En un reciente artículo de The Wall Street Journal (WSJ), se destaca la improbabilidad de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reimponga sanciones petroleras a Venezuela. Esta decisión estratégica podría tener implicaciones significativas para el mercado energético global y las relaciones internacionales.
Según fuentes cercanas al tema, la administración de Biden está considerando cuidadosamente las consecuencias de reintroducir sanciones similares a las implementadas durante la presidencia de Trump.
Estas medidas coercitivas previas contribuyeron a la disminución de la producción petrolera venezolana. Si esto se repite podría resultar en un aumento en los precios del gas en Estados Unidos. Además, potencialmente desencadenaría una mayor migración desde Venezuela.
Asimismo, restringir a las compañías petroleras occidentales podría disminuir el suministro global de energía. Así como facilitar la expansión de inversiones chinas en el sector petrolero venezolano.
Mantener la política actual podría ofrecer una oportunidad para que Venezuela continúe siendo parte del mercado occidental y evitar un posible giro hacia alianzas con China e Irán, según un asesor de la industria petrolera.
La decisión de Estados Unidos de abstenerse de imponer sanciones refleja un enfoque cauteloso y calculado, buscando equilibrar la estabilidad económica interna con la influencia geopolítica en una región rica en recursos. Así lo indica The Wall Street Journal (WSJ).