Bases de la estrategia nacional bolivariana

La totalidad concreta en el pensamiento estratégico del comandante Hugo Chávez

La Venezuela de hoy asiste a la construcción del Socialismo del siglo XXI como proyecto alternativo que reivindica las luchas frustradas de nuestro pueblo a lo largo de la vida republicana, lucha que tenía y tiene como propósito estratégico, el logro de la independencia y la soberanía plena. Para ello, se hace imprescindible provocar una avanzada intelectual que permita la reconstrucción teórica de todo el sistema impuesto durante aproximadamente las últimas cuatro décadas del siglo pasado, con la finalidad de generar nuevos enfoques políticos, ideológicos y culturales que coadyuven a romper los viejos paradigmas arraigados del antiguo orden de las cosas, hoy en franca decadencia.

Todavía en la República Bolivariana de Venezuela, la enseñanza de muchas disciplinas se hace con textos de otras latitudes, las Ciencias y Artes Militares, los temas de Seguridad y Defensa, y más recientemente los de Seguridad de la Nación, todos ellos, no escapan de aquella realidad condicionada por la “filosofía geopolítica de la contención del comunismo” impuesta por los centros de poder mundial en occidente, y luego del supuesto ataque a las Torres Gemelas en Nueva York, aquella filosofía hegemónica fue cambiada por otra con las mismas dimensiones y consecuencias: “la lucha mundial contra el terrorismo”, abanderada por George W. Bush y denominada “Doctrina de Guerra Preventiva”, puesta en vigencia a través del llamado “Patriot Act”, donde se define un nuevo enemigo como parte de la ruta histórica de dominación y del expansionismo del capitalismo en el mundo.
Actualmente en Venezuela, dado el proceso de cambio y redefinición de todo el proyecto de país a partir de la aprobación de la Constitución Nacional, la formación de docentes como de todo el estamento militar, enfrenta grandes desafíos que van desde la adecuación filosófica y doctrinal de la currícula hasta la formación de los facilitadores e investigadores responsables de la redefinición del sustrato teórico conceptual y metodológico, base de la nueva concepción de Seguridad de la Nación.

En este contexto, la caduca Doctrina de Seguridad Nacional se contrapone a la nueva concepción defensiva integral, a la doctrina militar bolivariana y al nuevo pensamiento militar, que como superación del modo de pensar precedente y en contraposición al pensamiento concreto existente antes de 1999, se presenta con muy pocos o sin referentes teóricos algunos, lo cual evidencia un marcado desconocimiento de la fundamentación filosófica doctrinal, teórica conceptual del proyecto de cambio que impulsa la sociedad venezolana del siglo XXI, dejando entonces abierta la posibilidad de enfocar las ciencias, la teoría científica y la construcción del conocimiento en función del específico desarrollo del país.

Estas consideraciones contextualizadas como una concepción inédita en materia de Seguridad de la Nación, permite establecer como campo de acción a la Estrategia Nacional Bolivariana y al pensamiento estratégico que orienta, direccionan o definen las estrategias generales y particulares. De allí que se propone visibilizar las bases ideológicas, filosóficas y teóricas que fundamentan y dan pertinencia histórica a la actual Estrategia Nacional Bolivariana expresión inequívoca del pensamiento estratégico y acción del Comandante Supremo de la Revolución Hugo Chávez.

El abordaje de los problemas estratégicos en la Venezuela actual, reclama la búsqueda de una cultura propia para sus análisis y soluciones, aprovechando los avances de la ciencia y la experiencia de la práctica diaria, sobre la base del pensamiento y acción, de la teoría y la práctica, a decir con Antonio Gramsci, desde la filosofía de la praxis.
El problema que se plantea es que a fin de fortalecer la unidad conceptual estratégica, se hace necesario redefinir y contextualizar la estrategia nacional, compilar lo que se ha elaborado y que se encuentra disperso, para teorizar y difundir, con el propósito de que se llegue a un acuerdo implícito en aras de visualizar y alcanzar objetivos comunes en todos los niveles del Estado y la sociedad.

No se pretende con esto construir dogmas, pero sí articularnos sobre la base de una concepción ajustada a las realidades emergentes propias de las dinámicas de nuestra Revolución Bolivariana. Por ello, la Estrategia Nacional Bolivariana debe ser esencialmente ideológica, política y doctrinal, más cuando ya tenemos claro cuáles son los riesgos y amenazas que asechan nuestra soberanía.

