Apremia la hora de las grandes decisiones; sanear, limpiar

En eso, en lo que se da por llamar el juego de la política, se dice que todo es válido, mas, en la política del pueblo hay divergencia con ese mal criterio que es parte de la obsoleta cultura política proselitista de los 40 años de AD-COPEY, marcados por las secuelas de la corrupción con origen cultural de la colonia española, que corroyó a toda la vida nacional, penetró hasta los tuétanos a una sociedad civil de clases envuelta en ambiguas formas de hacer política, se constituyó de una inmoderada inconstitucionalidad; no hubo salvado cuerpo de instituciones civiles y castrenses a que no llegara el carcinoma de la coima.

Luego de procedimientos de cambios, este flagelo socio-político no abandona al cuerpo víctima: La Sociedad y todo su estamento. Al día de hoy esa sociedad sin muchas variaciones no logra sanear arraigados vicios y aunque un nuevo sistema por implantarse extrema esfuerzos, la deformación persiste; padece el sistema de viejos males que aún aquejan inconformidad en la formación, que permiten que el viejo esquema se imponga sobre lo neo como intento de transformación. Hora apremiante no solo de pronunciarse contra este mal, es hora de toma de grandes decisiones, de arriesgar, para conseguir limpiar muy a fondo y eso sin importar que tanto poder tengan los infractores civiles o no.

Población de a pie, pueblo político y pueblo de uniforme es Mayoría Popular, cosa que en democracia; aunque valga la “duda”, su manifestación tiene la fuerza, pero ha de tener que alcanzarle a través de la razón, porque sin la razón pierde su acimut, se hace retrógrada e implica que lo integral y todo objetivo trazado, ha de conformarse dentro del crecimiento de revolución; significando que priorizan los cambios estructurales, que dado algunos momentos cruciales promovidos por la contra parte que infiltra a la revolución con descaro visible, se hace menester apremien grandes decisiones ideológica-políticas-sociales.

Que ni el chantaje de (“fuerzas”) arribistas, sean éstas: civiles o castrenses, puedan lograr marginar su originalidad conductual, permitirle, desvirtuaría la lograda consciencia del pueblo vanguardia que va centimetrando y ordenando resultados de verdadero socialismo, sin utopía, ya que éste, le va construyendo a su imagen, con sus propias manos, con la realidad de sus necesidades, con el propósito de tomar el Poder; y para ello, da por hecho, que tiene un gobierno provisional que le va adecuando espacios constitucionales para que en pronto se forje el Poder Indestructible De La Revolución, que no es otra cosa que El Poder Popular ejerciendo el mandato de su Carta Magna y bien tipificado en su Artículo 5.

Es eso a lo que nos debemos todas y todos; porque cuando esto se haga realidad inobjetable, no habrá fuerza maligna (Capitalismo) posible que ose enfrentarle, porque el Pueblo De Lucha En Armas Constitucionales, Unido Y En Batalla, Es Victoria Perpetua De Soberanía, Independencia Y De Auto-Gestión Que Libera Consciencias Incorruptibles.



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Omar Ignacio Pinto


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