opinión opuestas a los grupos guerrilleros.

Utilizando para ello mil argucias y mentiras, recurriendo incluso a montajes mediáticos, algunos de una crueldad sin límites , como fue por ejemplo, el caso del famoso “collar bomba”.

El caso del collar bomba es un ejemplo típico del montaje mediático en aras de desprestigiar a las guerrillas: los medios filmaron a una mujer de cuyo cuello colgaba un “collar bomba”, las imágenes fueron estremecedoras, la mujer lloraba y suplicaba que le dejaran la vida, que ella no tenía con qué pagar el monto de dinero que los supuestos guerrilleros exigían de ella para desactivar el collar bomba... A su lado los medios filmaron a unos encapuchados que presentaron como guerrilleros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)...

La mujer era evidentemente una mujer de extracción humilde, y el pedido de dinero a cambio de su vida, en ese horrendo chantaje, de una infamia sin límites.

Cómo la mujer no tuvo con qué pagar, los encapuchados (presentados por los medios de desinformación como guerrilleros), hicieron estallar el collar bomba.

La cabeza se desprendió del cuerpo, la mujer estalló en mil pedazos. Estas imágenes fueron difundidas una y otra vez por las televisoras colombianas e internacionales, con el comentario de que el horrendo crimen era de autoría de las FARC.

Bueno, pues tras investigación que la fiscalía tuvo que abrir, tras la constatación de un funcionario de que la suma exigida por los supuestos guerrilleros era inferior a la suma invertida en el propio collar( en ese entonces la fiscalía todavía no había sido totalmente “depurada” por el fascismo actual), resultó que no habían sido las FARC las autoras del crimen, sino “ la delincuencia común”...

Pero la televisión no desmintió, el desmentido que exentaba a las FARC fue publicado en una cuarta página de los periódicos, jamás el desmentido tuvo proporcionalidad alguna con las acusaciones a las FARC, y ante el mundo y en la propia Colombia, quedó hecha la propaganda de desprestigio.

Ahora, la investigación concluyó en que los autores del delito eran la “delincuencia común”, eso por supuesto que también es una gran mentira pues no se conoce hasta la fecha un “delincuente común” que invierta más en los explosivos que en la suma exigida, es de un ilógico total, una aberración que solo en una sociedad bajo régimen totalitario y realidad virtual como la colombiana, puede quedar así.

La realidad es que el único beneficiario de la muerte de la señora fue el Estado colombiano (y la oligarquía y la multinacionales), que logró, a través de los medios desinformativos, sentar una tremenda operación de desprestigio, lo que evidencia que los autores del crimen son fuerzas paramilitares al servicio del propio Estado, y no “delincuencia común”.

Además, el momento de la operación de propaganda nos da una luz más sobre los autores reales del crimen, este montaje mediático ocurrió justo tres semanas antes de una audiencia sobre cultivos ilícitos que convocaban las FARC en la entonces zona desmilitarizada, audiencia a la que las FARC habían invitado a numerosos parlamentarios y representantes internacionales. Los internacionales, en su mayoría, ante la imagen de la mujer explotada, rechazaron la invitación, y cuando recibieron el desmentido, ya era tarde.

En esta audiencia los internacionales podrían conocer directamente la realidad objetiva, y distanciarse así de la realidad virtual, única, a la que siempre habían tenido acceso.

En esta audiencia, hablarían campesinos, agrónomos, guerrilleros, ecologistas, todos planteando la necesidad de la substitución de cultivos de una forma manual, de su rechazo a las fumigaciones del Plan Colombia, de los problemas de mercadeo teniendo que afrontar agriculturas subsidiadas de USA y Europa, desmintiendo las mentiras internacionales y el sombrío montaje del “narco” que pesa injustamente sobre el campesinado colombiano.

En esta audiencia las FARC presentarían un proyecto piloto de substitución de cultivos ilícitos, elaborado para Cartagena del Chairá, y centenares de veces menos costoso que el fraudulento Plan Colombia.

Obviamente ni al Estado colombiano, ni a los Estados Unidos, ni a Monsanto (la multinacional química cuyo papel y contratos son estelares en el Plan Colombia), les convenían tales demostraciones de realidad objetiva, que dejarían desenmascaradas a sus estrategias hegemónicas, a sus estrategias propagandísticas.

Una de las realidades virtuales que hubiera quedado desenmascarada en esta audiencia es la gran mentira sobre quienes son los verdaderos narcotraficantes, y por supuesto se hubiera desbaratado el impostor concepto de “narcoguerrilla”.

Hay que saber que el gran pretexto del Plan Colombia, es la supuesta lucha contra el narcotráfico, pretexto extendido después de la gran operación de propaganda (tras las torres gemelas), a la lucha contra el “terrorismo”.

Y para viabilizar el Plan Colombia los estadounidenses recurren a una gran manipulación comunicacional, y, en el marco de esta, crean y difunden masivamente el concepto de “narcoguerrilla”. Este concepto fue creado por Lewis Tambs, quien es nada más y nada menos que uno de los redactores de los documentos Santa Fé,!