Sobre esta “dialéctica de lo concreto” que nos referencia Karel Kosik valdría la pena preguntarse ¿qué relación guarda el pensamiento estratégico del Comandante Supremo Hugo Chávez con la concepción de Seguridad de la Nación, el desarrollo humano integral, la defensa integral, la unidad cívico militar y los elementos constituyentes de la Doctrina Militar Bolivariana como parte de la Estrategia Nacional?

Asumiendo entonces una postura crítica, se comprende que todo significado se deriva de la relación entre la actividad práctica (o “praxis”) y los procesos sociales e históricos “objetivos” de los que como seres humanos se forma parte.

Desde esta perspectiva, las ideas no pueden ser entendidas fuera del contexto histórico y social, aparte de su función y origen. Es así como los conceptos con los cuales se organiza el conocimiento del mundo no derivan primordialmente de la relación con las cosas, sino de las relaciones sociales entre los usuarios de estos conceptos. Es así que para comprender los problemas de Seguridad de la Nación se debe reconocer que estos deben atenderse en el más alto nivel político. La política que maneja la estrategia nacional, la política como el más alto nivel de estrategia no está desvinculada del modelo político, ni de la forma de Estado, ni de gobierno.
En un contexto signado por un modo de pensamiento conservador y positivista, las necesidades didácticas a veces no encuentran respuesta en nuestro propio medio y por ello nos urge hacernos de teoría revolucionaria. La llamada globalización cultural nos obli­ga y condiciona a buscar referentes teóricos en otros países y otras latitudes, convirtiéndose en máxima expresión de la égida de un colonialismo académico o de un “colonialismo teórico mental” con metrópolis situadas a bastante dis­tancia de nuestro territorio, que tiene como referencia otras realidades y otras culturas. De allí la necesidad de crear una nueva cultura sustentada en nuestras raíces identitarias y libertarias, propias de nuestra memoria histórica, a saber:

Crear una nueva cultura no significa sólo hacer individualmente descubrimientos “originales” sino que significa también y especialmente difundir críticamente verdades ya descubiertas, “socializarlas” por así decir y, por consiguiente, convertirlas en base de acciones vitales, en elemento de coordinación y de orden intelectual y moral. Llevar a una masa de hombres a pensar coherentemente y de modo unitario el presente real y efectivo es un hecho “filosófico” mucho más importante y “original” que el descubrimiento por parte de un “genio” filosófico de una nueva verdad que se convierte en patrimonio exclusivo de pequeños grupos intelectuales. (Gramsci, 1969, p. 5)
Para estos “pequeños grupos intelectuales” en Venezuela, lo que se ha escrito no es teoría, consideran que la concepción de guerra popular prolongada no tiene elementos doctrinarios, que el pensamiento bolivariano no es universal ni mucho menos filosófico. En síntesis afirman que no existe una doctrina militar nacional porque los conocimien­tos sistematizados no revisten un carác­ter universal. Desestiman que la filosofía y la ciencia no reflejan una realidad independiente del hombre, sino que son verdad en tanto que expresan el proceso de desarrollo real de una situación histórica determinada.

Obvian por ejemplo que los grandes filósofos de la historia lo que han hecho es tratar de darle respuesta a las crisis que viven sus sociedades en un momento determinado, que en palabras de Carlos Marx (1976)“(…) los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”(p.10).O que desde la perspectiva gramsciana todos somos espontáneamente filósofos porque tenemos una cultura, practicamos creencias, nos comunicamos, pensamos e interactuamos en sociedad. A saber:
De hecho, no existe la filosofía en general: existen diversas filosofías o concepciones del mundo y siempre se hace una elección entre ellas. ¿Cómo se hace esta elección? ¿Es un hecho meramente intelectual o es más complejo? ¿Y no ocurre a menudo que entre el hecho intelectual y la norma de conducta existan contradicciones? ¿Cuál será entonces la concepción real del mundo: la lógicamente afirmada como hecho intelectual o la que resulta de la verdadera actividad de cada uno, que está implícita en su obrar? Y puesto que el obrar es siempre un obrar político, ¿no puede decirse que la filosofía real de cada uno está contenida en su política? (p.6)

Con base a nuestra propia filosofía o concepción del mundo, el hecho intelectual, la norma existente y el obrar político de la sociedad venezolana, se afirma que sí se puede codificar una unidad conceptual estratégica nacional. De allí la importancia de resaltar el pensamiento estratégico del Comandante Supremo de la Revolución, en virtud que la conformación y las bases de la Estrategia Nacional Bolivariana estuvo centralizada en manos de Hugo Chávez en su condición de Presidente de la República, Comandante en Jefe de la Fuerza Armada y líder de la Revolución Bolivariana, demostrando que el principio de unidad del mando que rige tanto la guerra co­mo a la dirección del país en tiempo de paz, tuvo plena vigencia durante su ejercicio en el poder.

