Ciénaga podrida, malandro desbocado

La cobertura periodística de cierto canal “de noticias” ubicado en la alta Florida, sobre el reciente caso de un grupo de rehenes secuestrados en una agencia del banco Provincial de Altagracia de Orituco (llanero estado Guárico), no deja lugar a dudas. Esta planta televisiva esta embarcada de lleno en un plan conspirativo y desestabilizador, cuyo único fin es atizar la violencia y sembrar el caos y la zozobra en nuestro país a costa de lo que sea.

En verdad, la “transmisión especial” del canal de marras no tiene desperdicio. El amarillismo, la falta de ética y el servilismo en su máxima expresión, configuran ahora un nuevo antigénero de antiperiodismo puro y duro, en su máxima expresión.

Los reporteros y comentaristas que se ocuparon de narrar este tenso acontecimiento, no hacían ningún esfuerzo por ocultar unas ansias irracionales de que se produjera un desenlace fatal, para alzar el dedo acusador contra el gobierno y denunciar la ineptitud del régimen.

El momento más cumbre se produjo cuando una de las reporteras de esa planta increpó al ministro Rodríguez Chacín, inquiriéndole porqué el Presidente Chávez no estaba al frente de las negociaciones con los antisociales; pero lo más insólito es que luego de varias horas de tensas negociaciones, se logra un desenlace totalmente satisfactorio y la veta informativa o el filón que mezquinamente más se explotó fue el del “excesivo tiempo” que consumió la liberación de los rehenes, entre los que se encontraban varios menores de edad, incluyendo un bebé de meses de nacido y una mujer embarazada.

Hasta el más neófito en materia de negociación de rehenes, sabe muy bien que el tiempo no es un condicionante en situaciones de este tipo. Es decir, no hay límites o fórmulas preestablecidas de tiempo, para decir que tal o cual secuestro fue más corto o menos largo, y en consecuencia manejado con mayor o menor efectividad. Todas las situaciones son muy diferentes y en cada caso intervienen también variables muy disímiles, en todo caso el tiempo puede ser un aliado para los cuerpos de seguridad y la única manera de medir si la gestión fue o no exitosa esta en un solo factor: las víctimas. Si ninguno de los secuestrados perece, la gestión de negociaciones ha sido un contundente y rotundo éxito aquí y en la China.

¿Dónde estaban los sesudos analistas cuando se produjeron las tragedias de San Román y Terrazas del Ávila? Ambos casos sí son una muestra terrible de descoordinación policial e interferencia de unos medios amarillistas ávidos como siempre de muertos, sangre y malas noticias para vender más.

Ahora bien, el caso de la cobertura del secuestro de Altagracia de Orituco no es algo aislado, forma parte de una línea editorial muy bien definida y degenerativa. Esa joya periodística estuvo precedida por la campaña vil y grotesca de realizar un símil del Presidente mostrando el contenido de un pote de leche en polvo como si fuera un adicto frente a una montaña de cocaína.

El colofón de esta triste historia lo vemos ahora con la campaña rabiosa y artera que ha arreciado contra los esfuerzos por el canje humanitario de rehenes en la hermana República. La larga lista de mercenarios y opinadores de oficio no han hecho otra cosa que denostar del Presidente Chávez y tratar de horadar un liderazgo en la subregión, labrado a fuerza de moral y pensamiento progresista. La Ciénaga esta podrida y el malandro desbocado. ¡Pero el show debe continuar! Que viva la impunidad y la lenidad.

dcordovaster@gmail.com






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Daniel Córdova Zerpa


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