¿Te has librado del complejo de inferioridad que dejó la colonización gringa?

Más de un siglo de colonización, de dominio político y de influencia económica de los EEUU sobre Venezuela, han dejado una profunda huella en la mentalidad y la cultura del pueblo vemezolano. Sin duda alguna, Venezuela ha sido uno de los países latinomericanos, que los gobiernos gringos decidieron convertir en una colonia muy importante, debido a sus inmensos yacimientos petrolíferos, su cercanía a su territorio y a su excelente situación geográfica frente al mar Caribe.

Esa fuerte colonización trajo consigo un ingrediente muy característico de la mentalidad gringa, el cual es su racismo supremacista y su consecuente actitud despreciativa y arrogante hacia el pueblo mestizo venezolano.
Los blancos supremacistas de origen europeo parecen imaginarse la estúpida fantasía, de que cuando Dios creó al hombre, en el caso de la raza blanca únicamente, el Creador del universo en vez de utilizar barro oscuro y común para formar su cuerpo, utilizó el barro blanco de la cerámica.
Por eso, estoy convencido de que el racismo es una prueba evidente de la estupidez y la vanidad del ser humano.

El colonizador blanco siempre ha hecho uso de su comportamiento racista y discriminatorio hacia el pueblo colonizado, como un arma psicológica muy efectiva para dominar al mestizo o indio, enseñándole a subestimarse o despreciarse así mismo, porque el indio o el negro estuvo oyendo repetir sin cesar que es flojo, que es feo, que es incapaz y que su sangre es inferior a la de los blancos. Y como resultado de esos "deficiencias naturales", son un pueblo atrasado y subdesarrollado.

Las compañías petroleras gringas al establecerse en el estado Zulia, lo primero que hicieron fue construir los llamados "campos petroleros" muy bien cercados y separados de los poblados existentes, donde instalaron los edificios de administración, las escuelas, las proveedurías, centros deportivos y las viviendas para sus empleados extranjeros. Los gringos siempre vivieron apartados y se mantuvieron al margen de la actividad social venezolana, sin poder mezclarse como si fuéramos unos, el agua y los otros, el aceite.

Soy maracucho y conocí de muchos de mis amigos y conocidos, su actitud de subordinación y de reverencia con la que trataban a los empleados gringos de las petroleras que vivían en Maracaibo, mientras que a los criollos mestizos ni los tomaban en cuenta y los trataban como si fueran aire. Eso siempre me disgustó y lo consideré muy injusto, indigno y ridículo.

Por fortuna, solamente una minoría de los venezolanos se dejaron afectar por ese sentimiento de inferioridad sembrado en el pueblo, por ese trato altanero y despectivo que solían darnos los gringos. Esa minoría la conforman principalmente las familias de la aristocracia venezolana y todos aquellos dirigentes políticos de origen humilde, quienes ocuparon cargos en las administraciones de los gobiernos, quienes resignados sirvieron de aliados útiles a los gringos y se sometieron de manera indigna y obediente a los blancos abusadores para cumplir sus órdenes, a cambio de negocios deshonestos y sobornos.

El surgimiento desde las entrañas del llano de Barinas de ese extraordinario estadista y comandante que fue Hugo Chávez Frías, hombre esclarecido y valiente, quien creó y condujo la revolución bolivariana para rescatar al país de gobiernos sumisos y corruptos, con el propósito de gobernar para las grandes mayorías marginadas y de acabar con el dominio político y el saqueo de nuestros recursos naturales por parte de los Estados Unidos.

Chávez fue un venezolano patriota, íntegro, de gran clarividencia y lucidez intelectual, quien supo encarnar magníficamente los grandes valores de dignidad, independencia, soberanía y desarrollo nacional, por los que lucharon y entregaron su vida hace 200 años: Simón Bolívar y los demás héroes patriotas de la Independencia de Venezuela.

Hugo Chávez, además de enseñarnos a amar de verdad nuestra tierra, nuestra digna historia de las luchas por la independencia y el gran legado político de Simón Bolivar; también nos enseño con su ejemplo de vida a no sentirnos inferiores o menos capaces que los gringos. Recordemos su manera firme y eficiente de gobernar el país, sin dejarse manipular por el embajador gringo o cualquier otro representante extranjero en el país, ni mucho menos recibir instrucciones.

Jamás en 50 años, escuche decir de un presidente venezolano en un discurso televisado en cadena nacional, lo siguiente: "Vayanse pa’l carajo, gringos de mierda!", así como lo hizo varias veces en público Hugo Chávez.

Nosotros los venezolanos ni el resto de los latinoamericanos mestizos, indios, mulatos y negros no tenemos en absoluto, ningún motivo para sentirnos inferiores a los blancos racistas. Ellos han demostrado a través de la historia ser peores que nosotros en muchos aspectos, por ejemplo: en su insaciable codicia, en su ambición de poder y dominio, en su falta de cariño y de respeto a la naturaleza, en su hipocresía y cinismo, puesto que se llaman cristianos pero se comportan como bárbaros ateos, en su afán de causar guerras e invadir países indefensos y pacíficos, etc, etc.

Venezolanos dignos y valerosos como Bolívar, Miranda, Sucre, Urdaneta, Chávez y muchos otros más, nunca supieron lo que es el sentimiento de inferioridad ante los hombres.
Sigamos entonces también, el ejemplo que todos ellos nos dieron y hagamos todo lo posible de sacudirnos de ese complejo absurdo, que no permite que te superes y que alcanzes igualmente grandes metas en tu vida.

 

cumanagoto@bluewin.ch



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1304 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter