El Jurassic Park venezolano

Informa la prensa nacional que paleontólogos del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), han encontrado un fósil de aproximadamente 20.000 mil años, en una cueva del Morro La Guairita, en el Alto Hatillo.

Ya en otras oportunidades informaron igualmente, los resultados de investigaciones realizadas en un pueblo del Estado Falcón (Urumaco), donde según las evidencias recaudadas, fue un territorio de gigantes. Fósiles de tortugas de extraordinario tamaño, roedores gigantescos, dientes descomunales de especies de tiburones extintos y otras especies desaparecidas y sorprendentes.

Son curiosas estas informaciones, más no noticiosas, por que la verdadera noticia, no es que en Venezuela existan fósiles de animales extintos, sino, y esto lo podemos observar, sin investigaciones sesudas, que en nuestro país se pueden encontrar, además, de los fósiles señalados, variedad de especies de Dinosaurios, vivitos y coleando en diversas partes del territorio nacional.

En Venezuela, podemos tropezarnos con un verdadero Jurassic Park político, encontrándonos con las especies muy peculiares, que quizás no habitaron en otras latitudes, pero que si se asentaron en nuestro territorio.

Un equipo de politólogos, asesorados debidamente por especialistas del tópico, se ha dedicado a clasificar e identificar las especies que todavía, venciendo el tiempo actúan, caminan y recorren el país.

A continuación, daremos a conocer esos resultados:

Una de las primeras especies identificadas, fue clasificada con el nombre de GUAIDOSAURIO. Es un verdadero reptil, se arrastra más que cualquier otro. Este espécimen, emite sonidos guturales, entrecortados y graves, se cree que con ellos atrae a sus posibles víctimas, cuando se proponen atacar para alimentarse. No actúa en forma individual, porque es cobarde y escurridizo, sino, en manada y muchas veces se pelean entre ellos, por las mejores presas. Tiene una amplia cresta en el lomo. Su caminar es peculiar, una especie de tongoneo, da saltitos y a veces brinca cercas y matorrales, mostrando el trasero como el mandril.

El ALLUPSUARIO. El más longevo de las especies encontradas. Astuto como el zorro, tiene habilidad para mezclarse con manadas de otras especies y controlarlas. Su adaptabilidad de ser depredador y carroñero al mismo tiempo, le ha permitido sobrevivir frente a otros de su especie. Sus dientes son hasta de 20 centímetros, filosos como los sables. Tiene garras en las patas delanteras capaces de desgarrar las presas que selecciona, las paraliza y las come vivas. Se le identifica más por una especie de sonidos que emite, parecidos a los de la Guacharaca; de rabo corto pero activo, lo menea para seducir y le sirve de apoyo para sus saltos contra los de su propia especie. Si se ve en apuros, acude al canibalismo.

El BORGESAURIO, es otra de las especies identificada y clasificada. Se caracteriza por el color amarillo de sus plumas. Unas antenas frontales para ver y ubicarse donde "haiga". Las extremidades parecidas a la de los patos. No da la Cara, pica y huye como las gallinas cuando se ve en problemas. Se esconde, es escurridizo y en muchas oportunidades se junta con el GUAIDOSAURIO y otros depredadores para arremeter contra presas, por las que terminan peleando y enfrentándose, por golosos. Se alimenta de día y de noche, parece insaciable.

El LEOPOLDOSAURIO, Es un depredador nato, pero se esconde y se mantiene por largo tiempo cuevas o en algunos sitios que le sirven de madriguera. De allí, cuando le provoca sale a depredar. De sangre fría y calculador. Su piel es amarilla-verdosa, cambia como el Camaleón, dependiendo del entorno. Convive en los mismos territorios de los descritos con anterioridad y a veces se juntan para acorralar las victimas de sus voraces apetitos. Algunos lo comparan con el Tiranosaurio, pero a pesar de su agresividad, tiende a esconderse e invernar por largo tiempo, mientras que otros le hacen el trabajo.

EL VECCHIOSAURIO, se ha encontrado en menor escala. Su cuerpo es escamoso y de un color amarillo verdoso que utiliza como camuflaje. De acuerdo a los estudios realizados, es carroñero, le gusta medrar y esperar que otros busquen la presa, para luego, él apoderarse de la misma. Tiene un largo rabo, con el que amedrenta a sus adversarios y lo menea y lanza como latigazos para espantarlos y el quedarse con la presa. Tiene cuernos para embestir y por el bajo peso, puede volar bajito a largas distancias donde permanece en busca de nuevos habitas.

Podemos continuar describiendo estos especímenes pero falta por determinar características que les son propias, y se están evaluando. Hay otros como los Guanipasaurios, Caprilessauarios, Ismaelsaurios, Corinasaurios, etc. etc., cuyas peculiaridades serán informadas oportunamente.

Se ha observado entre los especímenes descubiertos, en general, una tendencia al canibalismo, al carroñerismo, a cazar en manadas, voracidad desmedida, a huir cuando tienen dificultades y ocultarse, enfrentamiento por territorio, utilizar el camuflaje para atacar por la espalda de la víctima y muchas veces se produce entre ellos, verdaderas batallas campales por el reparto de las presas que devoran a dentelladas.

Los investigadores han exhortado al gobierno nacional para que desde Venezuela, se haga una propuesta a los paleontólogos de todos los países que hacen grandes esfuerzos en estas expediciones y excavaciones: piden, se les invite, para que dejen de ir a esas duras estepas rusas, a esos helados polos, a esos inhóspitos y recónditos sitios, a buscar fósiles. No, por favor, que vengan a Venezuela, aquí no solamente hay fósiles sino, que los dinosaurios y bichosaurios, están vivitos y coleando. En nuestro territorio pueden estudiarlos en vivo y en directo.



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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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