Joe Biden y la revolución socialista en América Latina

En claridad cristalina algunas y algunos ciudadanos expresarán: "...tenemos presidente...", lo dirán esas derechas de "derecha filosófica" realizando la transformación necesaria de sus cambios personales y acomodaticios de tercio presidencial con los resultados de la votada elección presidencil y la correspondiente "proclamación" del triunfador, Joe Biden, el católico conservador, adalid en las recientes elecciones presidenciales concluidas en el imperio norteamericano, mutatis mutandi, en los Estados Unidos de Norteamérica ante el supuesto debacle del actual huesped de la Casa Blanca, señor Donald Trump.

Se confrontaron en las mencionadas elecciones dos tesis filosófico-religiosas cuales suscriben, en un contexto vaticanense, a los tradicionalistas conservadores confrontados con los "soldados de Cristo" quienes se mantienen, por ahora, en el escenario, sensibilizado socialmente, en sus ideas, en las praxis contenidas, en los textos contenidos de las enseñanzas en los cuatro evangelios oficiales.

Esta confrontación expresada en sus escenarios interno-nacionales mostraron una realidad imperial-norteamericana sobre la cual ni tirios ni troyanos, aparentemente, la estaban percibiendo más cuando esa confrontación se viene mostrando con una radicalidad política nunca conocida antes en la Historia de los EEUU de Norteamérica; es decir, esos escenarios han implosionado al propio sentir-significado del concepto "Democracia a la norteamericana"; es decir, estamos perciviendo las contradicciones étnicas y de clases de manera tan explícita como nunca antes. Consecuencias muchas y variadas además de muy peligrosas cuando conocemos como se comporta el sistema capitalista-imperial cuando se están viendo afectadas sus bases fundamentales, estructural y superestructural, en sus significados en lo que representan, en este caso específico, en Washington y Wall Street.

Lo inmediato anterior está enmarcado dentro de la actual realidad geopolítica mundial por lo que el encumbrado y altivo nuevo presidente y futuro conductor del imperio norteamericano, Joe Biden, tendrá que afrontar sus verdaderas capacidades en el ejercicio de la Presidencia confrontando la realidad social, económica e ideológica nacional bañadas por interpretaciones político-religiosas que se vienen expresando con énfasis en esa "lucha de clases étno-conscientes". Nos explicamos.

Lo variopinto de la sociedad norteamericana desde sus propios inicios como colonia británica se ha ido conformando con migraciones de diferentes antropologías sociales, de diferentes mentalidades, en diferentes tiempos históricos, por lo cual han sido la interpretación estricta del original-escrito de la Constitución las bases constitutivas del "ser social estadounidense" en lo que ha significado el símbolo de la bandera, el himno nacional con su vocablo "free", "lo militar-nacional" como "gendarme necesario" de la "pax social interna", la re-interpretación teológica del Edén en territorio norteamericano, el desarrollo del capitalismo estadounidense en su segunda fase junto con la aspiración de convertirse en un "imperio a lo británico", es decir, en su permanente expansión "no-solo-territorial como también marítima" por medio del establecimiento de bases militares como también para sus usos económico-comerciales (importación-exportación) tal como lo propusiera, en su momento, Alfred Thayler Mahan; esas bases ideológicas mencionadas serían y son las variables sobre las cuales se ha constituido y conformado la nación estadounidense. Pero todo Goliath tiene su David junto con sus debilidades.

A ello debemos adicionarle la actual combinación de la relación entre geopolítica imperial y crisis sistémico-capitalista. Washington tendrá que profundizar, necesaria y obligatoriamente, en las tesis expansivas, en sus ejecuciones, que viene desarrollando el actual Secretario de Estado, Mike Pompeo, especialmente en lo referente a América Latina teniendo ella como norte la reingeniería de la "Doctrina Monroe" en su praxis 2.0.

La Revolución socialista en América Latina es un proceso profundamente histórico y constituido, de muy larga data, cual el Comandante Hugo Rafael Chávez Fría la fue describiendo sobre las bases históricas de la "letra escrita por el Libertador, Simón Bolívar".

La praxis desarrollada como Política de Estado en su denominación como "Revolución Bolivariana" ha renovado el proceso revolucionario latinoamericano sobre las bases re-estudiadas del histórico "socialismo latinoamericano" en una comprensión profunda en sus experiencias revolucionarias alcanzadas en sus más de 200 años de luchas por la dignidad con una reinterpretación necesaria sostenida en las evoluciones dialécticas sucedidas durante el siglo XX cuando el capitalismo se consolidó, históricamente, como sistema histórico-en-su-temporalidad, cuando su fase imperialista impulsó su traspaso del contienente europeo, atravesando el Atlántico, para así poder radicarse en el continente americano. En última instancia, lo histórico sistémico socio-económico capitalista se trasladó desde el "viejo y cansado continente europeo" al nuevo escenario por necesidad histórica e imperativa de su propio desarrollo sistémico en lo significado teleológico del "ser social" como "ser creado". En simple frase, es la confrontación profunda del sistema capitalista con su propia identidad en la búsqueda de su permanencia en la Historia de la Humanidad ad eternum.

En esa misma línea de reflexión, vista las realidades actuales de los escenarios geopolíticos (léase: Rusia y China), el proceso de la "neo-Política de Estado" del Poder y del Estado norteamericanos post-11-septiembre, obliga al recién electo Joe Biden como conductor del proceso imperial norteamericano, a tener que consolidar la presencia militar estadounidense a lo largo y ancho del continente americano como un todo geoestrtégico. Es decir, la confrontación de América Latina en su proceso revolucionario socialista con el imperio norteamericano y viceversa cual se agudizará, dramáticamente, pudiendo alcanzar escenarios bélicos de 5ta. Generación. Es evidente que es necesaria "la excusa usual" a la cual siempre utiliza el imperio norteamericano cuando decide avanzar hacia un escenario de guerra con la finalidad de "convencer al pueblo estadounidense" de la necesidad de "ir a la guerra" contra "la amenza inusual" a la seguridad interna nacional representada en el "american way of life". Es, en ese orden, que la acusación manifestada desde la Casa Blanca señalando a "...Chávez y Maduro...", es decir, Venezuela, como "manipuladores" de las recientes elecciones presidenciales norteamericanas no se deberían "tomar ni asumir, dichas declaraciones oficiales y oficiosas, tan a la ligera". Unidad, Guerra, Victoria.



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Miguel Ángel Del Pozo


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