Visibilizar la fundamentación y concepción de la Estrategia Nacional Bolivariana y del pensamiento estratégico del Comandante Supremo Hugo Chávez, servirán de referencias para la formación de los que vayan a ma­nejar las cuestiones estratégicas de nuestro destino.

Para el análisis de tales afirmaciones se asume que la estrategia es una ciencia que utili­za todos los elementos que posee el sujeto estratégico para alcanzar o conservar una situación frente a factores externos e internos. De manera que su alcance va desde la consideración de los elementos componentes del sujeto estratégico has­ta las relaciones externas, ya que ambas partes son interdependientes. En definitiva trata de la concepción, preparación y dirección de los esfuerzos que re­quiere la obtención de determinados objetivos bien sean históricos, nacionales, estratégicos o generales, tal como están estructurados en el Plan de la Patria 2013-2019, testamento político del Comandante Supremo Hugo Chávez.

Ampliando la idea de sujeto estratégico, básico para la com­prensión del concepto que nos ocupa, observemos que a juicio de muchos autores el sujeto estratégico corresponde a un con­cepto geográfico, que podría ser un país o un grupo de países, al respecto de lo cual hay varios ejemplos históricos. Este puede tener una estrategia ofensiva o defensiva.

El sujeto estratégico podría, a nuestro juicio, en el contexto de la Revolución Bolivariana ser de naturaleza no específicamente geográfica, en tal caso sería más abstracto o pudiese ser el mismo poder popular y la concreción de sus luchas por las reivindicaciones históricas. Entonces, vamos a ver ¿qué debe hacer el sujeto estratégico para enfrentar las amenazas, riesgos o problemas que se le presentan en un proceso de construcción de una sociedad donde se privilegia al ser humano?

Para dar respuesta a esta interrogante en forma concreta, consideremos la elaboración de los planes como el resultado de la aprobación de formas de acción dirigida a minimizar o neutralizar amenazas, riesgos o problemas. Esta determinación es, a su vez, el resultado del análi­sis minucioso de todos los factores que inciden sobre el problema estratégico.

En tal sentido, la Estrategia Nacional Bolivariana re­quiere de un esfuerzo intenso de difusión de ideas, elaboración de estudios, integración interdisciplinaria; incluye todos !os fac­tores que condicionan el poder nacional en todos los ámbitos estratégicos que lo conforman (económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar), a saber, lo geopolítico, lo geo-económico, lo geoestratégico, lo psico-social, la historia (que suministra las enseñanzas básicas para conformar cualquier estrategia para el futuro) y, en fin, los dictados de la experiencia adquirida en el manejo de los asuntos públicos, hasta los mismos fracasos y errores cometidos con la ejecución de movimientos estratégicos ex­temporáneos o indebidamente razonados.

La conformación y las bases de la Estrategia Nacional Bolivariana estuvo centralizada en manos del Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez, demostrando que el principio de unidad del mando que rige tanto la guerra co­mo a la dirección del país en tiempo de paz, tuvo plena vigencia durante su ejercicio en el poder. En este sentido, impulsó desde su preocupación como gran estratega, la necesidad imperio­sa de que existiera una concepción de Seguridad de la Nación, que sirviera de guía para la conformación de las concepciones más particulares que correspon­den a los diversos ámbitos, dando visos claros y orientadores para la construcción de un proyecto nacional autóctono y liberador. A saber:

En Venezuela está en marcha un proyecto nacional que tomó forma constitucional; nuestra Constitución es mucho más que una ley magna, es el proyecto nacional de país hecho Constitución. (Chávez, 2006. Frases I. Rumbo Firme de la Nación. Caracas: Ministerio de Comunicación e Información. www.vive.gob.ve/sites/default/files/frasesiweb3.pdf. (Subrayado nuestro).
Debemos advertir sin embargo, que dada la naturaleza del pensamiento estratégico del Comandante Supremo de la Revolución, su gran flexibilidad y sobre todo la variedad de sus enfoques para hacer frente a los múltiples problemas que le tocó afrontar como Jefe de Estado y de Gobierno desde 1999 hasta el 2013, permitió generar estrategias que hoy día sirven a los propósi­tos de la enseñanza y planificación.

