La brutal civilización occidental

Algo muy característico de los humanos es la de fanfarronear sobre las actuaciones que los hacen diferentes de las otras especies animales. Es así como se autoproclamaron "animales superiores" o también, "seres racionales" que los separa de los que ellos identifican como los "irracionales", es decir, las mal llamadas "bestias". Fueron aquellos, los racionales, los encargados de forjar las llamadas civilizaciones como un hito en el proceso evolutivo. Entendiéndose por esta como el conjunto de costumbres, ideas, creencias, cultura y conocimientos científicos y técnicos que caracterizan a un grupo humano en un momento de su evolución. Pero los humanos, en su empeño de presumir sobre su comportamiento, también definen la civilización como el estadio de progreso material, social, cultural y político propio de las sociedades más avanzadas.

En ese empeño de los humanos de generar diferencias dentro de la misma especie, en su obstinación de separar uno de los otros, para justificar de este modo ciertas acciones, se empeñaron en dividir el planeta Tierra en oriente y occidente. De esta obsesión, quienes escribieron los libros de historia, sociología u otras obras, sus autores precisaron en hacerle creer a la humanidad que la zona occidental alcanzó un alto grado de desarrollo, con respecto a la franja oriental. Surge de esta manera la llamada "civilización occidental" o la también, la acreditada civilización judeo-cristiana, tomando como base las dos religiones monoteístas que predominan en esta región del orbe. En un principio esta civilización occidental estaba constituida por la Europa Oriental que agrupa, entre otros, España, Francia, Italia, Alemania, los Países Bajos, los países nórdicos y Gran Bretaña, a pesar de que es una isla situada fuera de Europa. Fueron estos países los que se consideran poseedores de los patrimonios de la civilización y por esta razón estaban en la obligación de exportar e imponer en todos los lugares de la Tierra. Fue así como comenzaron los problemas en nuestro planeta y se empeoró cuando a esta "civilización oriental" se incorporó EEUU.

Al ser la Europa Oriental poseedora de la civilización estaba obligada a llevar este modelo de desarrollo a cualquier sitio desconocido por los aristócratas de la época (eran tiempos de la monarquía). Es por esto que, como consecuencia de las perniciosas guerras religiosas que escondían motivaciones económicas, se dedican a buscar tierras en los territorios ubicados más allá del charco para exportar la religión cristiana y así imponer la única fe y el único Dios. Fueron los períodos del mal llamado descubrimiento para instaurar en el Nuevo Mundo, mediante la cruz y el arcabuz, los esquemas de la civilización europea, es decir, imponer el cristianismo, la monarquía, los monopolios, en general, el robo y la esclavitud. Así fue que llegó la civilización occidetal a esta tierra de gracia.

No creo que la civilización occidental debe sentirse orgullosa de sus logros. Si hacemos un breve recuento de las atrocidades debida al "desarrollo" encontraremos guerras religiosas, robos de territorios, feudalismo, inquisición, luchas familiares, envenenamientos familiares, tiranías, monopolios, esclavitud, holocaustos, substracciones de materia prima a otras regiones, destrucción y contaminación del ambiente, guerras y más guerras, desolación, hecatombes culturales, genocidios, fabricación de armas letales, invasiones y avasallamiento de países y reitero, guerras y más guerras.

