Todas las voces
del poder le exigían rendición; grotescos se sumaron tránsfugas de
la izquierda, bailando al ritmo que indica Santos. El papel del renegado
apunta siempre a la inmovilización, a quebrar la insumisión, al arrinconamiento
de la rebeldía. Unos cuantos segundos de gloria mediática en las páginas
de El Tiempo les bastaron para tirar por la borda ideas previas que
los enaltecían, no de culto a la violencia, sino de la defensa del
derecho del pueblo a luchar por la libertad y la emancipación. A ellos
les respondió el Comandante Alfonso Cano, en la entrevista concedida
al diario español Público: “Desmovilizarse es sinónimo de inercia,
es entrega cobarde, es rendición y traición a la causa popular y al
ideario revolucionario que cultivamos y luchamos por las transformaciones
sociales, es una indignidad que lleva implícito un mensaje de desesperanza
al pueblo que confía en nuestro compromiso y propuesta bolivariana”1.
A diferencia
de ellos, el camarada Alfonso Cano eligió el camino de la consecuencia,
el difícil y arisco suelo por el que se debe transitar con bastante
alegría, mochila de necedad, confianza infinita en el pueblo trabajador
-sujeto de la Historia- y convicción objetiva e inamovible en la Revolución.
Camino tan alumbrado por luciérnagas de esperanza y en el que cada
paso alivia, pues es “la satisfacción del deber cumplido”, donde
las banderas levantadas ondean de día y de noche.
Alfonso Cano,
militante comunista integro, sólido intelectual marxista-leninista,
conocedor profundo de la historia de América y de Bolívar, estratega
político y militar, organizador; sin duda despedimos, con dolor, a
uno de los cuadros comunistas de mayor valía del Continente, como Mella,
Mariátegui, el Che, Arismendi.
Con la mejor
escuela en cualquier parte del mundo, que es la Juventud Comunista,
llegó a completar su formación al lado de Manuel Marulanda y
Jacobo Arenas. Y como comunista, de los de verdad, fue un hombre de
ideas y de acción.
El camarada
Alfonso Cano es indisociable de las FARC-EP; todo revolucionario, si
lo es, se disuelve en la obra colectiva, en la organización, en el
Partido, y por ello su nombre brilla más alto. Cuando hace 20 años
medio mundo abjuro, renegó, se quebró, en consonancia con el aquelarre
contrarrevolucionario que siguió al derrocamiento de la construcción
socialista, las luces de la resistencia intensificaron su resplandor;
en nuestro continente, la mayor de Las Antillas y las montañas de Colombia.
No vamos a juzgar los procesos de negociación de El Salvador y Guatemala,
pero sí estamos en el deber de reconocer que las FARC-EP hicieron lo
correcto: mantener desenvainada la espada del Libertador, alzar el fusil
y la bandera roja y la consigna vigente, de una Colombia nueva y socialista.
Consecuente con la historia de su organización el Comandante Alfonso
Cano, no se rindió, no se vendió, no se entregó y murió en combate.
El Comandante
Alfonso Cano, cumpliendo las tareas de su organización, impulsó la Coordinadora
Guerrillera Simón Bolívar, y los diálogos por la paz. La experiencia
de la UP mostró a los camaradas de las FARC-EP que la lucha no puede
detenerse hasta que el pueblo tome el poder, y ése vendría a ser el
marco para los mayores aportes estratégicos del Comandante Alfonso
Cano: la organización del Partido Comunista Colombiano (Clandestino)
y el Movimiento Bolivariano por una Nueva Colombia. Semillas sobre las
que germinará la Revolución Colombiana. Consciente que la liberación
de toda Nuestra América es una necesidad, el camarada Alfonso Cano
formaba parte de la presidencia del Movimiento Continental Bolivariano.
En una organización
revolucionaria, perder la vida en la lucha es una posibilidad. Las basadas
en métodos caudillistas no resistirán la prueba. Pero la nacida en
Marquetalia es una genuina obra colectiva. El mito decía que a la muerte
del Comandante Manuel Marulanda las FARC-EP no sobrevivirían, menos
con los golpes que iniciaron el 1 de Marzo del 2008, contra los Comandantes
Raúl Reyes, e Iván Ríos. Pero Alfonso Cano, en su rol de Comandante
en Jefe, superó el escollo y con creatividad estratégica la reposicionó
en el combate desigual con la oligarquía y la intervención militar
norteamericana. Su muerte nos duele, pero sabemos que nuestra hermana
organización, con su ejemplo, continuará hasta la victoria.
El mejor balance
de su vida y obra lo harán los propios camaradas de las FARC-EP; quienes
estamos hermanados en ideales sólo podemos reconocer la grandeza de
todos los combatientes y la ejemplar consecuencia del Comandante Alfonso
Cano, marxista-leninista, bolivariano, guerrillero, mando, estadista,
libertador, hombre de confianza infinita en la lucha de masas.
En la hora
de su muerte, acuden las escenas previas de la historia de nuestros
pueblos. Hace meses se veía claro que el imperialismo y la oligarquía
centraron su objetivo militar en darle muerte. Nos recuerda la persecución
a Francisco Villa, y el ominoso afiche donde se ofrecía recompensa
por su captura, vivo o muerto. El Comandante Alfonso Cano se mantuvo
en la línea. Decir que fue asesinado, es restarle méritos a su disposición
combativa, me decía con justa razón Marco Riquelme, coordinador del
Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez, de Chile, y tiene razón.
Cayó combatiendo. Del despacho de varias agencias que cita el diario
mexicano La Jornada, el 5 de Noviembre, extraemos lo siguiente: Según
un soldado entrevistado por la radio, "el hombre (Alfonso Cano) no
se entregó y prácticamente se enfrentó a la tropa hasta la muerte".
Así son los combatientes de Manuel Marulanda, de ese temple, así son
los hombres de Partido, así viven y mueren los comunistas.
Al morir combatiendo,
el Comandante Alfonso Cano defendió, hasta el último aliento, el derecho
de los pueblos a la rebelión, dejándolo intacto, salvaguardándolo.
Queda el ejemplo. Su organización, en el breve comunicado, rinde inmediatamente
el mejor homenaje: la lucha sigue, no abandonaran las armas, juran cumplir.
También cumpliremos,
nuestros deberes internacionalistas de solidaridad, con tan digna organización.
Chao querido camarada Alfonso Cano. Hasta pronto Comandante Alfonso Cano
casanuevatroncoso@yahoo.com