Quizás aquella mañana, al hacer conciencia de la fecha, recordó que al día siguiente se cumplirían 75 años que Harry Truman ordenara lanzar la bomba atómica sobre Nagasaki que causó la muerte instantánea 120 mil personas, dejando 130 mil heridos y daños materiales incontables. Pero sus pensamientos volvieron a concentrarse en seguir analizando lo que le ocupaba los últimos meses, las operaciones paramilitares contra el país. La operación paramilitar recientemente develada, Operación Gedeón, confirmaba su hipótesis de la inminente intervención militar al territorio venezolano, a través de Colombia.
Pero ese mismo día, no transcurrió mucho tiempo antes de que ocurrieran los acontecimientos que darían un giro de 180° a su vida. No era un hombre improvisado que saldría de su casa con rumbo incierto. Tenía rutinas que cumplía y ordenar sus pensamientos en la mañana y pulir las reflexiones que hasta muy tarde por las noches trabajaba regularmente era una de esas rutinas, pero ocurrió el primer hecho que desencadenó el desarrollo de los acontecimientos de aquel trágico día. La llamada telefónica y la convocatoria a encontrarse con un conocido sería la causa de que, como bien lo aclara su familia, saliera a ese encuentro. Así el hombre terminaría, como está desde hace 16 meses, desaparecido.
Desde aquel 8 de agosto del 2020 se han divulgado distintas hipótesis sobre aquellos hechos. Recientemente leí, en una entrevista, una versión que si ciertamente no es del todo clara también arroja luces sobre el asunto: "Carlos Lanz no es cualquier persona, es un constructor de la Revolución antes de Chávez, que después se integra a Maduro. Era un hombre que decía y hacía. Nunca tuvo un desliz desde el punto de vista político. Carlos Lanz no es simplemente un dirigente venezolano sino que se proyectó en América Latina, su pensamiento se regó por todas partes. Es inentendible que en nuestro proceso revolucionario pase agachado un caso como la desaparición de Carlos Lanz. Al principio se dijo que se lo habían llevado los colombianos, después se dijo que se lo habían llevado la CIA.
Ninguna de esas dos hipótesis es cierta, no calaron ninguna de las dos. La gente de este país, que a veces parece que se deja engañar peor en realidad sabe lo que está ocurriendo, entiende que con Carlos sucedió algo muy grave que el Estado quiere ocultar. No digo el gobierno, sino el Estado. ¿Por cuáles razones?, no lo sé. Me preocupa que el Estado quiera ocultar información porque quiere proteger a gente del propio Estado, posiblemente de alta jerarquía. No estoy pensando en ministros, sino en funcionarios que controlan la seguridad del Estado. La lucha por Carlos Lanz hay que darla."
Con esta extensa cita el exFiscal General de la República, Isaías Rodríguez pone sobre la mesa la hipótesis del secuestro de Carlos Lanz por mafias que existen y que controlan aparatos de inteligencia militar-policial, vinculadas a personeros de alta jerarquía.
Pero lo que reivindico de lo planteado por Isaías es la frase con la que culmina su hipótesis "La lucha por Carlos Lanz hay que darla", porque ningún camarada se abandona, digo yo.
@carlosl06642887.
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