1. La estrategia política. La Democracia Bolivariana
Su pensamiento estratégico, imagi­nativo y ágil nos dejó ventajas prácticas de un modelo que compensa las limitaciones antedicha, acerca de la ausencia de una unidad conceptual estratégica nacional. Recordemos que los medios tanto materiales como morales y de toda índole de que dispone la estrategia para su aplicación, son prácticamente infinitos y sólo dependen de la imaginación.
En este orden de ideas, para el Comandante Supremo de la Revolución, Hugo Chávez Frías: “La política, la estrategia y los recursos, son los tres elementos fundamentales para atenderlos problemas más urgentes y apremiantes de nuestros pueblos.” (Conferencia de prensa del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Residencia del Embajador de Venezuela, Quito, Ecuador. 30 de mayo de 2006).
Con ello propendía reivindicar las luchas sociales en aras de la construcción de una patria libre y soberana. En cada documento conceptual y estratégico venido de su mano, así como en los diferentes planes de desarrollo se podía apreciar la capacidad resolutiva de determinar la gran estrategia:

Hemos elaborado un proyecto nacional de desarrollo, 2001-2007 (...) Ese proyecto estratégico, esa visión estratégica tiene cinco ejes fundamentales de actuación, uno de ellos y los voy a nombrar en un orden que no refleja la importancia, todos son importantes porque ninguno de ellos es independiente, se trata de una visión holística, de un país que entendemos está enmarcado en un cuadro internacional, signado por una serie de fuerzas a veces determinantes y que no pueden ser cambiadas desde Venezuela o alteradas fundamentalmente o consistentemente desde Venezuela. El objetivo estratégico, es que el pueblo recupere la participación y el protagonismo en las decisiones, en el accionar cotidiano de esta democracia, de este sistema político. (…) He allí un concepto estratégico, construyamos la democracia bolivariana —así la llamamos— para enlazarla con la idea, con el concepto ideológico y después comenzarlo a funcionar, y creo que el zarpazo del 11 de abril sometió a prueba el concepto y la praxis, que ha comenzado a tomar forma (...)”. (Chávez Frías, H. 2002. Visión Estratégica de Venezuela. Madrid: Escuela de Diplomacia. Disponible en línea: www.analitica.com/bitblioteca/hchavez/conferencia_madrid.asp(Subrayado nuestro).
Tal vez, el mejor ejemplo para ilus­trar el punto precedente es el caso de la concepción estratégica de la unión cívico militar; en ella se refleja el perfecto eslabonamiento de las ideas proceden­tes de Hugo Chávez como Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, dentro de un cuerpo coordinado y sistematizado de instrucciones para los diferentes sectores que conforman el poder, es lo único que va a permitir establecer la dife­rencia entre la victoria o la derrota.

2. La estrategia social. El desarrollo humano integral
En la Venezuela actual, el desarrollo humano integral es el complemento, sine qua non de la concepción de Seguridad de la Nación delineada por el Comandante Supremo Hugo Chávez, en su rol de artífice del proceso constituyente originario que se da en el país desde 1999.

Lograr lo que denominamos en nuestra metodología de planificación estratégica, el fortaleci­miento del poder que corresponde en general al desarrollo na­cional, no se podría concretar sin haber sintetizado los aspectos determinantes de la estrategia social en la concepción defensiva integral de la República Bolivariana de Venezuela. En el caso particular de la estrategia social, los requisitos intelectuales, emocionales y políticos son nu­merosos y de gran importancia, pero entre ellos cabe destacar particularmente la educación y la formación ideológica.

Paralelo a la cuestión educativa es la necesidad de innovación; por ello, es necesario complementar la di­mensión del aprendizaje con la de la innovación. La necesidad de innovación surge directamente de la novedad de los problemas estratégicos y las misiones que se acometen. Otro determinante es el desarrollo una cultura venezolana propia, es decir, construir la estética de la Revolución Bolivariana a fin de combinar lo mejor de lo viejo y de lo nuevo; y de esta manera diseñar y realizar un orden social.

