Aquel candidato de la “seguridad” policial

¿Hasta cuándo? ¡Dios mío! 323 asesinatos en los primeros tres meses del año en el Zulia, es una perfecta carnicería. Los hampones no dan tregua. No entran en cintura. Están incontrolables...

Sin duda, necesitamos un Manuel Rosales, pero como aquel con aires de candidato presidencial que todo lo puede, para que haga el trabajo que como gobernador debe hacer en materia de seguridad.

Rosales se jactaba de decir que acabaría con el hampa de llegar a la presidencia, y aunque recibió una derrota aplastante creo que, por lo menos, puede aplicar las medidas o el proyecto que tenía para el combate de la delincuencia en esta región. En la campaña se refería al país, pero ahora los zulianos le pedimos que lo haga en esta entidad con los recursos y el poder que le confiere ser el gobernador.

Y no es que seamos egoístas, sino que debemos aprovechar que tenemos al candidato haciendo oposición, para aferrarnos a lo que prometía en los comicios, acerca de la solución de los problemas del país, entre ellos el de la inseguridad. Aunque particularmente nunca creí en las promesas de Rosales durante su campaña.

El ex candidato se podía dar el tupé de decir y prometer lo que se le antojara. El mismo estaba seguro de que perdería las elecciones.

Sin embargo, más allá de este aspecto, que fue y todavía es bien condenado por la población, tenemos una delincuencia desatada que igualmente requiere de la conjunción de esfuerzos del Gobierno nacional, como hace poco lo dijo el ex vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, pero también de un mandatario con el ímpetu que se le veía a Rosales en la campaña de diciembre.

Que afronte los problemas, porque Manuel Rosales fue una cosa como candidato, es una haciendo el papel de líder de la oposición y otra como gobernador. Como aspirante presidencial parecía contar con una barita mágica para resolver los problemas del país, pero como jefe del gobierno zuliano y como líder opositor cuando le tocan alguna tecla como la de la delincuencia, evade su responsabilidad y pelotea el caso al Gobierno nacional.



Recuerden que la seguridad fue una de las banderas de su campaña y de regreso al Palacio de Los Cóndores, siguen matando gente a diestra y siniestra, y a la fecha ni siquiera hace alguna propuesta o se pronuncia al respecto.

Pareciera que se olvidaron hasta de la reestructuración policial, aunque déjenme decirles que esa siempre ha sido la forma en que se hacen los procesos de depuración en la Policía Regional (PR) desde que era la Policía del estado Zulia (PEZ).

Hablan de adecentamiento, pero al fin y al cabo, nadie sabe lo que sucede, mientras los delincuentes continúan cobrando la vida de gente inocente en la calle.

El caso del Zulia es patético. Aquí es tan grave la situación que pareciera que ya la gente se acostumbró a vivir con los asesinatos en las narices, hechos que rigurosamente contabilizan los cuerpos de seguridad semanalmente. Ni siquiera se piensa que en las próximas horas uno puede ser la otra víctima.

Ya para los zulianos el caso tampoco es que Rosales haya dejado el Palacio de Los Cóndores a fin de dedicarse solamente a la oposición, sino que a quienes dejó encargados son tan precarios como él en materia de seguridad.

De modo, que la población, ante la ineficiencia policial, más bien ha optado por armarse y, esto, por supuesto, acarrea un problema mayor. Los barrios están repletos de escopetas, chopos y otras armas de fabricación casera.

En Maracaibo el patrullaje es casi nulo. Los números de emergencia existen, pero nada resuelven. En caso de que las centralistas atiendan las llamadas, las patrullas o no van o tardan horas en llegar.

Por lo tanto, aquí -y no me cabe duda que en otros estados o regiones-, hay aspectos en materia de seguridad que pueden resolver los propios gobernadores sin tener que esperar al Gobierno nacional.

No me vengan a decir, que para resolver el problema de los patrullajes, de los números de emergencia y de las centrales de las policías estadales, tiene que venir el ministro del Interior y Justicia o el propio Chávez…para algo se debe ser gobernador ¡¿o no?! Lo que sucedes es que Rosales nunca ha tenido voluntad para enfrentar la inseguridad y actualmente padecemos las consecuencias.

(*)Periodista

albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán(*)


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