Fue la civilización occidental la que trasladó a Sudamérica la celebración de corridas de toros, las peleas de gallos y la de perros, la caza deportiva que exhibe cabezas de ciervo, de bisontes, rinocerontes…como una especie de trofeo que "premia" la crueldad contra los animales. Fue la civilización occidental la que impuso a la fuerza las religiones cristianas con todas sus sectas católicas, evangélicas en sus diversas concepciones (testigos de Jehová, bautistas, metodistas, menonitas…) en un continente que poseía sus propias religiones y cultos. Esto trajo como consecuencia diferencias entre los habitantes de un pueblo que desconocía la existencia del Dios cristiano traído desde tierras foráneas. Fue la civilización occidental la que destruyó las culturas de los pueblos originarios, con la tesis de imponer en esta tierras la verdadera fe, la civilización, el desarrollo, la prohibición del uso de los lenguajes locales, las destrucción de los modelos políticos-económicos-sociales donde era obvio un gran progreso como la civilización inca, azteca, maya, guaraní, entre otros. Fue la civilización occidental la responsable de las guerras entre los países de la zona sur de América, como Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay simplemente por el control de las materias primas de la región. Fue la civilización occidental, en este caso la Gran Bretaña, la que le arrancó a Venezuela el territorio Esequibo para generar un conflicto territorial, tal como lo ha hecho por siglos en todas las regiones del planeta. Lo mismo se puede decir de las Malvinas, un despojo de una isla alejada de Inglaterra que condujo a una cruenta guerra entre Argentina y la UK.

La herencia en el mundo de la civilización occidental no condujo al desarrollo de los pueblos de América sino conlleva muchas desgracias. Hoy por hoy el mundo está sufriendo las consecuencias de las actuaciones de este modelo de desarrollo. Palestina está sometido a un brutal exterminio, un genocidio planificado con alevosía por el gobierno sionistas del carnicero de Gaza, el criminal Netanhayu, ante la mirada indiferente e infame de la llamada civilización occidental.

La llamada civilización occidental que se ha destacado por reclamar la violación de los derechos humanos contemplado en los documentos de la ONU, nos recuerda que aquella fue la que lanzó la bomba atómica, la que impone sanciones económica a otros países, la responsable de la partición de Palestina para la creación del estado de Israel. Fueron Gran Bretaña, EEUU y Francia, respaldados por la ONU, los culpables de este vil arrebato. De un territorio que por miles de años le perteneció a Palestina para entregárselo a los sionistas israelíes. Muchos de los nuevos moradores de la tierra despojada eran judíos provenientes, como refugiados, de la Europa Oriental consecuencia de la barbarie de la Segunda Guerra Mundial.

La civilización occidental está ciega, sorda y muda con referencia a las desgracias vivida por el pueblo palestino. No está enterada del genocidio de los hijos de Alá; desconoce el cruel exterminio de los infantes palestinos; olvidan o se hacen la vista gorda de la violación del derecho a la libertad de expresión con el asesinato de 90 periodistas por balas y bombas provenientes de tropas sionistas israelí. Al parecer, no han examinado las consecuencias de los bombardeos a las escuelas, hospitales y a la población civil provenientes de aviones sionistas; nunca conocieron el apartheid al que están sometidos los palestinos desde hace tiempo. Igualmente, desconocen que Gaza era una especie de gueto, tal como existen en el Líbano y en Jordania. Hoy por hoy Gaza no es más que un cementerio símbolo de la desolación y el crimen causados por unos sionistas que se creen la mentira del pueblo elegido. En diversas declaraciones de funcionarios de los gobiernos de la civilización occidental afirman que no tienen pruebas de la violación de los derechos humanos, ni tampoco de los crímenes de guerra de las tropas sionista israelí. No me queda otra conclusión que completar lo que se refiere a la definición de la civilización occidental, debo agregarle a las mentiras del desarrollo, la única verdad: la civilización occidental es el mejor modelo de hipocresía. La indiferencia de lo que está ocurriendo en Palestina convierte a los gobernantes de las democracias occidentales en cómplices de los brutales crímenes de guerra del carnicero de Gaza, el criminal Netanyahu. No hay excusa, las lamentables evidencias recogidas en fotos y vídeos de los niños asesinados en la franja de Gaza, es la mejor prueba para comenzar, no solo un juicio por crímenes de guerra contra el carnicero de Gaza, el criminal Netanyahu, sino también contra los jefes de estados de las naciones que se consideran representantes de la civilización judeo-cristiana para que sean juzgado, sentenciado y encarcelado por un tribunal internacional. Voy hacer mía las palabras del Che Guevara: ""La civilización occidental esconde bajo su vistosa fachada un cuadro de hienas y chacales." Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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