Nakba y genocidio: un legado de dolor y resistencia

El pasado 15 de mayo se conmemoró una vez más la Nakba, tras más de siete décadas la catástrofe del pueblo palestino continúa, lo que inició como el desplazamiento forzoso del pueblo palestino donde fueron destruidos más de 520 poblados, asesinaron a más de 16.000 palestinos y 750.000 fueron desplazados de sus tierras convirtiéndose luego en refugiados hoy se extiende de forma explícita como un genocidio.

Aquella ilegítima resolución 181 de las Naciones Unidas donde no fue consultado el pueblo palestino, impuso un antes y un después para los nativos de ese pueblo milenario. El sionismo se impuso bajo la complicidad del imperio británico quienes permitieron que judíos europeos emigraran a palestina para consolidar el proceso de ocupación y colonización acobijados bajo una ideología que hoy supera al nazismo.

La implantación artificial del estado de Israel se impuso bajo la sangre de todo un pueblo originario mucho antes de 1948, pero que se consolido ilegalmente en 1948 y que ha continuado durante más de siete décadas.

La Nakba sin duda sigue siendo recordada con profundo dolor por todos los palestinos en el mundo, más de seis millones hoy son refugiados y se encuentran impedidos de retornar a sus hogares, aunque la resolución 194 de la ONU destaque el derecho al retorno como un derecho inalienable.

Sin embargo esta y decenas de resoluciones han sido violadas por Israel desde el inicio de su establecimiento ilegal sobre la Palestina histórica. Lo que ha caracterizado a la ocupación precisamente ha sido la violación flagrante a la legislación internacional, sin generarle esto consecuencias gracias al apoyo del poder hegemónico mundial quien aún luego de tantas décadas le sigue otorgando impunidad y que sin duda alguna la humanidad está pagando actualmente.

Hoy los palestinos siguen viviendo bajo la opresión colonial sionista pero además están enfrentando un genocidio, el régimen israelí continúa la limpieza étnica contra el pueblo palestino, esta vez en un acto perpetuo, sin precedentes en la historia moderna, un genocidio en pleno siglo XXI, en tiempo real visto por el mundo entero y contado por sus propias víctimas, bajo la complicidad principal de los EEUU y sus aliados quienes se encargan de armarlos militarmente y sostener su economía a través del negocio de la guerra por intereses geopolíticos.

La naturaleza del sionismo ha sido criminal desde sus inicios y así lo sigue demostrando actualmente a través de los delitos cometidos contra millones de palestinos en la Franja de Gaza y Cisjordania; bombardeos, secuestros, torturas, robo de órganos, violaciones sexuales, la aniquilación de la historia y cultura palestina, la apropiación cultural y el memoricidio.

Mientras el mundo observa la magnitud de la perversidad sionista, la esperanza esta puesta en los movimientos de boicot, desinversión y sanciones, además de la resistencia y el levantamiento estudiantil y popular en todo el mundo el cual busca castigar a Israel y poner fin al genocidio.

Pese al sufrimiento, dolor y horror que fue marcado por la nakba y que continúa, el pueblo palestino enseña vida al mundo, y lo ha demostrado a través de su coraje y resistencia, decididos a ser libres más allá de quienes insisten en imponer la muerte.



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