*LA ÚLTIMA ocurrencia de la oposición, su más elevada y brillante salida, la mejor muestra de su capacidad intelectual, es la idea lanzada por el combo de Manuel Rosales de desmembrar a Venezuela. Ni al enemigo más acérrimo del chavismo, el más encarnizado, se le podía ocurrir algo más impactante y contundente que la colocación en el debate público de la iniciativa sobre la separación del Zulia de Venezuela. Un planteamiento que, como es lógico, comienza con un inocente llamado a reivindicar el regionalismo, pero que en sus desarrollos posteriores maneja la pretensión de políticos regionales sin banderas ni principios, así como los gringos, de desestabilizar a Chávez. Lo que constituye una maniobra artera contra Venezuela, más que contra el actual gobierno. Una puñalada trapera contra el pueblo venezolano, comenzando por el zuliano, al que pretenden utilizar para su traición al país.
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*SE TRATA de una operación audaz, sin duda. Una operación con la que la oposición, toda, sin distingos, trata de colocar una bomba de tiempo en la base política e institucional del país. Salvo en tiempos en los que no había una clara definición de lo que era el Estado venezolano, o cuando Venezuela vivió en la sordidez de la dictadura gomecista y se produjeron atisbos separatistas, este fenómeno fue desdeñado por todos y relegado al closet de las necedades. Ni siquiera durante la etapa de Pérez Jiménez se le ocurrió a alguien, y menos aun a la oposición de entonces, reprimida brutalmente, apelar a semejante tema para colocar en situación inconfortable al régimen dictatorial.
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*AHORA BIEN, lo más grave de todo es que un planteamiento delicado, que afecta la integridad territorial y la seguridad de la nación, ahora no tiene padres. Porque a este cronista no le meten el dedo en el ojo. Aun cuando Rosales lo niegue, es él quien está detrás de la campaña, con todo el equipo de la gobernación del Zulia, con López Sisco, el masacrador de la IV República. Pero también hay gente con más peso metida en la movida, tal como el dipsómano-fascista Álvarez Paz, y, por supuesto, la estrella de última hora, que quizá sin darse cuenta reveló sus intenciones presidencialistas, Marcel Granier.
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*ES TODO un combo de pesos pesados el que está detrás de la idea separatista del Zulia. Y como siempre, delante están los bolsas, los que dan la cara. En concreto: delante los bolsiclones; detrás los viviani. Igualito que cuando el golpe del 11 de abril: Carmona, Ortega y otros en la fachada; mientras que los Granier, los banqueros y otros trabajaron en la oscuridad y se replegaron cuando todo se desplomó. Igualito a lo del paro petrolero y otras aventuras. Recomendación al gobierno: no ofuscarse con lo que aparece en la superficie y buscar en las profundidades. Hay separatistas en dos niveles, y si se quiere cacería grande hay que meterse montaña adentro.
