El odio que das

Nuestro país en las últimas dos décadas se ha visto envuelto en una atmosfera, en donde la generación de odio se da de un lado hacia otro lado, es decir, fluye bidireccionalmente. Y lo sorprendente que es auspiciado por personas que se hace llamar líderes, unos en dosis muy altas y otros en dosis bajas.

Me refiero en este caso a los representantes de partidos políticos que hace referencia a dos grupos fundamentalmente: oficialistas y opositores. En el primer caso, a principio del presente siglo XXI se marcó profundamente las diferencias de clases sociales inoculando un elemento de pérdida o expoliación (de una clase sobre la otra) que hizo que la población de bajos recursos y no tan bajos sintiera que habían perdido o les arrebataron algo y por lo tanto llego el momento de recuperarlo.

El segundo caso, asumió una posición ofensiva que no permitiría que les arrebataran lo obtenido expoliación, esfuerzo propio (y en consecuencia heredado) no entendió, no proceso de la mejor manera los cambios en materia social, cultural, política, económica que estaban por venir.

En consecuencia, se inició una dinámica explosiva por la autoridad; cada grupo ideo la manera de mantenerse en su posición independientemente de quien ejerce u ocupa el poder y ambos bandos se alejaron de los intereses o el bienestar de sus seguidores y de la sociedad en su totalidad.

Por ello, en cualquier lugar hay personas que suelen decir que pertenecen al grupo opositor o no están de acuerdo con el actual presidente y vociferan palabras que denotan un estado emocional cargado de amargura, rencor, odio, resentimiento o cualquier otro calificativo negativo sobre el grupo oficialista. Hasta llegar a niveles de conflictos que exacerban la violencia intrafamiliar. De igual manera el otro bando, oficialista devuelve la misma cantidad de energía negativa hasta ser inviable la convivencia entre estos dos grupos; generando un contexto muy peligroso y volátil a la vez.

Toda esa energía nociva que emana de ambos grupos termina por transformar a otros individuos que están indefensos del punto de vista intelectual y de madurez como ser humano como es el caso de los niños y jóvenes que se deben al núcleo familiar y que están en un proceso de formación, de raciocinio influenciados por sus padres, amistades, entre otros y que a la final están respondiendo de la misma manera: "odio".

Tal situación, deja un vacío enorme de autoconciencia, que implica comprender en profundidad las emociones, las debilidades, los impulsos de uno mismo. Lo cual permitirá reconocer como afectan sus sentimientos así mismo y a los demás. Por otra parte, es evidente la falta de un liderazgo que permita avanzar hacia un sueño compartido, no solo de resolver la problemática económica sino como país para eso se requiere crear un ambiente de armonía que pueda conectar a los venezolanos entre sí y por último que valore la aportación de cada uno de los grupos que conforma la sociedad y pueda generar compromisos gracias a la participación.

Y para finalizar, el título de este artículo, está basado en la película The Hate U Give (El odio que das) del director George Tillman Jr. que desarrolla una secuencia de hechos en una sociedad racista y una brecha psicosocial.

 

osioromy@gmail.com



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