Los documentos Santa Fé son los documentos de USA relativos a su política exterior, en los cuales se exponen, para uso interno, todos sus planes de intervención en América latina con sus respectivos “fundamentos” teóricos.

Así es como la matriz de opinión en contra de las guerrillas, generada por la amplia desinformación de los medios masivos, tiene su génesis, nada más y nada menos que en la CIA.

Ocultando que las guerrillas nacen de la inmensa injusticia social y de la represión que ejerce el Estado en contra de los que buscan justicia social.

Ante las infrahumanas condiciones de vida, el pueblo nunca se queda impávido; en Colombia las cifras de miseria son espeluznantes *.

Y ante las reivindicaciones sociales, el Estado siempre ha contestado con represión y más represión.

Ante las preguntas muchas veces hechas por internacionales poco conocedores del asunto, de por qué los colombianos optan por la violencia, por la lucha armada, de por qué más bien no tratan de cambiar la injusticia a través de vías pacíficas, civiles, a través de las vías de la participación política, cabe responder con estas cifras y datos de la represión, que creo que no dejan duda, que muestran que el pueblo colombiano ha intentado todas esa vías pacíficas, varias veces, pero siempre con un saldo de muertos demasiado cruel.

Colombia conoció recientemente el genocidio de todo un partido político (4.000 miembros de la Unión Patriótica asesinados en menos de 5 años). Este genocidio ocurrió entre los años 80 y 90, el estado logró a través de la eliminación física de personas y del terror, neutralizar la oposición política... Y hasta hoy en día son asesinados los pocos sobrevivientes de la Unión Patriótica, casi todos se hallan en tumbas o desaparecidos, algunos en el oprobioso exilio.

Actualmente hay más de 7.000 muertes por razones políticas cada año, o sea más de 20 por día, dentro de las cuales solo 4 en enfrentamientos militares, o sea que los 16 restantes son víctimas de la política represiva del Estado.

Son más de 4.000 sindicalistas asesinados en 10 años...(víctimas de la estrategia paramilitar)...

Los que no han sido víctimas de ejecuciones extrajudiciales, a través del brazo paramilitar, son victimas de la desaparición forzada(5 personas desaparecidas a diario), y los que más suerte tienen (dentro de todo) son víctimas de arrestos arbitrarios.

Actualmente el Estado colombiano, arresta arbitrariamente a un promedio de 140 personas a diario(fuente CINEP, Centro de Investigaciones Nacionales y Estudios Populares), en su lógica represiva de criminalizar la protesta social. Estas personas arrestadas quedan a merced de los montajes judiciales practicados con frecuencia por el Estado colombiano, para encarcelar a los líderes y activistas sociales.

En la cárcel serán víctimas de la tortura, la OMCT(Organización Mundial Contra la Tortura), denuncia la gravísima situación de violaciones y tortura que lleva acabo el régimen colombiano.

Por ello la acción civil es casi imposible, y la clandestinización y conformación de guerrillas aparece como la opción del pueblo acorralado, que sin embargo no se rinde, y elige la dura vida nómada de los guerrilleros, antes que doblegarse.

Hoy en día, en la situación crítica del mundo, frente al desmantelamiento de los bienes sociales y la privatización salvaje, frente al precipicio del ALCA, el ejemplo de Colombia no debe más ser pasado bajo silencio.

Debe ser un estandarte y aglutinar solidaridad.

Los pueblos del mundo y las distintas organizaciones sociales deben rechazar los estigmas impuestos por el imperialismo, y cuidarse de no hacerle un favor al imperio voraz al aceptar como reales las realidades virtuales que nos quieren imponer.

Es necesaria la solidaridad internacional activa con el pueblo colombiano para acabar con el genocidio.

colectivocontraelimperialismo@yahoo.es


*Cifras de injusticia social en Colombia: *44 millones de Habitantes. 36 millones en la pobreza, 11 millones en la pobreza absoluta o indigencia. En el último año, cada hora 142 colombianos ingresan al estrato de la indigencia.

*Más de 3 millones son desempleados. Más de 7 millones sobreviven del rebusque (Desempleo disfrazado).

*2.5 millones de niños trabajan, de los cuales 800 mil tienen menos de 11 años. 2.7 millones de niños no van a la escuela por falta de cupos. De 700.000 niños que nacen anualmente 34.000 no cumplen un año de vida. 37.000 niños duermen diariamente en las alcantarillas. 47% de jóvenes no tiene agua potable ni servicios públicos.

*Más de 3 millones de Campesinos no tienen tierra El 1.08% de propietarios posee el 53% de la tierra y el 0.2% de la población posee el 47 % de las tierras cultivables

*El 20% más rico de colombianos es 20 veces más rico que el 20% más pobre. 0.07% de la población posee el 68% del capital financiero. Los intereses y la amortización de la deuda consumen el 70 % de los ingresos totales del gobierno.

*3.5 millones de desplazados internos.



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