NUE-DEN-000054-2012

Camarada Samán: tome nota del caso

Me encuentro entre los miles de venezolanos que celebramos su retorno al Gobierno Bolivariano; así  como entre la decenas que escribimos por Aporrea cuestionando su salida del Ministerio de Comercio en el 2010, pidiéndole a nuestro Comandante Eterno que nos aclarara su caso para quedarnos tranquilo.  Recuerdo que en un artículo en septiembre del 2011 le pedí que no se rindiera (http://www.aporrea.org/ideologia/a129762.html), yo mismo me doy ánimo para no rendirme, a pesar de los tropiezos de este proceso. Frente al mal trato que le dio el también camarada Mario Silva, expuse mi desacuerdo con el entonces infalible hojillero (http://www.aporrea.org/medios/a129880.html). A pesar del bullicio que se armó con las limitaciones que le impusieron respecto al nombramiento del personal de Indepabis, confiamos en que su gestión socialista  sobreviva  por encima de tales avatares.

Entendemos que no es fácil, pues es mucho lo que hay por vencer dentro del Estado, más dentro de Indepabis y en el país en general. Nada fácil es la gestión de un funcionario al que la burguesía le tenga ojeriza, como es su caso. Pero, adelante camarada.

Voy con nuestro caso, camarada, a tales efectos le invito a ver la denuncia NUE-DEN-000054-2012. Le cuento que en ese expediente (no sé si lo llaman así) está una situación que denuncié por Aporrea hace bastante tiempo. Léase, por favor, Asalto desde Seguros Banesco”, (http://www.aporrea.org/contraloria/a150429.html), publicado el 18 de septiembre de 2012; pues, nuestra denuncia tiene más de un año rodando por las oficinas de Indepabis.

El asunto viene de la isla de Margarita, estado Nueva Esparta, desde el mes de mayo del año pasado, cuando una camioneta colisionó por detrás a la camioneta que aparece a nombre de de mi hija, pero que en realidad es usada por el colectivo de la Asociación por un Buen Cine para llevar cine de calidad a las comunidades de la región insular (18 años de un trabajo que es conocido en la isla).

Desde el principio Seguros Banesco (empresa aseguradora del propietario de la camioneta que nos colisionó), se negó a reconocer la culpabilidad o responsabilidad de su cliente en el asunto, colocándose en contra de lo establecido en toda normativa: en una colisión la víctima es la que recibe el golpe por detrás.

Para Seguros Banesco fue sencillo negarse bajo un argumento sin peso. La treta, camarada, está en llevarse el caso a Caracas. Seguros Banesco tiene en la capital suficientes abogados, de todo tipo, colores y olores, que atiendan el asunto, mientras que nuestro colectivo está en la carraplana, apenas cuenta con un apoyo financiero del CNAC para su trabajo entre las comunidades, no para viajar. De esta manera, Seguros Banesco se vale de su poder económico para atropellar a los ciudadanos, burlarse de ellos y reírse del Estado, pues violenta la normativa en cuanto a su responsabilidad y aprovecha un resquicio de las leyes para colocar el tema lejos de la víctima, limitando la posibilidad de que ésta se defienda. Son los duros residuos del capitalismo. Contra ellos debemos ir.

En todo este trajinar hicimos dos viajes de Margarita a Caracas, pues el caso lucía estancando en Indepabis central. Eso significó gastos muy altos para nuestros bolsillos, molestias en nuestra cotidianidad y abandono de nuestras obligaciones en la Isla. Pero no quisimos rendirnos, como quizás muchos se rinden ante la jugarreta de Seguros Banesco. Fíjese bien por donde va la trampa.

Llegó el día vernos la cara en Indepabis el lunes 02 de septiembre de este año. Desde la época de la colisión, la camioneta del colectivo se ha venido deteriorando, pues no hemos podido repararla. ¿Pero qué le interesa al poderoso capitalista esa vaina?

El día de la cita de nuevo la arrogancia del poder económico se hizo presente, en esta oportunidad a través de una joven y hermosa abogada. Insistieron en que su cliente no resulta responsable en la colisión, pero además pretenden negar la legalidad de mi participación como denunciante cuando ni la propia oficina de Seguros Banesco en Margarita ni Indepabis en Nueva Esparta, lo habían hecho en oportunidades anteriores.

Lo grave del asunto está en la conducta del funcionario que atendió el caso. Apenas empecé a hacer mi exposición, haciendo referencia al abuso del poder económico de parte de Seguros Banesco, me pidió que fuese muy conciso porque él tenía mucho trabajo. Cuando ubicamos al abuso del poder económico de Seguros Banesco en una sociedad capitalista y la rendija que dejaba la normativa para que la aseguradora escurriera el bulto llevando todos los casos a Caracas, el funcionario me “aclaró” que si me iba a quejar por eso no hubiese reclamado. En pocas palabras, me dijo “déjate envainar”. Cuando hice referencia otra vez al poder económico y el atropello contra los ciudadanos, me cortó porque ese no era el asunto. Al hacer mención de la sociedad socialista que aspiramos construir, insistió en que ese no era el meollo del caso, casi como si socialismo fuese una mala palabra. Me sentí que en un país donde se anuncia la construcción del socialismo, un funcionario que debe trabajar en función de ese objetivo, me trataba al estilo del peor y más salvaje neoliberalismo.

Le solicito al camarada Eduardo Samán que revise la conducta de sus trabajadores y vea cuál es el compromiso que tienen con el socialismo. Que revise nuestro caso y se dé cuenta del atropello al que somos sometidos. Y que revise situaciones similares con Seguros Banesco en las provincias, pues puede darse el caso de muchos casos en la que los ciudadanos tiren la toalla ante lo difícil de seguir con el tema de la denuncia en la capital. Un buen ardid del capitalista.

Ojo, camarada Samán, pero no nos rindamos.

 

 

 



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Pedro Salima


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