O terroristas somos todos

AUXILIO, nos invaden los terroristas

De acuerdo al Pequeño Larousse, voz ilustradísima de muchos intelectuales de izquierda y de derecha, la definición de  Terrorismo puede resumirse, más o menos, como “…medio de lucha violenta practicada por una organización o grupo político frente al poder del Estado y para la consecución de sus fines… De allí que terrorista sea, sin mucha parsimonia, “persona que pertenece a una organización que practica el terrorismo. Partidario del terrorismo”

Así no más. Partidario de practicar el terror. Claro, el ilustre diccionario no está hablando de Bush, Blair, Aznar o del gobierno israelí. No. Esta definición calza, exclusivamente para los palestinos, libaneses, irakíes, latinoamericanos que nos arrechamos y estamos buscando una opción diferente a la unipolar vendida por ellos; hombres y mujeres con creencias religiosas o culturales diferentes a la cultura occidental, etc. Así que quienes alegremente califican a Hizbulá como organización terrorista que se atreve a “atentar contra el débil Estado de Israel” están leyendo la historia a través del diccionario.

Pero si nos atenemos a lo que dice una sabia mujer de la India, conocedora y víctima de la violencia terrorista del imperio, el cristal varía radicalmente. 

Vandana Shiva es  activista, voz autorizada, voz de los sin voz de esa larga cuna de miseria que es la India.

Para Vandana, el terrorista no nace, se hace. Y lo que han dado en llamar terrorismo tiene profundas raíces. Dejemos que sea ella la que nos de una lección desde su propia experiencia: “El terrorismo es la reacción de aquéllos a quienes se les ha despojado de voz. El terrorismo es el grito de los sin voz. El terrorismo no se desarrolla si la democracia prospera porque ésta asegura que su voz se oye y la disidencia se tiene en cuenta. Aunque resulta evidente en todo el mundo que la cuestión terrorista es el problema de la carencia de oportunidades para influir en el propio destino, el terrorismo no se percibe en los medios de comunicación principales como la cólera de los desposeídos sino como el de gente que tiene algún defecto genético.

Nadie nace terrorista, sino que se convierte en terrorista. El hecho de que el terrorismo esté creciendo debería obligarnos a analizar qué es lo crea las condiciones para ese crecimiento. El caldo de cultivo es la codicia de las corporaciones que quieren controlar cada gota de agua, cada gota de petróleo, cada centímetro de tierra, cada germen en este planeta. Ese tipo de codicia produce enormes exclusiones. Esas exclusiones van a generar violentas respuestas si no se restaura rápidamente la democracia pacífica. La mayoría de la gente no es consciente de que en India ya están controlados grandes sectores por quienes se adhieren a ideologías basadas en la exclusión y que recurren a métodos violentos. Es un fenómeno inevitable si se desposee y excluye a millones de personas de sus auténticos medios de subsistencia y de libertad.

Imagínense ustedes si uno pudiera hacer eso que los estudiosos llaman progresiones geométricas o aritméticas para calcular la cantidad de terroristas que tenemos hoy y que vamos a tener mañana… Sólo en la India se calcula que viven más de 1.112.225.812 habitantes; es decir, de sin voz, sin derechos y sin agua porque la Coca-Cola se la está robando. Agregue a eso la conservadora suma de 1200 millones de musulmanes regados en todo el mundo. Siga sumando: en América latina y el Caribe, se calculaban, para el año 2004, 529 millones de personas, de las cuales 52.9 millones están en estado de subnutrición. Es decir, terroristas con hambre. Asia, (incluyendo a la India) que se lleva el estandarte, tendría una población estimada de 3.667.774.066 habitantes. 

Muchos latinos y caribeños, creyendo poder conquistar el sueño Pepsi han emigrado a países “desarrollados”, pagando la nacionalidad, por ejemplo, enrolándose para ser carne de cañón en guerras que ni son suyas ni le pertenecen. Estaríamos hablando de más de 43 millones de emigrantes que han ido a parar, en su mayoría, a los Estados Unidos. Qué Estados Unidos, disculpen la dispersión, a Irák, Afganistán, Libia o donde el señor del norte requiera sembrar TERROR.

Vistas así las cosas, no nos queda más que aterrorizarnos, sin necesidad de terroristas ni de diccionarios, porque señores, estamos invadidos… Los pobres han copado los espacios, invadieron la tierra a pesar de estar amordazados. Y cuidado si un día de estos no se encuentran con un loco que les hable, en su propio idioma: ¡Terroristas del mundo, uníos! Tendríamos la bicoca de algo así como 4.780.001.607 (no se como se lee el número, pero son bastantes, ¿no le parece?) de silenciados, excluidos, preguntándose por qué las grandes corporaciones (Coca-cola, Pepsi, Mac Donalds, etc) o dos grandes hijos de su madre pretenden gobernar al mundo siendo que nosotros somos la mayoría.

Señor Bush, resentida y racista Condolezza, Mister Blair, segundones venezolanos que creen en estos terroristas y que los quieren pateando suelo venezolano, ustedes saben más de progresiones, matemáticas y esas vainas. Echen lápiz para que vean que se les puede hacer difícil echar un ojito, a pesar de que el colchón y la almohada sean Swett Dream.

Vandana Shiva, valiente mujer, gracias por permitirnos descubrir que el terrorismo no es el que vende Rambo, sino el que siembra la opresión, la opulencia y la codicia del imperio… Ante esto no nos queda más que declarar, y que nos perdone Marco, TERRORISTAS SOMOS TODOS

Itza97ahoo.com

 

 

 



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Ana Teresa Gómez (La Guara) / PNA-M13A


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