Francisco Chávez Abarca: Posada me reclutó... y me ayudó a disimular los explosivos

 Luis Posada Carriles no solo reclutó y contrató al salvadoreño Francisco Chávez Abarca, un encargado de ventas del taller Moldtrok de San Salvador,  para cometer atentados en La Habana en 1997 sino que participó personalmente en la preparación del material explosivo que se usó en las acciones terroristas.

 Lo denunció explícitamente  el propio Chávez Abarca en el curso de su reciente juicio en La Habana cuyos momentos más relevantes serán presentados este viernes en un reportaje especial de unos 40 minutos de la Televisión Cubana.

  En el proceso judicial de dos días que tuvo lugar en la Sala de los Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Provincial Popular de Ciudad de La Habana, Chávez Abarca reconoció plenamente su culpabilidad al describir las circunstancias de su reclutamiento y de las operaciones que Posada le encargó.

 En un momento del interrogatorio de más de 200 preguntas que le hizo la Fiscalía, el acusado cuenta como viajo a Cuba con explosivos escondidos “debajo de la plantilla” de sus zapatos.

 “Y quién le compró estos zapatos?”, se le pregunta. “Posada”, contesta el salvadoreño. En otro fragmento de su testimonio, Chávez Abarca cuenta como Posada intervendrá para esconder de sus propias manos el C-4 en un televisor que transportará Raúl Cruz León.  Este mismo C-4 cuya explosión en el hotel Copacabana, del reparto Miramar, provocará la muerte del joven turista italiano Fabio DiCelmo, el 4 de febrero 4 1997.

 Varios peritos, expertos en las distintas ramas de las ciencias policiales intervienen en el curso del juicio para detallar ante el tribunal cada aspecto de la investigación.

 El reportaje de la televisión cubana designa otro cómplice salvadoreño en la conspiración para realizar la campaña de terrorismo de 1997 contra Cuba: José Ramon Sanfeliu, “mi jefe” como lo llamara el acusado. Sanfeliu será la persona que le presenta Posada.

 Cuando el Fiscal le pregunta: “Quien le enseño a fabricar bombas?”, Chávez Abarca contesta: “Posada Carriles y José Ramon Sanfeliu”.

- Quién era el especialista, quien mas sabia?

- Sanfeliu.

 El “hombre de negocio” Sanfeliu nunca ha tenido que contestar hasta ahora a acusaciones de terrorismo.

 Chavez Abarca también denuncia expresamente a Francisco José Hernández Calvo,  conocido como Pepe Hernández, quién sigue ocupando en Miami la dirección de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).

 El salvadoreño explica como participó en el hotel Radisson de San Salvador, después del tercer viaje, a una reunion donde lo convoca Posada y donde están, además de Pepe Hernández, Arnaldo Monzon Placencia, el directivo de la FNCA de Nueva Jersey acompañado de dos connotados terroristas cubanoamericanos Guillermo Novo Sampoll, Pedro Remon Crispin.

 La FNCA es “una organización creada por el gobierno de los EEUU”, subraya el Fiscal al recordar como la Administración Reagan y la CIA constituyeron el grupo.

 Otro elemento nuevo, Chávez Abarca revela que, en el 2000, Posada Carriles lo “invitó” a viajar con él a Panamá para participar en el complot para asesinar al presidente Fidel Castro.

 “Fui una marioneta de Posada Carriles, por la edad, por la información, por inmadurez, y de eso él se valió…”, admite Chávez Abarca al concluirse el procedimiento judicial que le valdrá 30 años de reclusión.

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Jean-Guy Allard


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