Educación Mototaxista

Confieso que la verdad, ese término no sé si se escribe así o por separado, porque, hasta donde tengo entendido, es usado para los vehículos de tres ruedas que circulan en calles de países como Perú, para desempeñarse como taxis, pero como hemos visto con modismos propios de sectores específicos, como Maracaibo, por ejemplo, donde usaban la palabra "bachaquero" para referirse a los guajiros que sacaban mercancía hacia Colombia de Contrabando, ahora, y de repente, es un término generalizado en la Venezuela gobernada por Maduro. Entonces, ya todos entendemos que el mototaxista es todo aquel que cobra por transportar gente en una motocicleta.

Mi ignorancia se acrecienta cuando indago sobre el origen de este trabajo, porque es obvio que de nuestra patria no es originario, siendo muy probable su introducción desde Colombia. De lo que sí estoy seguro, como todo el resto de los habitantes de esta nación, es que nuestras ciudades, pueblos y caseríos se han abarrotados de personas que ejercen este trabajo, entre otras cosas, por la proliferación de motocicletas chinas, o ensambladas en el país con material proveniente de esa nación. En algunos casos se ha visto que, a ciertas horas del día, y lo que es más preocupante aún, en la noche, este se convierte en el único modo de transporte disponible.

El problema es quiénes son los que se encargan de ejercer ese trabajo. No hace falta tener una maestría en estudios sociales o económicos para darse cuenta de que los que conducen esas motos son jóvenes que escasamente superan los 20 años de edad, es decir, son personas acabadas de salir del bachillerato, pues según datos aportados por el propio Estado Venezolano, la gran mayoría de los individuos egresan del sistema educativo ofrecido en todo el territorio nacional, por lo tanto, estos jovencitos han salido recientemente de bachillerato, y en lugar de ingresar al mundo laboral formal, se convierten en mototaxistas.

Y ya sabemos lo que eso significa. Muchos de nosotros hemos visto de forma directa o indirecta, cómo estos jóvenes son blanco de todas las calamidades de este país que nos ha tocado vivir. Son ellos blanco de extorción, robo de sus motos y sus ganancias, víctimas de personajes inescrupulosos traficantes de drogas y de ilusiones que convierten a todo el que se dedique a sobrevivir del trabajo con una moto en un potencial consumidor o distribuidor de drogas y de cualquier fechoría, desde sicariatos hasta robos a mano armada, arrebatos y todos esos antivalores que mantienen en vilo a la población general.

En el ojo del huracán esta nuestro sistema educativo. Los mototaxistas son una muestra palpable del fracaso del sistema. Jóvenes que deberían estar ingresando al sistema laboral formal, ganándose un salario que les permita cubrir sus necesidades, por muy banales que sean, han optado por esta opción, y con ello, el Estado Venezolano está construyendo una importante masa de toda una generación en personas no contribuyentes con la generación de riquezas, pues precisamente esa profesión no aporta impuestos necesarios para favorecer programas sociales, no crea empresas generadoras de empleos, dejando una mala imagen colectiva en los ciudadanos.

En este caso, el gobierno y todos los responsables de la educación en el país no pueden culpar a las universidades de este quiebre, porque precisamente se está generando el problema justo en el momento que los adolescentes se convierten en adultos, y deberían ingresar a una carrera universitaria que les brinde la posibilidad, a ellos y al país, de incrementar sus posibilidades de crecer en el futuro. Cuando un joven decide convertirse en mototaxista, en detrimento de una carrera universitaria, algo grave está pasando, y el problema va más allá de la familia, pues es el Estado quien le está coartando la posibilidad de un futuro mejor.

Nuestro sistema educativo lleva varios años, quizás más de una década, en el limbo; cada año hay un ministro nuevo que viene con una "idea nueva". Muchas veces el docente que ingresa al sistema educativo se enfrenta con un conglomerado de incongruencias que en la teoría y práctica universitaria no existían, un sistema que le da más importancia a llamar "las y los estudiantes" que centrarse en mantener la misma coherencia de un año para otro, sin importar con ello que para que cualquier cosa funcione, debe tener sentido común, que la improvisación solo lleva al caos, y del caos solo quedan las tinieblas.

No hace mucho se hablaba del "Árbol de las tres raíces", como plan nacional a seguir, de eso ya no quedan ni recuerdos. Este año creo que ha venido un nuevo ministro en educación, y con él, un nuevo cambio radical, tan radical que ahora un estudiante que por cualquier circunstancia ajena a la institución educativa a la cual se inscribió el año escolar anterior no logró las competencias necesarias para aprobar las materias necesarias, y al cual se le realizaron las evaluaciones correspondientes, y no las aprobó, quedando como estudiante repitiente en este nuevo año escolar, ahora la institución está obligada a realizar de nuevo el proceso.

Por supuesto que en este nuevo proceso los exámenes no existen, es decir, que al estudiante se la tiene que poner el profesor "bombita", y a todo esto lo llaman "batalla contra la repitencia". Al final, cualquier estudiante que no haya hecho absolutamente nada el año anterior, tiene derecho a esta gran oportunidad (para él), y si, por ejemplo, está cursando el quinto año de Educación Media General, pues al final se graduará, obviamente sin los conocimientos necesarios para ingresar al ciclo universitario, y cuando sea asignado a una universidad, lo más probable es que deserte y dos semanas después este formando parte de la nómina de mototaxistas.

¿Hacia dónde va nuestro sistema educativo? ¿Cuál es el futuro de nuestra nación si cada año hay un cambio tan radical que no se aprovecha ni el formato de asistencia del año anterior, porque hasta el logo del ministerio seguramente han cambiado? si la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo (Nelson Mandela dixit), ¿cómo podremos cambiar nuestra sociedad, si está dando preocupantes síntomas de deterioro? ¿estamos los ciudadanos dispuestos a exigir una educación que sea realmente productiva, de calidad y que nos ayude a salir del oscurantismo denunciado por Bolívar?.

cesaraltuve@gmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1399 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter