Justificación mediante la mentira

Una de las mejores armas que ha inventado el ser humano es la justificación o también, la excusa. Desde que se inventaron las excusas nadie queda mal, afirmaba mi abuela. A manera de ejemplo: si un marido le ofrece a su esposa llegar a cierta hora a una cena muy especial y por desgracia no asiste al tiempo convenido, deberá buscar o inventar una excusa. Por ejemplo, le refiere que llegó tarde porque tuvo una reunión de trabajo. Esto es una justificación, que podrá ser cierta o no, pero le puede servir para salir del atolladero. No importa si la reunión en la empresa se llevó o no a cabo, lo significativo es mentir para justificar el comportamiento. La política es una actividad humana y como tal, los seres humanos que hacen uso de esta para vivir están prestos a cometer los mismos errores de cualquier mortal, como es utilizar la justificación para explicar ciertas acciones. Los ejemplos sobran.

Veamos, los Reyes Católicos justificaron la presencia militar en las tierras usurpadas bajo el alegato de la necesidad de llevar la civilización a un mundo de salvajes. Así mismo, la de "convencer" de la preeminencia de la doctrina de Cristo a unos herejes idolatras quienes vivían en pecado, era imprescindible incorporarlos a la única fe que los salvaría del infierno. Como vemos, tal justificación estuvo vinculado a una gran mentira, dado que los pueblos originarios de aquellas regiones tenían sus propios dioses, se conectaban con los espíritus de la selva a través de sus chamanes. Les cambiaron sus ídolos por las estatuas de la virgen y la del crucifijo. Seguían siendo idólatras. Todavía hoy las autoridades de la Iglesia Católica Apostólica Romana se sienten regocijadas por haber convertido a numerosos infieles, a pesar de que tal conversión se hizo bajo la égida del rebenque, la muerte y de la esclavitud. Por lo general, en política, detrás una justificación existe una gran mentira. En verdad, la única razón de la conquista y la colonización del nuevo mundo, por parte de los reyes de Aragón y Castilla, fue la búsqueda y el robo de las riquezas de estas regiones, esto para aumentar los caudales de la aristocracia aragonesa y castellana, así como el incremento de los capitales de los banqueros, sacerdotes y prestamistas judíos.

La Primera Guerra Mundial, según los historiadores tuvo una causa, como fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona astro-húngara. El atentado se consumó en la ciudad de Sarajevo donde fallecieron el referido y su esposa en manos de un anarquista serbio. Una vez que se conoció la noticia se desataron los demonios y entran en guerra Alemania, Rusia, Francia, Australia, Canadá, Gran Bretaña y otros. En verdad, aquella fue la justificación para que Europa se viera sumida a una mortandad que solo podía propiciarla el mismo demonio. Pero tal como afirmé anteriormente, detrás de una justificación hay una gran mentira. La verdadera razón de aquella ignominiosa carnicería fue el desacuerdo de las potencias europeas por la forma como los franceses y los ingleses se repartieron África, cuando en la conferencia de Berlín (1886). Los grandes beneficiados en la repartición fueron los galos y los británicos. Además, los fabricantes de armas recién habían inventado nuevos artefactos mortales como ametralladoras, cañones, tanques de guerra y de alguna manera, era necesario probar la efectividad de los mismos durante una guerra de gran trascendencia.

Detrás de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se esconde otra gran mentira. Por los conocedores de historia se sabe que esa conflagración se inicia con la invasión de Polonia por parte de los alemanes, bajo que excusa de la presencia de cosacos en territorio germano. Lo que no contaron los nazis fue que el gobierno de Hitler disfrazó a sus soldados con el uniforme polaco para justificar la invasión de la tierra de Chopin. En verdad, detrás de esta mentira se escondía la ambición expansionista del régimen alemán.

