Entre la paz y la guerra (I)

Hay un sistema que con tanto esmero estudiamos para templar nuestro espíritu de lucha y es el influjo de la revolución cubana y sus repercusiones mundiales.

En sintonía con la lucha revolucionaria de nuestros libertadores contra toda forma de dominación imperialista nos ha correspondido seguir con pasión a Hugo Rafael Chávez Frías quien tomó el testigo de la historia.

En Venezuela con el presidente Nicolás Maduro; en Ciudad Guayana luchamos con el General Francisco Rangel Gómez, para se haga realidad una correspondencia entre la libertad formal y la sustancia del fundamento de las libertades. Esto es: la libertad instrumental que para nosotros quiere decir en el argot popular "no me dé un pescado enséñeme a pescar". Pero por ahora hablemos de la paz y la guerra.

La guerra intestina más larga del continente americano ha sido la guerra entre los frentes de guerrilla revolucionaria y los gobiernos de la República de Colombia. Pero la guerra de más larga duración del mundo contemporáneo del siglo pasado y del presente, es la que viene acometiendo el imperio, el complejo militar industrial de los Estados Unidos contra la República libre de Cuba. La heroica Vietnam tiene su especificidad y su propia narración.

Es un suceso, un acontecimiento histórico al que se le ha encubierto en mil formas cómplices, para disminuir y disimular la agresión de una potencia nuclear contra una Nación que quiere y es libre de su destino, diametralmente opuesta en lo ideológico y político del sistema imperial estadounidense.

Es una guerra donde el imperialismo ha ensayado todos sus métodos de dominación y donde todos han fracasado. A eso hay que llamarlo claramente con palabras de José Martí: "La guerra es la salida cobarde a los problemas de la Paz".

Para el imperialismo, la paz económica en su lugar de origen; es su fundamento. Sus contradicciones se resuelven llevando la guerra fuera éste; allá donde hay estados gelatinosos cuyos pueblos sufren y donde existen estados fallidos y sin protección.

Para el imperialismo estos factores son necesarios para que haya en su lugar de origen una paz económica; porque una paz; una economía en paz en el mundo entero, no puede sostenerse en igualdad de condiciones. Por eso hará siempre la guerra y la llevará como salida cobarde.

La guerra defensiva que ha venido librando la República libre de Cuba tiene su historia, que se remonta a los orígenes de la colonización del imperio español. Fue fundamentada sobre un sistema antiquísimo del cual Aristóteles ya hablaba cuando se refería que las casas, la agricultura y las cosas no se hacían por sí mismo sino tenía que haber una fuerza productiva esclava.

Esa tradición de mala conciencia llegó a Cuba con el cultivo de la caña de azúcar y quienes establecieron este modo de producción en el tiempo entraron en contradicciones con el imperio español por cuanto los dominadores de este proceso productivo de mano esclava acumularon tanta riqueza, la suficiente como para impedir cualquier reforma que condujera a una abolición de la esclavitud por otra forma de explotación productiva, por lo tanto amenazaban a los reformadores del imperio español con anexionarse con los estados del sur esclavistas de los Estados Unidos.

Mientras esto ocurría la maquinaria expansionista del complejo industrial militar del norte estadounidense derrotaba a las representaciones de los gobiernos del estado mexicano hasta apropiarse de lo que es hoy el estado de California, Texas y Nuevo México. Este expansionismo los llevó hasta la capital México, las inmediaciones de la Península de Yucatán y Centroamérica.

Este poderío industrial y militar del norte de los Estados Unidos habiendo vencido a López de Santa Ana envió a un negociador, cuñado del presidente imperialista para la época, a fin de establecer los nuevos linderos para México. El negociador llevaba un mandato bien determinado, sin embargo fue tal la conmiseración de este personaje, que los propios participantes por parte del estado mexicano en el acuerdo forzado, se sorprendieron cuando el negociador del imperio estableció los límites por donde corre el río grande, por cuanto el mandato imperativo que llevaba el negociador era el de incorporar al estado imperialista la ciudad de México y todo su territorio hasta lo que es hoy el rio grande, cabe destacar que el representante del imperio pudo regresar a su casa 20 años después por cuanto fue declarado traidor a la patria.

Como podemos ver si tomamos el mapa actual del estado mexicano nos encontramos que de haber cumplido con el mandato limítrofe cercana a la Península de Yucatán. Como consecuencia observamos que la construcción de un muro frontero con el río grande, para frenar las migraciones que paso a paso pueden convertirse en mayoría racial dentro de lo que es hoy son los EEUU y por esa vía pueden producir cambios sociales, económicos y culturales fundamentales que desprendan la base de sustentación del poder omnímodo que detentan los que aún se creen los originarios invasores de la colonización norteamericana.

Sea esta es la razón por la que las dos versiones del complejo industrial militar del imperio construyen sus muros, que no hubieran tenido necesidad de hacerlo si el negociador cumple con el mandato imperativo de establecer la frontera en las inmediaciones de la Península de Yucatán.

De todo esto cabe pensar que años después del congreso anfictiónico de Panamá, la visión de unidad americana de Francisco de Miranda, de un Simón Bolívar, de un Fidel Castro y de un Hugo Rafael Chávez Frías el imperialismo ha tenido una respuesta de esta naturaleza.

imperativo "el negociador", el imperio estadounidense hubiese trazado la línea



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Hector Herrera Jiménez


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