Me he visto en la obligación de escribir estas líneas a alguien a quien admiré desde niño; a quien desde carajito, sentí en la voz de Luís Lozada, con especial orgullo, por ser mi paisano. A la persona que sin conocer personalmente, defendí y presenté en tertulias y parrandas con amigos y conocidos. A quien el transitar de la vida me permitió estrechar su mano recientemente.
Últimamente había oído, casi que con total indiferencia, a quienes me comentaban: “¿Leíste lo que escribió tu poeta?” “¿viste la forma tan elegante y respetuosa con la que tu predilecto poeta Portugueseño se refiere a quienes simpatizamos con el proceso que lidera nuestro presidente?”.
Hace algún tiempo, fue publicado en un periódico local, al parecer por error, un artículo atribuido al poeta Guanariteño Yorman Tovar; es a él a quien me refiero ahora. Vi y oí con asombro y repulsión como disfrutaban leyendo lo que “escribió ese loco”. Según quienes leían, habría expuesto al escarnio público a honorables personalidades de la sociedad Guanareña. No conozco a ninguno de los aludidos en su supuesto escrito.
En julio del año pasado, fueron publicados en un diario local unos versos de mi inspiración, Portuguesa y sus Valores, en los que refiriéndome a Yorman Tovar, declamo: Maestro Yorman Tovar, Poeta de los Poetas. Me dio pena leer lo que ese mismo día publicó el autor de, aquel cuatro de febrero.
A un joven de la oposición que osó responder a sus particulares señalamientos, respondió: “el odio lo incita a levantar falsos testimonios contra su prójimo”…“Otra cosa, Bachiller: sepa que la política es un espacio de seriedad, de sensatez y ecuanimidad espiritual”. En su articulo siguiente, señala: “Luís García, ex adeco… este pobre muchacho… es mucho el Guanariteño que opina que este tipo debería estar en el CEPELLA”.
Poeta, asuma su denuncia, ¿tiene las pruebas? ¡Proceda!. No se quien es Luís García, pero supongo que tiene familia, hijos, amigos, gente a quien le duele. Es muy fácil, para no llamar cobarde, decir “es mucho el guanariteño que opina”. Para quien leyó su artículo, es Ud. quien quiere ver a García en el CEPELLA. Culmina, el ahora defensor de RCTV, lanzando esta “seria, sensata, y ecuánime perla” “ya los Venezolanos, en vez de sorprendernos, nos defecamos de carcajadas cuando, desde el embustero mayor de este socialismo ramplón, hasta el último de sus jalabolas…”
Una pregunta poeta ¿para que tu aquel cuatro de febrero si ahora das loas a la “transparente justicia de la cuarta”? hoy no se como llamarte.
En otro de tus Politiqueros artículos ironizas: “¡Lo queremos vivo! Para que pague como deben pagar los delincuentes”. Que bravo eres, poeta. Continúas tus “sensatas” reflexiones con, Chavistas “¡miserables de alma!” “Escuálidos de escrúpulos”. Te pregunto ¿Y la sensatez y ecuanimidad espiritual que le sugeriste a aquel muchacho de la oposición? ¿Y los falsos testimonios contra tu prójimo?
Otra reflexión, Poeta. No sabía de tu veneración por la Policía Nacional Colombiana y su “joven entrenado y bien equipado” a quien según tus palabras “nuestros humildes cincuentones y sesentones reservistas de barrigas cerveceras no le aguantarían una torcida”, ¡poeta! Te desconozco, ¿o eres el mismo? No creo. ¿O es que ahora disfrutas imaginando a uno de esos jóvenes Colombianos “entrenados y bien equipados” pisoteando y dándole una torcida a uno de nuestros sesentones de barriga cervecera?
Según tu desconcertada apreciación el legislador Iván Cordero “perdió su tradicional sindéresis”. Y “Amilkar Pérez, siempre se termina arrodillando ante la marmaja de billetes” ¿Tienes pruebas? ¿Quién perdió la sindéresis? . Hasta ahora, considero a Pérez, como uno de los pocos genuinos lideres de Portuguesa, al igual que Iván Cordero. Comienzo a dudar que fue un error tú triste, celebre y famosa publicación.
Poeta, no te reconocía cuando en la avenida Unda alzabas la pancarta “con mis medios no te metas”. No te reconocía, defendiendo a esa muchacha que victima no se de que, gritaba “¿y ahora que hago yo? “Si en el canal donde antes veía a Norkis Batista, Ahora veo a una señora discapacitada o un venado”. Poeta, no le pido que vuelva a escribir algo parecido a cabalgando por tu piel; solo le pido, respeto.
Por ultimo, le sugiero. Vaya a su tierra natal, siga el camino a orillas del río; baje por unas de sus barrancas; siéntese en uno de sus pesqueros y, mientras observa un conoto brincando en las ramas de un samán, o un arrendajo cruzando y gorjeando sobre el remanso del río Guanare; olvídese de la politiquería. Déle rienda suelta al llanto de su guitarra; y entre Palanca y Guarura, vuelva a ser lo que usted es: ¡Un Buen Poeta! ¡Salud!
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