Uno de los acontecimientos más cruentos y criminales que vivió la humanidad en el siglo XX fue el lanzamiento y explosión de dos bombas atómicas (1945) en territorio japonés, Hiroshima y Nagasaki. En dicho acontecimiento murieron casi 300.000 personas en cuestiones de segundos, más las otras expiraciones que se sucedieron como consecuencia de los efectos de la radiactividad. De este vil asesinato colectivo fue responsable el presidente H.S Truman con la justificación de la necesidad de acabar con la guerra, mediante la rendición de Japón. Un país que prácticamente estaba rendido y las ciudades desoladas no tenían objetivos militares. Por desgracia, en dichos poblados solo había civiles sin ningún tipo de defensa ante una agresión de este tipo. En verdad, el único motivo de esta barbarie injustificada, fue que recién se habían inventado la bomba atómica y era necesario conocer la efectividad de la misma. Primero se lanzó la de uranio sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y tres días después, el 9 de agosto se lanzó sobre Nagasaki una bomba de plutonio. Era necesario conocer la capacidad de vandalismo de cada uno de estos artilugios de la muerte. Hoy por hoy, EEUU actúa como vigilante y juez de los países que desean desarrollar la tecnología nuclear con fines pacíficos.

La justificación de los traspiés de los políticos es diversa y en esto están inmersos, en su mayoría, los políticos estadounidenses. Esto tiene una explicación, el Pentágono de USA interviene en casi todos los procesos económicos-políticos-sociales del planeta y para eso siempre tiene una justificación. Por ejemplo, la preocupación por la libertad de los pueblos; la vigilancia de la democracia en el mundo; la certificación del narcotráfico, a pesar que el EEUU es mayor consumidor de drogas que se toma, que se esnifa y que se inyecta; el centinela del terrorismo, a pesar que entrena, financia y dota de armas a terroristas que operan en el medio oriente y en todas partes del orbe; cuidadoso de los derechos humanos del planeta, a pesar de que en EEUU se viola los derechos humanos de las minorías raciales y también, los de los habitantes del planeta que sufren los bombardeos de los aviones y drones "made in USA". Ejemplo de lo anterior son muchos, los más recientes son las lamentables experiencias en Irak, Libia, Afganistán, Siria, además de sus alianzas con gobiernos genocidas como Colombia, Arabia Saudita e Israel. Evidentemente para cada barbarie siempre el Tío Sam esgrime una justificación basada en mentiras. Parece que la experiencia les ha dado resultado, no piensa abandonar sus métodos y sus excusas.

Como los gobernantes y políticos de EEUU le han dado resultado la justificación o las excusas la siguen utilizando. Por ejemplo, acusan al presidente MM de dictador, narcotraficante, violador de los derechos humanos, torturador, presidente ilegítimo, amenaza a la democracia, entre tantas acusaciones sin presentar alguna prueba. Para legitimar tales acusaciones se busca otros países similares a ellos para poner en tela de juicio la democracia participativa y protagónica que se ha conseguido con el ejercicio del voto en más de veinte elecciones. Está claro que, si ninguno de los gobiernos presenta pruebas de tales acusaciones, quiere decir que dichas denuncias se basan en puras mentiras. A pesar de tales falsedades el gobierno de EEUU y los de la UE someten al pueblo de Venezuela a sanciones de tipo económico, financiero, boicot, secuestro de activos financieros venezolanos depositados en bancos extranjeros. Con el agravante que está sometiendo a los venezolanos y a los no nacionales residenciado en nuestro territorio a la dificultad de conseguir alimentos, medicinas y procurarse los servicios vinculados con la salud y el desarrollo de una vida normal de un país. Es tal la desfachatez e insensatez de los sanguinarios políticos de EEUU y de la UE, que responsabilizan al presidente MM de las carencias por las que está pasando el pueblo venezolano. Es tal la irracionalidad de esta pandilla de malnacidos que Venezuela no dispone de dinero para adquirir las vacunas contra el covid 19, simplemente por las acciones inhumanas de los gobiernos de EEUU y la UE. Y esto, también debemos agradecérselo al bobolongo de Juanito Alimaña Guaidó. En verdad, la única razón de tales falsedades es la intención de las grandes corporaciones de robarse las riquezas de Venezuela. Aquellas mentiras no son más que justificaciones. Con justa razón refirió el escritor canadiense Daniel Levitin: "El cerebro humano, a menudo, toma decisiones basadas en consideraciones emocionales, y luego busca justificarlas. El cerebro es una poderosa máquina autojustificadora. Una guía de campo para las mentiras". Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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