Sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas. Álvaro Uribe Vélez, de muchacho no tuvo reparo en dar rienda suelta a sus perverciones, por lo que desarrolló un trastorno sociopático como producto de la educación que recibió de su papá, Alberto Uribe Sierra, un alcohólico, patán, mujeriego y testaferro del cartel de los Ochoa, quien le inculcó que en la vida no habían barreras y podía pasar por encima de todos. Al recibir el grado de bachiller el colegio debió abstenerse de graduarlo en la Sesión Solemne, por lo que prendió fuego al alma mater. Un auténtico delincuente desde muchacho.
En los 80 el narco presidente Turbay Ayala, ese que senseñó a robar a los servidores públicos (hay que bajar la corrupción a sus justas proporciones), lo designó como director de la Aeronaútica Civil a Alvaro Uribe, con lo que le abrió las puertas al narcotráfico y el cementerio a los jóvenes de América. El infierno floreció a cambio de dinero tinto en sangre.
Luego de su paso por altis cargos que el estado otorga a sus mejores hijos, este desperdicio de Uribe Vélez logró hacerse designar como Director de la Aeronaútica, lugar en que pudo dar gusto a sus protervas intenciones desde la cuna: acumular dinero, lo que hizo a puñados de los carteles a cambio de licencias de aeronavegación. Compadres con los que inicia a una campaña de exterminio en contra de quienes considera de izquierda: sindicalistas, campesinos, negros etc. Prostituyó la lealtad del ejército y policía convirtiéndolos en un ejército de asesinos a su servicio. Se llegó al extremo de pagar con una libra de arroz o una pizza el asesinato de un campesino. El Gral. Rito Alejo del Río organizó partidas de fútbol con las cabezas de los caídos. Hoy ese militar yace plácido en su mansión. Este es uno entre miles de soldados criminales. Esa es Colombia. En el entretanto, el jefe del Clan y con la fuerza de los fusiles ascendió a la presidencia, en la segunda oportunidad compró a dos prostitutos investidos de congresistas que le vendieron su voto para cambiar la constitución: Yidis Medina y Teodolindo Avendaño, así lo confesaron junto a Diego Palacios y Sabas Pretel (ministros-hampa). Ya no hubo reversa. La recua de narcoparamilitares se apoderó del país y copó el 60% del congreso, las cortes y los órganos del control. Colombia es el único país en el mundo en el que el legislativo lo manejan narcocriminales. Uribe se exibe como un repúblico en los foros internacionales, cuando es un vulgar asaltane de caminos.
Los narcos adquirieron estatus de señores, sus jefes residen en Miami y Uribe sobrado de poder luego de dejar la presidencia, denunció al senador Iváִn Cepeda en el 2013 como autor responsable de la compra de testigos en su contra. La Corte que asumió la investigación la desestimó años después (2018) y ordenó investigar a Uribe Vélez, quien renunció al senado para eludir a la Corte que envió el expediente a los jueces penales del circuito por competencia.
Reiniciado el proceso discurre la investigación por fraude procesal y soborno, negocio que supo enredar la banda de Uribe entre anaqueles y anaqueles y… lo durmieron; el viejo truco de una ficalía en manos del hampa. El proceso transitó de fiscal en fiscal sin solución de continuidad. Barbosa, jefe de la banda de fiscales, intentó con toda clase de trucos desaparecer el expediente. No pudo. El hampa no duerme. Una nueva fiscal designó a otra delegada que arrastró el pleito hasta la sentencia después de largos 12 años. En cualquier país este caso no hubiese superado los 3 meses. En Colombia, los narco Uribistas de la mano del Cartel de la Toga en la Corte compuesta por magistrados ornados con togas de seda china y broches de oro, alargaron el pleito hasta más allá de lo imaginable.
La larga sentencia de 1100 folios cayó como un balde de agua fría a la banda, lo que dió lugar a que sus abogados, familiares, sicarios y cipayos del criminal, comiencen a deslizarse a otras toldas abandonando el barco que se hunde. Ese es el proceder de las ratas. Nicolás Jurado Monsalve, gusano del bajo mundo, lanzó amenazas de muerte contra la juez. El estado debe proceder contra este engendro ahora.
Sus abogados actuando como las ratas interpusieron una tutela contra la sentencia a pesar de que durante 12 años han dilatado el pleito, hasta el extremo que en cualquier otro proceso los abogados hubiesen sido objeto de sanciones disciplinarias. Aquí sigue imperando el terror que difunde este sanguinario criminal con su nombre. Ahora es un reo más, el Señor 1087985. ‘A todo cerdo le llega su San José’.
REFLEXIÓN
Pocas veces en Colombia se ha producido un fallo más justo con el que aplastó a esa mandrágora criminal, porque tras el jefe del Cartel caerá la hiedra de mil cabezas.
Esta sentencia es un firme respaldo a Colombia para que no desfallezca en la creencia de que podemos eliminar a la mafia. Invita a unir fuerzas con un fin: nunca más los asesinos y criminales bajo las banderas del fascismo volverán al poder. Limemos diferencias para no recaer en las garras de las hienas.
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