Para modernizar a Vene­zuela en el sentido económico-tecnológico requerirá mu­cha innovación tanto en relación a los contenidos operacionales de los objetivos histórico, nacionales, estratégicos y generales del Segundo Plan Socialista 2013-2019, como en las metas en sí mismas y la relación de los instrumen­tos utilizados. Las intervenciones ideológicas, sociales y tecno­lógicas son, pues una dimensión imprescindible en la elabora­ción de políticas futuras en la Venezuela del siglo XXI.

En definitiva, la estrategia para el fortaleci­miento del poder nacional, devenida del pensamiento estratégico de Hugo Chávez es la estrategia del desarrollo humano integral, de la educación y del trabajo, más un componente que debe constituir el estímulo central a todo proyecto que aspire a utilizar las mo­dernas corrientes tecnológicas y científicas como lo es la innovación, en el contexto de una oportuna la inversión en cada sector dentro de la concepción estratégica general que indique la orientación política.

3. La concepción estratégica de la unión cívico militar
La unión de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y el pueblo es el eje fundamental de la nueva concepción defensiva integral para alcanzar la Seguridad de la Nación, y es esa unidad, uno de los principales cambios experimentado en la sociedad venezolana en los últimos años desde la llegada del Comandante Supremo Hugo Chávez al poder. La nueva concepción de la defensa, fundamentada en la unidad cívico militar, ha pasado de la teoría a la práctica en corto tiempo, por esta razón es resulta determinante analizar la relación de la Defensa Integral con los elementos constituyentes de la Doctrina Militar Bolivariana como parte de la Estrategia Nacional Bolivariana.
En esencia, lo que comenzó con un cambio de paradigma en la Constitución, hoy en día es una realidad. Las activaciones de las Regiones de Defensa Integral (REDI) y nuevas unidades militares con un criterio de trabajo con la población y las autoridades civiles, es en esencia, una demostración del avance de una nueva concepción en materia de Seguridad de la Nación.

Con la aprobación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en 1999, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana tuvo que reconsiderar sus principios doctrinarios en cumplimiento con el postulado de la corresponsabilidad. Este cambio buscó romper viejos esquemas y patrones copiados de las grandes potencias como Estados Unidos y trabajar en una concepción de Seguridad y Defensa Integral propia, basada en nuestros principios.
4. La corresponsabilidad y las líneas estratégicas para la Defensa Integral
El principio de corresponsabilidad constitucional se aplica indudablemente a la concepción de defensa integral, comprometiendo al Pueblo y a su Fuerza Armada Nacional Bolivariana con esta tarea común. Esta concepción defiende la noción de “Guerra Popular Prolongada”, de la creación y consolidación de la Milicia Bolivariana y de la preparación política e ideológica de toda la sociedad en su conjunto para enfrentar a un enemigo militar y tecnológicamente superior. También incluye la cooperación activa del pueblo en defensa de la soberanía y se materializa en las siguientes líneas estratégicas para la Defensa Integral:
1) el fortalecimiento del poder militar de la Nación;
2) la profundización de la unión cívico militar (soldados y pueblo); y
3) el fortalecimiento y participación popular en las tareas de defensa nacional.

En definitiva, la nueva concepción de Defensa Integral supone la imbricación de Fuerza Armada y Pueblo, lo que exige la superación de las viejas doctrinas colonialistas, reclama entonces un fuerte trabajo de producción del conocimiento. Por ello es preciso impulsar la formación de grupos multidisciplinarios con la finalidad de enriquecer esta nueva concepción de defensa autóctona que ya comenzó a ensayarse, y a escribirse.
Se van procesando cambios profundos de las prácticas y es imprescindible registrar, sistematizar, producir y comunicar las novedades doctrinarias, organizativas, políticas, teóricas y pedagógicas, a fin de lograr el entendimiento colectivo que debe existir entre todos los sectores del país nacional, así como entre los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana sobre los principios que orientan las diversas actividades.
Este “acuerdo implícito” para alcanzar objetivos comunes a todos los niveles de la organización; aunque distribuidos a cada uno de acuerdo a su je­rarquía o la parte que le corresponde jugar, es la base de sustentación de un nuevo paradigma y de una nueva doctrina.

