El arado y el mar

¿Quién será el último dirigente chavista en caer?

El universo chavista se estremece con el desmantelamiento de su cúpula histórica. Al inicio arremetieron contra los civiles y entonces vimos a Ministros relegados al olvido, al ostracismo. La guillotina funcionó, impune, amparada en una falsa lealtad que encubría un astuto plan de sustitución del Chavismo, de liquidación de la posibilidad Socialista.

El plan se desarrolla con la precisión de la canalla. La instrucción es decapitar y tomar la posición con acólitos. Una a una fueron cayendo las colinas, la fiscalía, el tsj, el nuevo parlamento, pdvsa, sólo quedan los sumisos, los no incómodos, los que no irradian.

Ahora se sienten fuertes, tienen la impunidad otorgada por sus cómplices en puestos clave, y  con la impunidad que les otorgó la parálisis de los que aún no se recuperan de la muerte de Chávez y son chantajeados con su recuerdo, con invocaciones a la lealtad que permite la paradoja de ser usada como blindaje al desmantelamiento del sueño del Comandante.

Fuertes ya en el gobierno, con la desvergüenza de la soberbia, ahora arremeten contra los cuadros militares, exigen no lealtad que es un sentimiento que requiere una dosis de pureza, exigen sumisión, complicidad, silencio ante la crueldad, aplauso de las injusticias, apoyo a la ingratitud, deslealtad a quien lealtad merece.

Padecen una terrible contradicción: tienen que zafarse del Chávez, cambiaron el rojo por el azul débil, lo desplazan poco a poco de la propaganda, maduro anda solo, pero al mismo tiempo tienen que aferrarse al Comandante para mantener un poco de apoyo.

Al desprenderse de Chávez se debilitaron, quedaron sin alma, no tienen nada que ofrecer, su agotamiento se hace dramático en el campo
militar, perdieron el discurso. Sólo les queda prometer, no lo que saben no van a cumplir, y hacer chistes de la oposición de derecha, no pueden insuflar pasión, carecen de lo que alguien llamó “motor moral”. Difícil les resulta sacar a Chávez del corazón de los militares, ese es el soporte espiritual que los soldados protegen.

Para sustituir al espíritu inventan actos, discursos, intentan dádivas, promesas. Así podrán medio acallar los estómagos pero no doblegar los corazones. Los ejércitos sin apresto moral, a los primeros ruidos de la adversidad se dispersan.

El último  dirigente chavista en caer, ¿será que logrará sobrevivir a la ira antichavista de la costra?, ¿a cuál precio, de que tendrá que desprenderse, cuáles verdades deberá olvidar? O por el contrario, hablará, defenderá los principios?, ¿caerá con dignidad? O un día amanecerá botado, y de nada le sirvió haberse cuidado tanto, tanto cálculo fue en vano.
 
Es digno de estudio cómo una Revolución implosiona sin disparar un tiro, asombra la falta de resistencia en su caída. Siempre se repite la historia, el principal enemigo de las revoluciones está agazapado dentro de ellas, ellas mismas lo producen.
 
Se debe estudiar la historia de los dirigentes para tratar de comprender la historia de las Revoluciones. Encontraremos que después
que sus grandes líderes desaparecen, los dirigentes no consiguen mantener a la Revolución, la entregan, pocos se oponen, lo hacen con
cálculo, se cuidan, no la defienden, se deslizan hacia lo que querían superar.

¿La historia nuestra será diferente?


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Toby Valderrama Antonio Aponte

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