Según un estudio realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA), un 18 por ciento de la población se encuentra en situación de indigencia, mientras que el nivel de pobreza alcanza al 55 por ciento de los argentinos.
De acuerdo con la UCA, el 55 por ciento de la población no cumple con sus requisitos básicos. Según el Observatorio de la Deuda Social de la organización, en el primer trimestre de 2024 el porcentaje de personas en situación de indigencia llegó al 18 por ciento. Se trata de los valores más bajos en más de dos décadas.
A pesar de que el fenómeno ha ido en aumento desde hace varios años, la política económica de shock implementada por el Gobierno de Javier Milei, junto con la recesión que siguió, fue clave. Según Eduardo Donza, sociólogo e investigador del Observatorio, la devaluación de la moneda se transmitió directamente a los precios internos, impactando en la calidad de vida de la población.
Según el experto, "el pico de pobreza se alcanzó en febrero, cuando trepó al 58, %. Afortunadamente, la desaceleración de la inflación contribuyó a que bajara relativamente, estabilizándose en el 55 %, que de todos modos es un valor muy preocupante".
El contraste entre los niveles de ingresos y pobreza es elocuente y ayuda a comprender la complejidad del contexto social. En abril, un hogar de cuatro personas necesitó $828.158 (unos 690 dólares a tipo de cambio informal) para no ser pobre y $373.044 para no caer en la indigencia. Sin embargo, el salario mínimo vital y móvil apenas subió a $234.315 (195 dólares) en mayo.
La remuneración mínima disminuyó en términos reales del 27,9% entre noviembre de 2023 y mayo de 2024, según estimaciones de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
El deterioro en las condiciones de vida de la población se refleja en la comparación con las mediciones del año anterior. En el segundo semestre de 2023, la pobreza alcanzó el 41,7% de la población (19,4 millones de personas), mientras que la indigencia aumentó al 11,9% (5,5 millones). La comparación con los valores de 2022 muestra una disminución en las variables, con un 39,2 % de pobreza y un 8,1 % de indigencia.
Un dato ayuda a comprender el aumento de la vulnerabilidad en los sectores populares. La inflación interanual general de abril fue del 289,4%, pero los precios de los alimentos aumentaron un 293% en los mismos 12 meses. En otras palabras, los productos más básicos experimentaron un aumento superior al promedio.
Según Donza, "el rubro de alimentos es uno de los que más se elevó, junto a los servicios básicos, sobre todo después de las medidas dispuestas por este Gobierno. Estos son los elementos que más inciden en el gasto de las familias, y ayudan a entender la situación actual".
Los expertos sugieren que el papel del sector público debe ser reforzado en un contexto de deslegitimación del papel del Estado, que Milei prometió eliminar mediante una "motosierra", y en una crisis por falta de recursos.