Era que no. El Estado sigue aplicando su mano más visible. El de la represión y las balas. A cinco años del asesinato del peñi Alex Lemun, muerto por el prefecto de Angol (en ese entonces) Marco Treuer, en una recuperación de tierras en el fundo Santa Alicia de propiedad de forestal Mininco, en Ercilla, esta mañana la institución policial volvió a teñir de sangre la lucha del pueblo Mapuche autónomo. Matías Valentín Catrileo Quezada, estudiante de agronomía de la Universidad de la Frontera, cayó abatido esta mañana por un tiro cobarde de un carabinero del Gope (en un pulmón, sería la primera tesis, difundida por radio Bío Bío), mientras junto a otros 30 comuneros hacían ocupación del fundo Santa Margarita de propiedad legal del latifundista Jorge Luchsinger.
En este momento, el cuerpo del comunero permanece en la escuela La Roca ubicada en la comunidad de Yeupeco, comuna de Vilcún, distante a 18 kilómetros al suroriente de Temuco. Como es de costumbre la policía calla. Harboe dice que no hay información oficial que garantice que la represión (los comuneros fueron abatidos como subametralladoras UZI) dejó a Matías sin vida. Y lo seguirá haciendo. En tanto, los comuneros han dicho que no entregarán su cuerpo hasta que se garantice un debido proceso en la autopsia que, indudablemente, responsabilizará a las balas del Estado.
Desde ya, anunciamos que este hecho vuelve a afirmar la declaración de guerra del Gobierno chileno hacia el movimiento Mapuche autónomo. Matías era un joven (22 años). Lleno de esperanzas y que soñaba con liberar a su pueblo. Cayó con la frente en alto y desde acá nuestro más sincero homenaje. Y como dice los antiguos, cuando cae un colihue, diez volverán a nacer...y tú Matías, eras un colihue.
Peñi Matías Catrileo, hasta siempre...
Equipo editorial Red Chem
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