"[…] no es honesto resistirse a poner a las cosas el nombre que se merecen; porque nada de lo que existe debe ser innombrable para aquellos que quieren otro mundo posible".

Adolfo Rivas (2002)

Cuando hablamos de preso político "libre", dialogamos de un "ciudadano" que se vislumbra parte de un colectivo, que se asocia en la identidad de su país. Que asume el sentimiento de pertenencia con la convicción de que las cosas son de uno en la medida en que le pertenecen a todos. Que analiza críticamente los fenómenos que nos afectan, que cuestiona las imposiciones, que va a la búsqueda de conocimientos. No de verdades. Que rechaza lo sacralizado y remueve lo inmóvil.

Para ese preso político "libre", elaboramos más de una veintena de artículos y tres manifiestos, que son parte de ese esfuerzo crítico realizado en APORREA. Fueron escritos, con excepción de este, en los últimos seis meses, colocados como dazibaos, en las paredes del alma misma del Dr. Javier Vivas Santana. Algunos se hicieron virales ayudado por otros portales digitalizados de Venezuela y del mundo.

Pedimos disculpas si para algunos su contenido fue demasiado vehemente y polémico, sabemos que dejamos poco espacio para las concesiones, pero, con los meses, al revés de lo que normalmente ocurre, hemos asumido un rechazo intelectual por la mediación.

Y, en definitiva, esa actitud polémica ha marcado nuestra actividad política, insistiendo en descubrir, con el análisis y la reflexión, eso que no se ve en la superficie de las cosas, eso que queda oculto tras los muros del DGCIM de la Boleita Norte o la Penintesaría El Rodeo III que, a pesar de su materialidad, no son, ni mucho menos, su esencia.

Y aquí, juzgamos prudente, abrir el compás para reafirmar nuestra convicción de que esas reflexiones políticas de las que hablamos tienen que darse en Venezuela. Es un método para abordarla. Y cuidado, no estamos hablando de una forma politica para hacer politica de permuta.

La necesidad de este análisis y reflexión es ahora más importante que nunca. Más que en aquellos años, cuando los idealistas y soñadores luchábamos infructuosamente por el poder. Ahora, en momentos en que el gobierno omnímodo, que controla todo, se ha empeñado en demostrar, asi sea por la fuerza, que las ideologías desaparecieron y que lo que sobrevive es él mismo, que es único, cuando argumenta que la transformación social, fuera de sus normas, es una utopía. Hoy decimos, la resistencia es ineludible.

Esta sola pretensión, evidencia la existencia de una sociedad decididamente que asumió, primero, que las fotografías de la oficial de la FANB fue una vil patraña, y luego, después de la liberación de 110 presos políticos, que Javier Vivas Santana fue un preso político del gobierno.

Además, se puso en práctica el desarrollo de un pensamiento lineal, y como toda línea, unidimensional, ha logrado novedosos mecanismos de control social, pues se nos pretende convencer de que es interés de todos lo que, en realidad, es bueno para pocos. Y que lo real, asi sea virtual es lo racional. Allí, sin duda, se ha centrado la estrategia: nos estamos enfrentando a una politica abiertamente totalitaria y militarista.

El argumento ahora es la "reconciliación", con la guerra. Cosa que forma parte de una nueva manera de argumentación que ha diseñado los ideólogos del gobierno para promover lo que ellos consideran verdades indiscutibles. Es una argumentación en la cual las palabras son utilizadas de modos extraños, sin la definición efectiva que, histórica y literalmente, tienen.

Lo que ellos mismos, llaman –en ese nuevo lenguaje-, preso político "libre", está bajo el control de la inteligencia policial, no es ya ocultado, ni siquiera disimulado. Pues, los intereses de ese "ciudadano" forman parte de un nuevo paradigma, donde el gobierno ejerce sus propios "decretos" de sobrevivencia.

Y, haciendo uso del nuevo lenguaje, llaman a "que se re-encausen las acciones políticas de todos los actores por la vía constitucional, pacífica y electoral", lo que no pasa de ser una brutal liquidación de una conquista democrática del pueblo venezolano.

En definitiva, reducido el mundo a la condición de unas elecciones el 6D, resulta fácil convertir a Javier Vivas Santana en un ciudadano fantasma, en un solo sopetón. Por eso, este último vocablo desplazó, en los análisis políticos, al de preso político "libre" al de ciudadano en peligro, al que se le puede sembrar cualquier cosa, porque es una connotación peligrosa para los intereses del gobierno. Este es el objetivo último que lideriza firmemente el gobierno, colocarse más allá de los límites éticos y morales que impone el modo de vida general, y esto puede llegar a ser muy grave cuando se asume que la razón está en el poder.

¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento¡