Dependencia, Revolución y CELAC

El concepto de dependencia, en términos de desarrollo, es una creación de la intelectualidad burguesa de los países, precisamente, dependientes. Esta aparente contrariedad es, sin embargo, la piedra angular de todo un adoctrinamiento, de una ideologización que en ultima instancia busca no solo hacernos más dependientes, sino retrotraernos a nuestra primigenia condición de “colonia”. Pero desde la perspectiva socialista no podemos explicar y mucho menos sustentar el subdesarrollo en términos de intercambio. Es la visión economicista de la dependencia que se ha impuesto. En esta relación somos subdesarrollados por no poder mantener una sociedad de consumo parecida a la de las economías de los países considerados desarrollados.

La dependencia se expresa también en los términos culturales de modernidad – tradicionalidad, es en todo caso un término para justificar nuestro atraso. Esto tiene indudablemente consecuencias en la formación, evolución, estructura y calidad de los sistemas políticos de los países “dependientes”.

El cientista social brasilero Theotonio Dos Santos, expresa tal contrariedad, complementaria, en los siguientes términos: hay que ver la relación entre lo nacional y lo internacional no como dos contrarios que se excluyen sino como dos polos de la unidad internacional que se basa el la internalización y nacionalización de la economía. Es así como en el actual tiempo histórico la dependencia presupone una homologación de tipo capitalista, entre lo nacional y lo externo, es decir una superación del denominado interés nacional. Es por ello que cualquier reacción o afirmación nacional contra este orden, es en esencia antiimperialista.

El derecho de libre determinación incluye ciertamente el principio simple y elemental que afirma que una nación o un pueblo debe ser dueño de su destino, busca detener la explotación e injerencia extranjera que consiste a veces en privar a la población local de sus propios recursos de subsistencia o de sus propios mecanismos de decisión.

El establecimiento de un mundo pluripolar o multicentrico viene a romper con este paradigma. El germen colonialista, no seria más que la necesidad histórica del sistema capitalista para resolver su propia crisis sistémica ampliando y apropiándose de mercados internos o externos.

La política exterior de la Revolución Bolivariana se encamina hacia la construcción de un nuevo relacionamiento en Latinoamérica. Busca ser la punta de lanza que desgarre la hegemonía del capital. Para el comandante presidente Hugo Chávez, principal motor de la integración latinoamericana del siglo XXI, la unión de nuestros países es el único camino para enfrentar la crisis mundial capitalista, en todos los ámbitos político, económico, militar, alimenticio, económico-financiero, climático y moral. Para ello se han creado y conformado diferentes organismos multinacionales y multilaterales en la América latina con el fin de afrontar con el menor costo social la gran crisis estructural del capital en su domino metabólico de la sociedad.

La CELAC es expresión de este compromiso. Latinoamérica en el siglo XXI tiene delante su más grande desafío. Profundizar la democracia, la justicia y la igualdad. El futuro es prometedor para la región, aunque se planteen retos como acabar con los 174 millones de pobres que aún subsisten en nuestros países. Y tenemos la potencialidad para enfrentar este y otros retos y salir airosos, el comandante Chávez lo sabía. La pobreza se ha visto reducida desde 1990 del 48,4% al 31,4% al 2010. Además el continente tiene una superficie de 50,5 millones de Km2, es la zona que más produce y exporta alimentos en el mundo. En cuanto biodiversidad y recursos nacionales poseemos el 33% de aguas dulce, 40% de la especies del planeta. En materia energética la región posee energía para garantizar el suministro en la zona por más de 150 años.

Es indudable que la amenaza imperial se irá profundizando en el futuro. Trataran por cualquier medio de apropiarse y expoliar al continente bajo cualquier pretexto. Se buscara por cualquier medio “neo-colonizar” nuestras sociedades. Es la lógica violenta neofascista del imperialismo. Tratar de conjurar la crisis sistémica con la trasferencia de violencia a la periferia “subdesarrollada y dependiente”. El caso más emblemático es el de Puerto Rico donde los EEUU violan flagrantemente la resolución 1514-XV de la Naciones Unidas del 14 de diciembre de 1960 dice: “La continuación del colonialismo impide el desarrollo de la cooperación económica internacional y entorpece el desarrollo social, cultural y económico de los pueblos dependientes.”

En tal sentido y en correspondencia al ideal socialista humanitario, americanista y solidario, ningún organismo de integración latinoamericano podría estar completo sin contar con Puerto Rico. La reciente propuesta hecha por el presidente Nicolás Maduro se inscribe precisamente en la esta línea de pensamiento. La conformación de la Patria Grande como objetivo inaplazable de Latinoamérica para la presente centuria. La independencia de puerto rico es un objetivo común a alcanzar. No puede ser que aun en nuestro continente existan rezagos coloniales impulsados por intereses transnacionales. También para Puerto Rico la independencia tiene que ser el bien más precisado y es nuestro deber como revolucionarios impulsarlo y alentarlos desde cualquier trinchera de lucha.


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Hugbel Roa C.

Ministro para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología

 @hugbelpsuv

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