Los Omnipresentes Camaleones

Hace unas tres semanas tuve la oportunidad de participar en la primera asamblea para la conformación del PSUV de mi comunidad, aunque a sabiendas de que no podría participar en las subsiguientes debido a mi condición de asalariado de una empresa en el exterior, a donde debería viajar acorto plazo.

Debido a que en esa misma semana se celebraban las fiestas patronales de la ciudad, la concurrencia fue mínima, ya que algunos de los vecinos prefirieron participar en las actividades feriales.

El hecho es que acudimos unas diez personas, quienes eran todas conocidas habitantes de la comunidad, excepto una que alegó que hacia poco se había mudado a una casa en el área. La asamblea transcurrió sin mayores contratiempos después de una hora de intercambio de ideas y opiniones. Debo aclarar que cuando este personaje hizo su participación comentó que “todos teníamos derecho a aspirar a una posición de liderazgo dentro del PSUV” yo pensé, pero no comenté, que ese no era el objetivo de la primera asamblea ni mucho menos el objetivo de la conformación del partido en general.

Más tarde, en casa de unos amigos comentábamos los resultados de las asambleas y, entre otras cosas, alguien mencionó que algunos de las sempiternas figuras políticas del municipio (incluso en los años de la IV república), que por casualidad vivían en el mismo sector, y que por lo tanto debían reunirse en la misma asamblea, habían decidido de común acuerdo desplegarse hacia otros sectores, de manera que cada uno pudiera tener una mejor oportunidad de figurar o sobresalir en el cuadro de voceros del partido cuando estos se eligieran. Fue en este momento que caí en cuenta del personaje en nuestra asamblea que “recién se había mudado al sector”, quien por cierto ocupa un cargo público muy importante en el municipio y un cargo político a nivel nacional. Traté de alertar a algunos de los promotores al respecto para que comentaran esta situación y la corrigieran de la mejor manera posible. Viajé al extranjero y ya no supe que pudo haber sucedido en las siguientes asambleas.

Este asunto pareciera tener poca relevancia, pero si lo pensamos detenidamente, esta es una estrategia (o más bien un resabio) de la vieja política y, por lo tanto, contraria a los principios socialistas, igualitarios, participativos y democráticos que se están tratando de implementar para la consolidación del proceso político que se adelanta en nuestro país. Quien piensa y actúa como el personaje del cuento no es otra cosa que un oportunista; un camaleón que cambia de color de acuerdo a las circunstancias, y que se cuela en todos los ambientes tratando de obtener un beneficio personal de cada uno. Es hora de que los ciudadanos abran los ojos y estén alerta en todas las actividades de organización comunitaria y del partido para detecten y aíslen a estas astutas sanguijuelas sin escrúpulos y sin principios.

sam.contreras@pgsonshore.com




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Samuel Contreras


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