5. La Doctrina Militar Bolivariana
El concep­to de doctrina tiene una importancia determinante para la marcha organizada y metódica de cualquier institución y de la Fuerza Ar­mada Nacional Bolivariana en particular. Forma parte intrínseca de cada uno de los principios fundamentales de su estructura.
Constituye, por lo tanto, la columna vertebral sobre la cual se articulan otros con­ceptos, estudios, planes, procedimientos, sistemas, métodos y acciones; y en fin, todo el conjunto que da vida ala institución y le permite cumplir su misión. Más aun, establece la relación íntima que debe exis­tir entre los diversos niveles jerárquicos y define los respecti­vos campos de responsabilidad.

Los dirigentes y demás miembros de una organización que sienta doctrina, deben estar animados del mismo deseo de cumplir su cometido; deben tener la misma meta y marchar acom­pasadamente, siguiendo iguales procedimientos con igual crite­rio. De otra manera su progreso se vería retrasado por efecto de los conflictos, contradicciones, duplicación de esfuerzos y el consiguiente debilitamiento del espíritu de trabajo en equipo.

En este sentido, la doctrina no es dogma. Por el contrario, debe ser interpretada como un campo abierto a la siembra de nuevas ideas, procedimientos o transformaciones, destinados a mantener una permanente actualización.

La concepción estratégica de Defensa Integral es la base de la formulación de la Doctrina Militar Bolivariana esbozada, definida y delineada por el Comandante Supremo Hugo Chávez, que se convierte en una ta­rea de largo plazo para lograr el acuerdo implícito que se requiere a fin de poder asimilar un proceso de compren­sión e integración de diversos criterios ba­jo el común denominador de garantizar la Seguridad de la Na­ción.
La Doctrina Militar Bolivariana, es más específica que la concepción estratégica de la Defensa Integral. Abarca la estrate­gia, la táctica, la logística, la acción conjunta y el empleo de las armas. Va desde los estudios estratégi­cos del máximo nivel militar hasta el comportamiento del sol­dado. Se define como un conjunto de reglas prácticas y procedi­mientos destinados a sentar las bases para el empleo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y a orientar su organización y preparación.

El empleo de las armas debe estar vinculado estrechamente a la Doctrina Militar Bolivariana, las que a su vez están muy relacionadas entre sí; de otra manera sería imposible desarrollar la acción conjunta, que es hoy en día, la única forma de garantizar el triunfo como el resultado de la planificación conjunta y de la acción convergente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Bien es sabido que la finalidad de una doctrina militares orientar la preparación de la Fuerza Armada, llegamos a la conclusión de que es por intermedio de métodos comunes como puede lograrse la unifor­midad de la Doctrina Militar Bolivariana y la unicidad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

6. La unicidad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana
El análisis de los cambios en curso (en nuestro país y en nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana) va a permitir delinear la institución militar necesaria para el proyecto que como sociedad se plasma en nuestra Constitución Nacional. A partir de allí nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana comienza a tener una personalidad libre y apegada al pensamiento del Libertador Simón Bolívar. En este marco deben comprenderse las nuevas funciones de una sola Fuerza Armada, patriótica y comprometida con la sociedad.

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana organizada en cuatro componentes militares más la Milicia Bolivariana está hoy al servicio del Pueblo, defendiendo los valores de la democracia protagónica y participativa, y asumiendo una profunda conciencia social. Despliega una doctrina propia con una visión basada en el patriotismo y el humanismo.
Bien la definió el General en Jefe Henry Rangel Silva, durante el discurso pronunciado en la conmemoración del 192º aniversario de la instalación del Congreso de Angostura, el 15 de febrero de 2011:

(...) El pueblo ha despertado de su letargo con el renacer de un nuevo sistema político que les ha garantizado el acceso a la educación, al saber, al conocimiento de su propia historia e identidad nacional. (...) La Fuerza Armada Nacional Bolivariana, consciente de que es el pueblo en armas, ejecuta el plan estratégico de desarrollo para la defensa integral denominado Plan Sucre, a través de cinco ejes fundamentales: jurídico, doctrinario, de dirección, educativo y logístico, sintetizan las principales acciones y tareas que hay que desarrollar para encauzar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana definitivamente en una institución que proporcione defensa, seguridad y que apoye el desarrollo de nuestra República (...)

Estas nuevas tareas requieren del trabajo en conjunto y de una estructura capaz de llevar a cabo la noble misión que les dicta la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, ahora con un sentido de pertinencia que le permite elevar y consolidar un pensamiento militar venezolano que ahora sostiene a la Doctrina Militar Bolivariana.

7. La consolidación del pensamiento militar venezolano
El pensamiento militar venezolano debe partir de nuestras raíces, del pensamiento antiimperialista, unificador, patriótico, igualitario, justiciero, fraterno y liberador, esto nos remite a la construcción de un pensamiento militar propio, sin sujeción a doctrinas foráneas.

El pensamiento militar es la conjunción de un conocimiento acumulado por siglos (la teoría de la guerra y las actividades conexas) con la conducta concreta en el espacio y el tiempo para realizar las tareas que el entorno, nacional e internacional, demanda. El cambio en las condiciones políticas, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, son la fuente de orientación del pensamiento militar contemporáneo en Venezuela y es lo que imprime cambios en el ejercicio profesional militar. Frente a nuevos desafíos, las operaciones militares clásicas resultan insuficientes. De allí la necesidad de incorporar nuevos conceptos y nociones que posibiliten enfrentar con éxito, desde el punto de vista militar, las amenazas imperiales.

Se trata de una praxis que impone la amalgama entre la Fuerza Armada existente para la defensa convencional, que se reserva para la conducción de acciones militares decisivas en espacios y momentos oportunos, y la población que aspira la libertad contra el enemigo invasor.

8. La concepción estratégica de la Guerra Popular Prolongada
La defensa del territorio nacional no compete solamente al ámbito militar; una acción tan delicada no puede resultar sino de un proceso de evaluaciones, estudios, análisis exhaustivos de los factores de !a situación, que garanticen el logro de los verdaderos objetivos nacionales ante una amenaza que ponga en peligro la soberanía e independencia de la patria. En el ámbito militar, el empleo de las fuerzas en la defensiva involucra hoy día, ejecuciones de acciones ofensivas. Más aún, la tendencia de las naciones es hacia una actitud estratégica defensiva como medio de salvaguardar sus intereses y como medio de convivencia internacional.
La concepción estratégica de la Guerra Popular Prolongada deviene de la concepción estratégica de la Defensa Integral y abarca todos los campos del poder nacional, porque la guerra moderna es un fenómeno global que envuelve a todos los sectores de la Nación. Es de mayor jerarquía que la Doctrina Militar Bolivariana, porque ésta representa sólo un ámbito particular.

Concluimos entonces que las concepciones estratégicas presentadas anteriormente parten de la esencia del pensamiento estratégico del Comandante Supremo Hugo Chávez, que por lo demás permitió aprovechar las experiencias pasadas de nuestra gesta de Independencia, de la resistencia aborigen, negra y cimarronera contra el imperio español, de la lucha de liberación de los pueblos y de la experiencia vivida por nuestra propia comunidad política.

Por ello, es preciso estimular el estudio y el desarrollo enriquecedor de su pensamiento estratégico en la medida en que se van desplegando las bases del chavismo como una nueva ideología o doctrina política devenida de su legado imperecedero, por tal motivo se propone la creación de las Cátedras Hugo Chávez en los diferentes centro de estudios estratégicos, unidades de análisis, centros académicos, escuelas, liceos, comunidades, colectivos, fábricas e instituciones.

Ya para finalizar, la República Bolivariana de Venezuela bajo el liderazgo del Comandante Supremo de la Revolución Hugo Chávez, demostró que puede convertirse en una gran potencia y ser un actor fundamental, esencial e importante en el contexto regional y mundial.

Pero es mirando hacia el futuro como Venezuela puede con­cebir su estrategia presente. Por este camino, la Seguridad de la Nación que se sustenta sobre la base de Desarrollo Humano Integral y la Defensa Integral será realización posible; pero no debe olvidarse que ha de ser produc­to de concepciones de hoy; y del legado que nos dejó el pensamiento estratégico del Comandante Supremo de la Revolución Hugo Chávez..

Este legado debe alimentarse del análisis de la totalidad concreta y del poder existente en todos los ámbitos estratégicos, aplicando con plena conciencia una técnica y criterios elevados, con la finalidad de promover el surgimiento del inmenso potencial que subyace en la República Bolivariana de Venezuela.
Por todo lo antes expuesto, Chávez hoy está más vivo que nunca.

¡Chávez vive y la lucha sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
19 de junio 2013


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